A dos semanas del inicio del Ramadán en el Reino alauí, Rabat ha anunciado el seguimiento de los precios de los alimentos básicos para tratar de proteger el poder adquisitivo de los ciudadanos

Marruecos toma medidas contra la subida de precios antes del Ramadán

photo_camera AFP/FADEL SENNA - Una mujer, compra en el mercado central durante el mes sagrado musulmán del Ramadán en la capital marroquí, Rabat, el 6 de mayo de 2020

El aumento de los precios de productos básicos –como la sémola o la harina –, a causa de la invasión rusa de Ucrania, ha provocado que gran parte de las familias de Marruecos, Túnez y Libia se apresuren a llenar sus despensas. Los ciudadanos de estos países magrebíes, que importan vastas cantidades de alimentos derivados del trigo ruso y ucraniano, se encuentran preocupados por el encarecimiento de los productos a menos de medio mes del inicio del Ramadán. 

Durante las últimas semanas, las fluctuaciones de los precios de las materias primas en el mercado internacional han puesto en jaque al Gobierno de Rabat, que ha visto como muchos alimentos básicos han multiplicado sus costos, afectando especialmente a las clases más bajas de la sociedad. Una clase que, por si fuera poco, todavía seguía haciendo frente a las consecuencias de la pandemia del coronavirus. 

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Ahora, con el Ramadán en el horizonte, Marruecos ha anunciado la implantación de medidas que protejan el poder adquisitivo de sus ciudadanos y garanticen el abastecimiento durante el noveno mes del calendario lunar musulmán. Este año 2022, el periodo del Ramadán abarcará desde el 2 de abril hasta el 2 de mayo, y, como cada año, los fieles musulmanes practicarán el ayuno desde la salida de sol hasta el ocaso, cuando es tradición reunirse con familiares y amigos, y celebrar lujosas comidas. 

Frente a este escenario, el primer ministro marroquí, Aziz Akhannouch, –después de reunirse con los ministros de su coalición de Gobierno: Reagrupamiento Nacional Independiente (RNI), el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM) y el Partido Istiqlal (PI) –, declaró estar haciendo “grandes esfuerzos” para mantener los precios estables. Akhannouch afirmó, además, de que Rabat podría incluso subvencionar una serie de "bienes y servicios básicos cuyos precios han aumentado considerablemente en el mercado internacional"

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Entre las medidas adoptadas, el primer ministro subrayó la creación de comités regionales mixtos que, integrados por representantes de las autoridades locales, así como de los ministerios de Interior, Industria, Comercio y Salud, se encargarán del control de las fluctuaciones de los precios y la calidad de los productos alimentarios. En este escenario de encarecimiento de bienes básicos, estos comités tienen como objetivo evitar que los especuladores manejen el mercado. 

Riad Mazour, ministro de Industria y Comercio, explicó que, desde comienzos de año, el número de monitoreos realizados ascendieron a más de 65.000, y dieron con cerca de 5.000 infracciones en los mercados. “El gobierno cumplirá con su deber de reducir la especulación para atenuar la carga sobre el poder adquisitivo de los ciudadanos”, prometió Mazour. “No podemos aceptar el monopolio y la fijación de precios”, convenía, en la misma línea, ministro de Agricultura, Pesca, Desarrollo Rural, Agua y Bosques, Mohamed Al-Siddiqi.

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De hecho, tal como ha sostenido Akhannouch, el constante seguimiento de todos los alimentos –y, en especial, de cuatro o cinco productos seleccionados por su potencial encarecimiento –, ha evidenciado “estabilidad en los precios de muchos bienes, aunque otros se encuentren afectados por el contexto internacional”

“Muchos de los productos subsidiados, como el azúcar y el trigo, no han variado en su precio, mientras que otros productos no subsidiados están siendo monitoreados para no ser monopolizados en el mercado”, apuntaba la ministra de Economía y Finanzas, Nadia Fattah Alawi. 

En cuanto a las garantías en el abastecimiento, todos los funcionarios han coincidido en que la oferta no supondrá un problema para el país durante las próximas semanas. “A pesar del aumento en el consumo de ciertos alimentos básicos durante el Ramadán, el suministro de dichos productos está asegurado en todas las regiones de Marruecos”, aseguraba Riad Mazour.

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“La oferta del mercado será suficiente en cuanto a materias primas, en especial granos, hortalizas, legumbres (lentejas, garbanzos y frijoles), leche, y todos los productos de origen animal como carnes rojas y blancas, huevos y mariscos”, precisó Mohamed Al-Siddiqi.

De esta forma, la decisión de Rabat se suma a los planes adoptados por el Gobierno en mayo de 2021, cuando las autoridades revisaron los salarios de determinados grupos de trabajadores, implementaron nuevas políticas fiscales más adecuadas y trataron de garantizar la estabilidad de los precios. Todo ello pese al anuncio de las limitaciones en los subsidios y ayudas gubernamentales para financiar los productos básicos, el verano pasado. Un proyecto que tiene su punto de mira en el año 2024, cuando se espera que la interrupción total de las subvenciones no afecte al poder adquisitivo de los marroquíes. 

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