Cada país, ciudad y comunidad debería basar las decisiones sobre la celebración de eventos en los últimos datos disponibles

Para esta Navidad, la OPS recomienda evitar multitudes como procesiones y mercados

photo_camera ONU - Mercado en Argentina

La Organización Panamericana de la Salud recomendó este miércoles a los países que experimentan una transmisión generalizada de COVID-19 que consideren seriamente la posibilidad de posponer o reducir las reuniones masivas, como las procesiones religiosas, los mercados navideños y los servicios en las iglesias.

“Este no es el momento de ser anfitrión de ninguna reunión multitudinaria”, destacó el doctor Jarbas Barbosa, subdirector de la Organización, durante su encuentro semanal con los medios de comunicación donde se analiza la situación de la COVID-19 en el continente americano.

“Cada país, ciudad y comunidad debería basar las decisiones sobre la celebración de eventos públicos en los últimos datos disponibles - especialmente los datos que muestran dónde se está propagando el virus y si los sistemas de salud tienen suficiente capacidad para mantenerse al día con los casos”.

Añadió que “independientemente de la ubicación, los servicios religiosos deberían celebrarse de manera diferente este año. Deberían celebrarse al aire libre cuando sea posible o limitar su tamaño cuando no lo sea”, indicó.

Con relación a las personas que viajarán durante estas celebraciones dijo que las pruebas de COVID-19 son una herramienta importante para rastrear y combatir la propagación del virus, pero que hay que ser cautelosos para que las pruebas no nos den una falsa sensación de seguridad.

“Pueden pasar unos días antes de que una prueba diagnóstica detecte una infección por COVID-19, así que, si una prueba se hace demasiado pronto, una persona puede dar negativo mientras sigue estando infectada y contagiando a otros”, explicó.

Ante esta realidad, la Organización no recomienda depender de las pruebas de laboratorio para las personas que viajen.

El porcentaje de efectividad de la vacuna no es el único elemento que valorar

La Organización Mundial de la Salud no ve diferencias entre las vacunas contra la COVID-19 anunciadas que al final de la tercera fase de ensayos clínicos reportan diversos grados de efectividad por encima del 90%.

“No hay diferencias. Una vacuna con más del 90% de eficacia es una buena vacuna”, señaló el doctor Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles.

Sin embargo, destacó que no solo hay que tener en cuenta la eficacia sino otros elementos como la cadena de frío, ya que alguna de ellas, como la de la farmacéutica Pfizer, se ha de almacenar a una temperatura muy bajas y no todos los países están para ello; los precios de todas las vacunas anunciadas; o los métodos (material genético, ADN u otros).

“De ahí que lo importante es que nos ayudemos con mecanismos establecidos como el Fondo Rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud el Mecanismo Covax  porque nos van a asesorar a los países en cuales son las mejores opciones, pero no pensar que solamente la única característica (para tener en cuenta) es la eficacia de la vacuna”, destacó.

Prioridades de vacunación

Barbosa destacó que la primera tanda de vacunación ha de corresponder al personal sanitario ya “que es el personal de primera línea”, junto a los bomberos y los maestros, un grupo que la Organización cree que representa un total del 3% de la población de cada país.

El siguiente grupo, que representa a un 17% de la población en cada nación, incluye a personas mayores de sesenta y cinco años o más, ya que tienen un alto riesgo de presentar un caso grave de la COVID-19.

A continuación, el conjunto de un 20% de personas de cada país de entre 30 y 40 años que sufren afecciones subyacentes, como los diabéticos, los hipertensos, los enfermos de cáncer o los pacientes de enfermedades crónicas.

Por su parte, el doctor Sylvain Aldighieri, gerente de incidencias de la Organización, indicó que, en teoría, el porcentaje que para lograr la inmunización colectiva contra la COVID-19 es necesario vacunar a un umbral de personas que oscila entre el 60% y el 70% de la población, pero que se desconoce el número de personas que ya es inmune.

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