Los dos vecinos asiáticos aspiraban a enviar un astronauta al espacio para conmemorar el 75 aniversario de su independencia, pero Pakistán se ha visto obligada a dejar en suspenso su programa de vuelos tripulados

Pakistán abandona la carrera espacial que mantiene con India por situar un astronauta en órbita en 2022

PHOTO/XINHUA - Desde su nombramiento en agosto de 2018, el primer ministro paquistaní Imran Khan ha viajado al menos en dos ocasiones a Pekín para negociar el apoyo del presidente Xi Jinping y del primer ministro Li Keqiang a sus ambiciones espaciales

El ministro de Ciencia y Tecnología de Pakistán, Fawad Chaudhry, ha confirmado que el Gobierno de Islamabad ha decidido retrasar sus planes de enviar en 2022 un astronauta al espacio de la mano de China. La Fuerza Aérea de Pakistán y las agencias espaciales paquistaní y china han tenido que abandonar de forma temporal las etapas iniciales del proceso iniciado el pasado mes de febrero para seleccionar un primer grupo de 50 oficiales candidatos a astronautas.

La lista tenía que quedar reducida a 25 personas, de los que finalmente entre cuatro y seis serían designadas para viajar al Centro de Vuelos Tripulados de Pekín. En la capital china, todos ellos seguirían un curso de formación, paso previo para volar a bordo de una capsula espacial junto a una pareja de astronautas chinos. De este modo, Pakistán pretendía ganar la carrera que mantiene con India por situar su bandera en el espacio. Pero esos planes han quedado desbaratados y paralizados de manera temporal.

Cuatro pilotos de la Fuerza Aérea India se adiestran en Moscú desde el 10 de febrero en un curso de 12 meses. El coronavirus obligó en marzo a suspender las sesiones presenciales, que se han retomado a mediados de mayo

Por el contrario, los cuatro candidatos indios preseleccionados para viajar en 2022 alrededor de la Tierra o a la Estación Espacial Internacional han reanudado a mediados de mayo su adiestramiento presencial en el Centro de Entrenamiento de Cosmonautas, Investigación y Pruebas Yuri Gagarin, en las proximidades de Moscú.

El curso de capacitación técnica y biomédica tiene una duración de 12 meses, comenzó en Rusia el 10 de febrero y forma parte del programa de vuelos tripulados Gaganyaan, palabra que en español significa “nave celeste”. Todos ellos pilotos de la Fuerza Aérea India, tienen que superar varios ciclos de formación dedicados a saber utilizar los sistemas de la astronave Soyuz, conocer la vida en órbita y sobrevivir en caso de un descenso de la capsula en el mar o en zonas aisladas. 

Las históricas vinculaciones estratégicas entre India y Rusia se han visto reforzadas por la personalidad del primer ministro Narendra Modi, que mantiene excelentes relaciones con Vladimir Putin, especialmente en el campo espacial
El impacto del coronavirus y la falta de financiación

El curso había quedado limitado a sesiones telemáticas desde mediados de marzo, al activarse las medidas de distanciamiento y seguridad sanitaria dictadas por la Agencia Espacial Federal de Rusia (Roscosmos) para hacer frente al coronavirus COVID-19. Las causas de la suspensión del programa de selección de astronautas tomada por el ejecutivo pakistaní que preside el primer ministro Imran Khan son principalmente dos. En primer lugar, el impacto de la pandemia sobre los más de 205 millones de habitantes, con alrededor de 130.000 afectados y cerca de 2.500 fallecidos reconocidos oficialmente. En segundo término, el importante descenso de las exportaciones y la falta de recursos económicos suficientes para hacer frente al ambicioso proyecto.

El ministro de Ciencia, Fawad Chaudhry, confiaba en haber cerrado meses atrás un acuerdo con Emiratos Árabes Unidos. La intención de Pakistán es poner en marcha un programa espacial conjunto, una vía para recibir apoyo económico con el que sufragar su primer vuelo tripulado al cosmos. El citado convenio todavía no se ha hecho realidad, ni tampoco el que pretende establecer un parque tecnológico en colaboración con Arabia Saudí y la industria privada paquistaní, iniciativa que busca incrementar la pujanza del sector espacial nacional y que está en fase de negociación.

Elegido primer ministro en agosto de 2018, Imran Khan ‒famoso ex jugador de críquet‒ había tomado a finales de 2018 la decisión de emular el programa de vuelos espaciales de India, lo que negoció con el primer ministro del Consejo de Estado de China, Li Keqiang, durante su visita a Pekín en noviembre de ese mismo año. 

El ministro de Ciencia, Fawad Chaudhry, pretende cerrar un acuerdo espacial con la Unión de Emiratos Árabes y levantar un parque tecnológico con la ayuda financiera de Arabia Saudita
Una competencia que llega hasta el campo espacial

Sus intenciones las reafirmó en julio de 2019, tras el despegue de la misión india Chandrayaan-2 con destino a la Luna. En octubre de 2019, con ocasión de un nuevo viaje oficial de Imran Khan a Pekín en el que también se entrevistó con el presidente Xi Jinping, la Agencia espacial de Pakistán suscribió un contrato para la formación de astronautas con la empresa estatal china responsable de la cooperación espacial.

La histórica pugna que existe entre India y Pakistán alcanza todas las esferas, a pesar de que las autoridades de Islamabab niegan tener abierta cualquier tipo de competición con Nueva Delhi en materia espacial. Un ejemplo de que la disputa entre ambos países ha traspasado las fronteras terrestres lo ofrecen los vuelos tripulados. El primer ministro indio, Narendra Modi, proclamó en el verano de 2018 que un astronauta sería puesto en órbita en 2022 para conmemorar el 75 aniversario de la independencia del país. En octubre de ese mismo año, Imran Khan anunciaba que un astronauta pakistaní también surcaría el cosmos en 2022.

A pesar de sus escasos dos años en el poder, el primer ministro paquistaní Imran Khan ha negociado numerosos acuerdos estratégicos, económicos y militares con el presidente Xi Jinping

Potencias nucleares en los dos casos, ambos países cuentan también con sus respectivas agencias espaciales. La del Gobierno de Nueva Delhi se denomina Agencia India de Investigación Espacial ‒ISRO, por su acrónimo en inglés‒ y la de Islamabab se llama Comisión de Investigación Espacial y de la Atmosfera Superior de Pakistán (SUPARCO).

Cada una de ellas tiene en marcha diferentes programas, mucho más desarrollado el de Nueva Delhi, que dispone de un importante sector espacial y autonomía para situar satélites en órbita gracias a contar con lanzadores propios, llamados PSLV y GSLV. No es el caso de Pakistán, con una industria mucho menos desarrollada, sin cohetes propios y con una total dependencia exterior, principalmente de China, para emplazar en órbita los escasos satélites con los que cuenta y los que pueda financiar en el futuro.

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