Más de 1,2 millones de nuevos ciberataques 'ransomware' al mes
La seguridad informática es una necesidad crítica a nivel global. Actualmente, los ciberataques de tipo 'ransomware' se han intensificado hasta llegar a la friolera de 1,2 millones al mes. La información procede del cuarto informe anual de Barracuda Networks, prominente compañía de ciberseguridad, que recopila los incidentes acaecidos entre agosto del pasado año y julio del presente.
Los asaltos cibernéticos basados en el 'ransomware', son, como indica la palabra 'ransom' -'rescate', en inglés- un tipo de delito consistente en introducir un 'malware', o programa malicioso, en sistemas ajenos, impidiendo a sus usuarios acceder a sus datos hasta que accedan a pagar al agresor.
El modus operandi de los malhechores que recurren a esta modalidad de extorsión digital consiste en introducir en el dispositivo de la víctima el programa dañino, el cual procede a cifrar los archivos del sistema operativo, de forma que el usuario legítimo no puede acceder a su propia información. Posteriormente, se exige el pago del rescate.
El mayor repunte del incremento general de los ataques de este tipo se produjo entre enero y junio de 2022, coincidiendo con el inicio de las hostilidades abiertas entre Rusia y Ucrania.
Los objetivos de los 'hackers' no pueden ser más sensibles. Los cinco sectores más afectados por el 'ransomware' han sido educación (15% de los ataques), salud (12%), infraestructuras (8%) y finanzas (6%).
Las extorsiones a los sectores sanitario y financiero se triplicaron durante el período estudiado por el informe, mientras que los asaltos a sistemas relacionados con infraestructuras críticas se han multiplicado por cuatro. También ha sido destacable el aumento de la actividad de los cibercriminales sobre empresas de automoción, hostelería, medios de comunicación, comercios minoristas, software y tecnología.
Los autores del estudio subrayan que los incidentes en estos cinco segmentos productivos aumentan cada año que pasa, e inciden en la vital importancia de invertir en ciberseguridad para poner todas las barreras posibles a los grupos delictivos que están detrás del fenómeno.
Se trata de delitos difíciles de investigar, ya que frecuentemente las víctimas son reacias a revelar que han sido extorsionadas. Por otra parte, se ha detectado una tendencia a imponer 'multas', es decir, aumentar la cuantía exigida, a aquellas personas u organizaciones que no cedan al chantaje de forma inmediata.