El exguerrillero derrota al populista Rodolfo Hernández con una diferencia de tres puntos para convertirse en el primer presidente de izquierdas en la historia del país cafetero

Petro gana en Colombia y consolida el viraje a la izquierda de América Latina

PHOTO - El presidente electo Gustavo Petro celebra la victoria en las urnas

“Me llamo Gustavo Petro y soy su presidente”. Colombia escribió el domingo una nueva página en su historia con la contundente victoria electoral del senador y exalcalde de Bogotá. La llegada al poder de un nuevo líder de izquierdas en una región que se tiñe de rojo a pasos agigantados con los casos de Luis Arce en Bolivia, Pedro Castillo en Perú, Xiomara Castro en Honduras o Gabriel Boric en Chile reafirma el viraje progresista emprendido hace menos de dos años en América Latina.

El candidato de Pacto Histórico, una amplia plataforma conformada hace un año por socialdemócratas, ecologistas y comunistas, venció en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales con el 50,5% de los votos por el 47,3% del aspirante de la Liga de Gobernantes Anticorrupción, Rodolfo Hernández. Una diferencia de tres puntos y más de 700.000 electores que entrega finalmente a Petro las llaves de la Casa de Nariño, la residencia presidencial, tras haberse postulado sin éxito a la presidencia en dos ocasiones anteriores. A la tercera fue la vencida.

El exguerrillero del Movimiento 19 de abril (M-19), la organización terrorista surgida tras el presunto fraude electoral de 1970, concentró la mayoría de los votos en las elecciones más concurridas desde 1998. Según las cifras oficiales, unas 22 millones y medio de personas del total de 39 llamadas a las urnas ejercieron su derecho a voto como consecuencia de la acuciante polarización política para escoger al primer mandatario izquierdista de la nación cafetera. Un hito en la historia de Colombia.

Petro, de 66 años, consiguió canalizar el fuerte descontento generado durante décadas por la clase política colombiana que estalló en las calles entre 2019 y 2020. Las movilizaciones masivas registradas entonces contra el Gobierno del uribista Iván Duque exigían la retirada del “paquetazo”, una serie de medidas lesivas para las clases medias y bajas del país, así como la implementación efectiva del proceso de paz. Al menos 47 personas perdieron la vida a manos de las Fuerzas de Seguridad.

Gustavo Petro

La proliferación de las desigualdades y el empobrecimiento de la sociedad colombiana, más allá de la inseguridad, provocaron la caída del uribismo, golpeado por la impopularidad de Duque y sin representación directa por primera vez en dos décadas. El oficialista Centro Democrático respaldó la candidatura de centroderecha encabezada por Federico ‘Fico’ Gutiérrez, que quedó fuera de la segunda vuelta en detrimento del populista Rodolfo Hernández, a quien decidió apoyar en su cara a cara con Petro.

“Petro supo interpretar ese malestar social. Además, limpió su pasado. Debemos recordar que está desmovilizado desde hace 30 años y participó en los acuerdos de paz. Desde entonces jamás ha empuñado un arma”, señala a Atalayar el consultor y profesor de la Universidad Externado de Colombia, Sergio Guzmán. El exmilitante del M-19 jugó un papel determinante en el primer proceso de paz entre el Estado y una guerrilla, así como en la posterior redacción de la Constitución de 1991, vigente en la actualidad. Una participación que no renovó su imagen ante una parte de la opinión pública.

“La sociedad colombiana es una sociedad de centroderecha. La derecha concentra un gran poder económico, militar y mediático. Esto es un claro obstáculo para Petro”, subraya Guzmán. La caricaturización y explotación de la imagen radical del líder izquierdista ha supuesto un lastre para su ascenso al poder. Petro ha tenido que hacer frente a la extendida consideración de ilegitimidad que sufre la izquierda colombiana, vinculada aún de forma intencionada con la insurgencia armada de las guerrillas. Ese había sido el motor de la ‘petrofobia’, por eso su victoria es simbólica.

Antes hubo de hacer frente en las urnas al ingeniero Rodolfo Hernández. Como Petro, el exalcalde de Bucaramanga era otro destacado candidato ‘antiestablishment’. Pero, a diferencia de Petro, Hernández enfocó su programa en combatir la corrupción rampante con una retórica populista, sin apenas detallar propuestas en otros temas. Lo hizo a pesar de arrastrar un sonado caso de corrupción cuando ocupaba la alcaldía de la capital del departamento de Santander, un cargo desde el que abofeteó a un concejal cuando este verbalizaba las sospechas de corrupción por su gestión.

El acaudalado empresario santandereano de 77 años proyectó su campaña en redes sociales, donde amasó una gran cantidad de seguidores. Conocido como ‘El Viejito de TikTok’, Hernández evitó dialogar con Petro a pesar de una orden judicial que le instaba a mantener un debate presidencial. Se zafó del cara a cara con excusas y apenas compareció en las últimas horas previas a la elección. Pese a ello, recibió el apoyo del uribismo y el centroderecha, pero se mostró incapaz de movilizar a esa masa de votantes.

@ingrodolfohernandez Tres regalos de la vida que me llenan de felicidad♥️? #RodolfoHernandez #RodolfoPresidente #elecciones2022 #colombia ♬ sonido original - Capitán Ferrer

El perfil de Hernández, comparado con Trump por sus declaraciones misóginas y sus recurrentes salidas de tono —llegó a decir incluso en una entrevista que admiraba a Adolfo Hitler, aunque luego se retractó y dijo referirse a Albert Einstein—, hizo temer que lanzara acusaciones de fraude electoral en caso de no conseguir la presidencia, pero finalmente aceptó los resultados. Algo que quizá habría hecho Petro, quien sembró la duda de un posible pucherazo durante la votación.

Como número dos del ticket presidencial ganador está Francia Márquez. La abogada y activista medioambiental ha sido una baza de la candidatura de Petro y será la primera vicepresidenta negra en la historia del país a partir del próximo 7 de agosto, fecha en que está fijada la investidura. Su victoria, como expresó, es la victoria de “los nadies”, aquellos que como ella son descendientes de esclavos o proceden del estrato más bajo de la sociedad colombiana. Pero Guzmán subraya que “una cosa es ganar y otra muy distinta gobernar”.

“Petro tiene el reto de gobernar un país dividido, un país desconfiado”, apunta el profesor de la Universidad Externado de Colombia. El exguerrillero, que pasó por prisión en la década de los ochenta, ha generado grandes expectativas en el sector más vulnerable del electorado con sus propuestas de cambio. Petro apuesta por acometer reformas estructurales en Colombia en materia energética, social y fiscal, pero tendrá que hacer frente a la oposición. “El Congreso no va a ser permisivo”, anticipa Guzmán.

“Viendo los resultados un día después, lo tiene cuesta arriba”, opina el consultor colombiano. El presidente electo no solo deberá mantener el equilibrio con respecto de la oposición; también deberá contrarrestar el poder de la iglesia, las Fuerzas Armadas, los grupos de presión económicos o del crimen organizado, que ha conseguido infiltrarse en las instituciones. El cambio opondrá fuertes resistencias. En este sentido, Guzmán cree que Petro tiene que aprender del legado de Duque, de sus errores, y escuchar a la calle.

Francia Márquez

A lo largo de la campaña, el que fuera alcalde de Bogotá ha dejado claro que, a su juicio, el modelo productivo colombiano no funciona porque depende en exceso del petróleo y del tráfico ilícito de cocaína. Una realidad que, según Petro, ha ahondado en las desigualdades. Para el presidente entrante es vital diversificar la economía y suspender las explotaciones petrolíferas, una medida que colisiona con demasiados intereses. “Va a tener que ceder si quiere sacar adelante algunas reformas”, sostiene el consultor colombiano.

El tercer país más grande en extensión de América Latina, de 51 millones y medio de habitantes, se ha pronunciado en el mismo sentido que sus vecinos durante los últimos dos años. Colombia sigue los pasos de Perú con la elección de Pedro Castillo, Honduras con Xiomara Castro o Chile con Gabriel Boric. Más allá de los casos de AMLO en México, Alberto Fernández en Argentina o Luis Arce en Bolivia. Aunque el triunfo electoral de Petro tiene quizá más valor que el resto teniendo en cuenta que la sociedad colombiana es una sociedad mayoritariamente conservadora.

Los analistas han observado un cambio de tendencia regional: Colombia y el resto del continente se ha vuelto más progresista. El profesor de la Universidad Externado, sin embargo, no está de acuerdo: “No creo que sea un viraje a la izquierda, sino que casi todos los candidatos que han ganado recientemente en la región se han opuesto al Gobierno anterior. No es tanto un enfrentamiento entre la izquierda y la derecha como un papel de oposición. Es decir, tiene que ver más con la insatisfacción que con la alineación ideológica”.

Bogotá ha sido hasta el momento el principal socio de Washington en América Latina, con quien ha colaborado en materia comercial, migratoria y de seguridad. La llegada de Petro, vinculado por sus adversarios con los regímenes de Cuba, Nicaragua o Venezuela —de los que se ha tratado de distanciar en diversas ocasiones—, puede alterar esta dinámica de alianzas. Por de pronto, Petro se ha comprometido a normalizar relaciones con Caracas. Después, las intenciones del exguerrillero se centrarán en Chile o en Brasil, donde Lula espera coger el relevo en octubre.

Coordinador de América: José Antonio Sierra

Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato