Marruecos recibirá al ministro de Justicia argelino en el marco de la cumbre de la Liga Árabe
Marruecos recibirá en los próximos días la visita del ministro de Justicia de Argelia, Abderrachid Tabi, encargado de extender la invitación oficial al Reino alauí para asistir a la 31ª cumbre de la Liga Árabe organizada por las autoridades argelinas para principios de noviembre. Así lo anunció a través de un comunicado el Ministerio de Asuntos Exteriores marroquí, que precisó además que Tabi se desplazará primero a Arabia Saudí y después a Jordania antes de aterrizar en Rabat, sin detallar fechas concretas.
Es la primera vez que un alto cargo argelino visita Marruecos en desplazamiento oficial desde la ruptura unilateral de las relaciones bilaterales formalizada en agosto de 2021 por el jefe de la diplomacia argelina, Ramtane Lamamra, tras la escalada de las tensiones sobre el contencioso del Sáhara Occidental. Sin embargo, lejos de simbolizar un acercamiento entre las dos potencias del Magreb, se trata de un movimiento protocolario, habitual en el seno de la Liga Árabe. No se esperan grandes cambios tras el recibimiento.
Tabi, quien fuera presidente del Tribunal Supremo, la más alta magistratura del país, antes de asumir la cartera de Justicia en julio de 2021, viajará en calidad de emisario a Marruecos por decisión del Ejecutivo de Abdelmadjid Tebboune. El presidente ha decretado que sea él quien se desplace a Rabat, mientras opta por enviar al ministro del Interior, Kamel Beldjoud, a Mauritania y Túnez, el último organizador de la cumbre de la Liga Árabe en 2019, con quien Argelia mantiene relaciones fluidas.
Argel, por su parte, ya ha dado comienzo a las labores protocolarias tres semanas antes de la cita, que estaba programada en principio para el pasado mes de marzo pero que acabó siendo pospuesta a causa de la pandemia. Lamamra entregó el lunes en El Cairo la invitación al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, y después hizo lo propio con el líder egipcio, Abdel Fattah al-Sisi.
Esta edición será la primera en celebrarse en tres años, y se producirá en un escenario convulso para la región, marcado por la crisis energética y alimentaria en ciernes desatada como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania. Además, la propuesta esbozada por Argelia y otros miembros de la Liga Árabe de reintegrar a la Siria de Bashar al-Ásad en la organización tras su expulsión en 2011 ha crispado a varios integrantes del grupo.
Las aguas del Magreb siguen revueltas por la disputa del Sáhara Occidental. Los intereses contrapuestos de Argel y Rabat sobre el diferendo, que acabaron por dinamitar sus relaciones bilaterales, contagian poco a poco a otros actores regionales que se ven obligados a mover ficha. Primero fue el caso de España, cuyo reconocimiento del plan de autonomía bajo soberanía marroquí como la base “más seria, realista y creíble” le condujo a romper sus vínculos diplomáticos y comerciales con Argelia.
El presidente de Túnez, Kais Saied, fue el siguiente en la lista, esta vez actuando del lado de Argel con el recibimiento del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, con honores de jefe de Estado, un movimiento que irritó a Marruecos. El Ejecutivo marroquí no tardó en retirar a su embajador del pequeño país magrebí, confirmando con hechos las palabras pronunciadas por el rey Mohamed VI en su última intervención pública, en la que dejó claro que “el expediente del Sáhara es el prisma con el que Marruecos mira al mundo”.
El respaldo de los Estados Unidos de Donald Trump a las tesis de Rabat sobre el contencioso, otorgado como moneda de cambio para normalizar las relaciones entre Marruecos e Israel en el marco de los Acuerdos de Abraham semanas antes de dejar la Casa Blanca, insufló ánimos en el Reino alauí, que fortaleció su campaña diplomática para sumar apoyos a su causa. Países como Alemania, Países Bajos o Emiratos, entre una extensa nómina de Estados, dieron luz verde a su propuesta.
El viento parece soplar ahora a favor de Argelia. El contexto actual de crisis de energética en Europa, agravada por los constantes cortes de suministro del presidente ruso Vladímir Putin, convierte potencialmente al país magrebí en el principal exportador de gas, algo de lo que las autoridades argelinas esperan sacar tajada. No solo a nivel económico, sino también a nivel político. Al tiempo que el enviado de Naciones Unidas para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, trata de acelerar sus labores de mediación tras su visita a Tinduf y su encuentro con Lamamra en Argel.
