Las manifestaciones de la oposición hacen temblar el gran pilar francés en el Sahel y principal miembro del malherido G5

Ola de violencia antifrancesa en Chad

AFP - Manifestantes queman una bandera francesa en Yamena, capital de Chad

La ola del sentimiento antifrancés que golpea al Sahel llega al Chad. En la capital del país, Yamena, se registraron a mediados de mayo grandes movilizaciones y disturbios organizados por la oposición política, que pide la disolución de la junta militar en el poder desde la muerte del presidente Idriss Deby. 

Chad se suma así a la lista de países de la región que sufre de un alza del sentimiento antifrancés y que hace oportuna la entrada de Rusia en África. En las protestas, se pudo observar, de acuerdo con las imágenes proporcionadas por TV5 Monde y France 24, como muchos de los manifestantes llevaron banderas rusas y quemaron otras del país galo. 

A ello se sumaron los actos vandálicos que tuvieron a empresas francesas y sus infraestructuras como objetivo. Surtidores de gasolineras de la compañía de hidrocarburos francesa Total sufrieron ataques por parte de los manifestantes. El balance de las autoridades es de más de 7 gasolineras de Total vandalizadas y doce policías heridos en los enfrentamientos con los manifestantes.

protestas chad

En respuesta a estas manifestaciones organizadas por la plataforma de oposición Wakit Tamma, el Gobierno de Tchad, encabezado por una junta militar, ha apresado a 3 de los organizadores, de acuerdo con la portavocía de Wakit Tamma. 

La junta militar tomó el poder después de la muerte del que fue presidente del país por 30 años, Idriss Déby. El difunto líder, procedente de la etnia zaghawa, un pueblo guerrero, sucumbió a sus heridas tras participar en una ofensiva en el frente contra grupos rebeldes del norte. Su propio hijo, comandante de la guardia presidencial y de los servicios de inteligencia, tomó el lugar del padre, con el beneplácito de Emmanuel Macron, que fue el único jefe de Estado occidental que acudió a la ceremonia de entierro de Idriss Deby. 

Dicha presencia de Macron, que presidió la ceremonia junto con Mahamat Deby Itno, fue muy criticada. El ascenso al poder de Deby y de la junta militar estaría en contra de la Constitución chadiana, que, en caso de muerte del jefe de Estado, confiaría el poder al presidente de la asamblea nacional y abriría un proceso de transición democrática. Sin embargo, la Junta Militar en el poder, si bien se mantiene fiel a los intereses europeos de seguridad para el Sahel, falla aún en hacer efectivo una transición de poder, una de las razones que han motivado las manifestaciones, de acuerdo con los portavoces de la plataforma de protesta Wakit Tamma. 

mahamat deby

Francia con los Deby

La relación de la República Francesa con el Chad se articula principalmente a través de la defensa y de la seguridad. Francia siempre ha tenido una buena sintonía con el clan Deby, aunque con algunos altibajos. La principal razón es militar. Chad se ha posicionado desde la última década como la espina dorsal del G5 Sahel a la vez que ha sido el principal apoyo en la región para Francia. 

El país, gobernado por la etnia zaghawa, se ha especializado en la guerra como ningún otro país del Sahel. El Gobierno chadiano destina aproximadamente el 40% de su presupuesto total a las Fuerzas Armadas. Las constantes guerras civiles, y el conflicto con Libia en los años 80, hizo del Chad un país guerrero, con una especial destreza en el combate en ambiente desértico, empleando las famosas columnas de Toyotas para golpear fuerte y rápido. No es casualidad que el anterior presidente, Idriss Déby, muriese en el frente de batalla a sus 68 años, ni que la escena política chadiana e internacional tuviera claro quien sería su heredero cuando fue Mahamat Deby Itno a quien su padre envió para liderar los combates en Mali durante la operación Serval. 

Fue justamente la antigua colonia en portar ayuda a Francia al inicio de la operación Serval para parar la ofensiva de los yihadistas contra Bamako en 2014. Con la creación del G5 Sahel, Chad ocupó la posición del líder de la fuerza conjunta, aportando un tercio de los 6.000 efectivos totales de la fuerza compuesta por Mauritania, Malia, Burkina Faso, Chad y Níger. La continuidad en el poder de los Deby es claramente clave para Francia, que según se va retirando de la región confía en que Chad ostente el liderazgo militar de los esfuerzos por pacificar la difícil zona del Sahel. 

Unos esfuerzos que se ven cada vez más debilitados, y que van cuesta debajo de forma acelerada desde que Mali invitó a las fuerzas de Barkhane, la misión que sucedió a Serval en Mali, a abandonar el país, en un contexto de crecientes tensiones y de acercamiento con Moscú. 

g5 sahel

A finales de mayo, la junta militar maliense anunció en un comunicado que saldría del G5 Sahel y de todos los órganos dependientes de este mismo debido a que la organización no le cedió la presidencia de la organización supranacional en los plazos estipulados. La salida de Mali del G5 Sahel pone en gran duda la capacidad de los países para hacer frente a la amenaza yihadista, en una región con fronteras altamente porosas. Sin una cooperación firme entre los países del Sahel, la lucha antiterrorista no puede ser efectiva. 

Estas últimas noticias amenazan con destruir todo lo que las misiones diplomáticas y militares de la Unión Europea, Francia a la cabeza, han levantado en la región para hacer frente a la inestabilidad. 
 


 

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