La búsqueda de mayor estabilidad en el norte de África ha convertido a Rabat en un socio privilegiado de la Alianza Atlántica

Marruecos y sus sólidos lazos militares y políticos con la OTAN

PHOTO/NATO - El expresidente del Comité Militar de la OTAN, el general danés Knud Bartls (izquierda), en un encuentro personal con el general Mohamed Roudab, representante militar de Marruecos en el Dialogo Mediterráneo 2016

El Reino de Marruecos está calificado por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) como un “socio estratégico clave” y valorado como “motor, fuerza impulsora e interlocutor privilegiado” del Diálogo Mediterráneo, foro establecido por los aliados para promover las buenas relaciones y contribuir a dar seguridad y estabilidad a la zona del Sahel y del norte de África.

No son palabras surgidas en los últimos meses, ni tampoco en el último trienio. El que fuera secretario general adjunto de la OTAN entre 2012 y 2016, el embajador norteamericano Alexander Vershbow, afirmó públicamente en Rabat hace seis años que Marruecos es “un faro de estabilidad” en una región acosada por conflictos, que ha sabido construir una asociación “solida” con la Alianza, de la que es un “socio fiable”.

Las muy positivas apreciaciones que altos cargos civiles y militares aliados atribuyen a su estrecha vinculación con el país norteafricano no son meras expresiones de cortesía. Son una derivada del amplio grado de cooperación que el Gobierno de Mohamed VI ha sabido labrarse con los 30 países miembros, tanto en el marco del Diálogo Mediterráneo como a escala bilateral. No en vano es un país con grandes recursos estratégicos y el único de África con visión simultánea a la cornisa del océano Atlántico y el mar Mediterráneo.

PHOTO/USAFRICOM - Un avión KC-135 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos reabastece de combustible durante unos ejercicios junto a cazas F-16 de la Real Fuerza Aérea de Rabat

La cooperación entre Marruecos y la OTAN no es nueva. Se remonta a 1995, está próxima a cumplir 30 años, se enriquece y fortalece de manera continuada y se apoya en las consultas permanentes que mantienen entre sí ambas partes, en especial entre el Comité Militar aliado y las Fuerzas Armadas Reales. Por eso Rabat cuenta con un nutrido equipo de representación permanente en la sede central aliada de Bruselas.

Las autoridades marroquíes renuevan cada dos años los términos de su asociación bilateral con la OTAN, cuyos bien definidos objetivos de interés común se detallan en el llamado “Programa de Asociación y Cooperación Individual”. El documento recoge el conjunto de actividades de cooperación encaminadas a trabajar juntos para contrarrestar amenazas comunes. Pone el énfasis en la lucha contra el terrorismo, la protección de infraestructuras energéticas críticas, la ciberseguridad, la modernización de la organización castrense y en la interoperabilidad entre las fuerzas militares de la Alianza y Marruecos. 

PHOTO/NATO - El ministro de Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, junto con el secretario general adjunto de la OTAN para Asuntos Políticos y de Seguridad, el español Alejandro Alvargonzález (ambos en el centro), en el 25 aniversario de la cooperación bilateral
Presencia en ejercicios militares multinacionales

Gran parte de la agenda de cooperación ‒que es eminentemente práctica‒ está orientada hacia la formación y el entrenamiento militar de los cuadros de mando de las Fuerzas Armadas Reales. La Alianza plantea una oferta formativa adaptada a las necesidades de Rabat que suma del orden del medio centenar de actividades. En su mayor parte están encaminadas a la mejora del sector de la seguridad, al desarrollo de nuevas capacidades y a conseguir la interoperabilidad con las fuerzas militares aliadas.

La atribución de que Marruecos es un “socio estratégico clave” de la OTAN conlleva que las Fuerzas Armadas Reales ‒con 300.000 efectivos‒ gozan de una serie de ventajas que no están al alcance de otros muchos países asociados. Unidades militares marroquíes son invitadas con asiduidad a tomar parte en ejercicios terrestres, navales y aéreos, conjuntos o combinados, que organiza la Alianza, ya sea con la consideración de actuar como uno más o en calidad de observador.

Entre los diferentes ejemplos de presencia de unidades marroquíes en maniobras de la OTAN está su aportación a la operación Active Endeavour, interés que la Armada marroquí manifestó en 2004. Es un ejercicio aeronaval que se desarrolla de forma periódica, que está orientado a adiestrarse en tácticas y procedimientos operativos para proteger el tráfico marítimo contra la piratería en el Mediterráneo y también para detectar actividades ilícitas en alta mar.

PHOTO/Marine Royal - Las Fuerzas Armadas de Rabat son invitadas con asiduidad a participar en ejercicios militares que organiza la Alianza. De 6.000 toneladas, construida en Francia y en servicio desde 2014, la fragata Mohammed VI es la joya de la Marina Real

Caso parecido son las maniobras Sea Guardian, que propician la cooperación con actores no pertenecientes a la Alianza y permiten evaluar las capacidades militares y el nivel de interoperabilidad de unidades de terceros países para ejecutar misiones con los estándares y procedimientos de la OTAN. El Mando Aéreo Aliado con base en Rammstein (Alemania) también ha enviado equipos de técnicos militares a Marruecos para adiestrar a su Fuerza Aérea en el planeamiento de operaciones de inteligencia, vigilancia, adquisición de objetivos y reconocimiento, las llamadas misiones ISTAR basadas en drones.

El Gobierno de Rabat es plenamente consciente de que su estrecha relación con las diferentes esferas de la OTAN está apadrinada por Estados Unidos, del que es un fiel aliado, y a través el cual obtiene importantes créditos para la adquisición de todo tipo de sistema de armas. Así es que Mohamed VI y su Gobierno saben equilibrar los beneficios que obtienen de la Alianza Atlántica con aportaciones puntuales cuando el Comité Militar lo precisa.

PHOTO/NATO - El general marroquí Brahim Hassani, representante militar de Marruecos en la OTAN y la coronel Lellehom Ben Jemaa, de la delegación de Túnez, en una reunión del Dialogo Mediterráneo en la sede central de los aliados en Bruselas
Contribución a misiones lideradas por la OTAN

¿Cómo lo materializa? Asignando importantes contingentes de tropas a operaciones aliadas. El Ejército de Mohamed VI participó en la Fuerza Multinacional de Implementación de la OTAN (IFOR), que se desplegó en Bosnia-Herzegovina entre diciembre de 1995 y diciembre de 1996 para hacer cumplir los Acuerdos de Dayton que ponían fin la guerra en la antigua Yugoslavia.

Y contribuyó a la constitución de la posterior Fuerza Multinacional de Estabilización (SFOR) que relevo a la IFOR en el mismo territorio de Bosnia-Herzegovina, que se mantuvo en aquellas tierras hasta junio de 1998. Rabat también envío unidades militares en 1999 a la Fuerza Internacional de Seguridad para Kosovo (KFOR) liderada por la OTAN, para contribuir a vigilar el cese de las hostilidades entre los militares de Serbia y las fuerzas kosovares.

PHOTO/USAFRICOM - El Gobierno de Rabat es plenamente consciente de que su estrecha relación con las diferentes esferas de la Alianza está apadrinada por Estados Unidos. Tropas norteamericanas y marroquíes en unas maniobras conjuntas

Marruecos tiene una importante presencia en el programa Ciencia para la Paz y la Seguridad de la Alianza. Es una vía que proporciona financiación y asesoramiento a proyectos de investigación científica e innovación tecnológica que ayuden a identificar, comprender y responder frente a desafíos de seguridad emergentes.

Se trata de un canal de relación no estrictamente militar concebido para que científicos, académicos y funcionarios gubernamentales marroquíes y de los países del Diálogo Mediterráneo participen en redes colaborativas que aborden vulnerabilidades y amenazas, entre ellas la defensa cibernética, la lucha contra el terrorismo y la seguridad energética y ambiental. 

PHOTO/USAFRICOM - La cooperación entre Marruecos y la OTAN está próxima a cumplir 30 años. Se apoya en consultas periódicas y se enriquece y fortalece de manera continuada con ejercicios y reuniones bilaterales que llevan con frecuencia a la práctica

El programa se desarrolla en el seno de institutos aliados mediante cursos y talleres de investigación avanzada, que facilitan el camino a los 40 socios de las 30 naciones miembros. Las puertas se abren de manera especial para Marruecos por su mayor grado de desarrollo entre las naciones africanas, para que sus técnicos tomen parte en proyectos relacionados con la cuántica, la inteligencia artificial y las amenazas que plantean los agentes químicos, biológicos radiológicos y nucleares.

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