Marruecos recupera el grueso de su sector turístico tras la pandemia
La reapertura de las fronteras, la relajación de las condiciones de acceso, el reinicio de la Operación Paso del Estrecho tras una suspensión de dos años y el plan de gasto de emergencia aprobado in extremis por el Gobierno de Aziz Akhannouch han conseguido sostener el mermado sector turístico de Marruecos, que sufrió en primera persona los efectos de la COVID-19.
El turismo representa el 7% de su PIB nacional. Por eso, el Ejecutivo marroquí busca para este curso aproximar el sector a las cifras de ingresos y turistas que registraba antes de la pandemia.
La ministra de Turismo aseguró que el plan iba por buen camino. En una intervención en la Cámara de Representantes, Fatima-Zahra Ammor anunció que Marruecos había recuperado el 84% del volumen de turistas extranjeros que visitaron el país hace cuatro años. Según los datos oficiales, el país magrebí recibió a casi 11 millones de personas entre los meses de enero y noviembre de 2022, a pesar del cierre de fronteras que marcó las primeras cinco semanas del año, por los casi 13 millones de turistas en 2019.
Ammor reconoció además que el Ejecutivo espera “aumentar el número de turistas a 26 millones para 2030”. Un reto enorme para un sector que ha crecido a un ritmo anual del 5,5% en las últimas dos décadas.
Las cifras contrastan con las recabadas por otras economías, que apenas superan el 65%. Los medios oficialistas atribuyen el éxito al plan de emergencia aprobado en enero del curso pasado. La medida desbloqueaba un estímulo económico destinado al sector turístico de 2.000 millones de dírhams, unos 18 millones de euros. “La mitad de esta suma se ha dedicado a la mejora de las infraestructuras hoteleras para que los turistas que se alojan en Marruecos sean acogidos en las mejores condiciones”, explicó Ammor desde la sede del legislativo.
La ministra hizo balance de la recuperación del sector turístico marroquí y mostró el optimismo del gabinete respecto al volumen de inversiones que esperan atraer en los próximos meses.
La titular de la cartera de Turismo, una vieja conocida del primer ministro Aziz Akhannouch, con quien ha compartido varios proyectos profesionales en el sector privado, anunció que esperan una inyección de 27.000 millones de dírhams en los próximos tres años, unos 2.000 millones de euros. Por ponerlo en perspectiva, el sector turístico de Marruecos recibió una inversión total de 8.500 millones de dirhams solo en 2022.
Será el gran reto de Ammor, que sucedió en el cargo a Nadia Fettah Alaoui en octubre de 2021. La pandemia había puesto al descubierto la debilidad del sector, en concreto por su fuerte dependencia del turismo extranjero. Y Akhannouch la reclutó para reformar el turismo, el motor económico clave de Marruecos, que desempeña un papel crucial en el apoyo a la economía del reino en moneda fuerte y en la creación de empleo, especialmente para los jóvenes. Las implicaciones van más allá de su contribución al PIB.
“Debemos realizar una progresión media superior al 30% en 2023 respecto a 2022 para alcanzar el mismo nivel que en 2019. Una apuesta posible, pero difícil. En concreto, durante los 4 primeros meses de 2023, se producirá principalmente un efecto de recuperación, ya que las fronteras aéreas permanecieron cerradas hasta el 6 de febrero de 2022 y las conexiones marítimas no se reanudaron hasta mediados de abril, pero con condiciones de acceso restrictivas hasta mediados de mayo”, subraya el director del consejo provincial de Turismo de Uarzazate, Zoubir Bouhoute en el digital Le Quottidien.
