Real Madrid y Barça se quedan sin gol antes del Clásico
La falta de gol del Real Madrid es el Padre Nuestro que reza la parroquia blanca desde hace años. Incluso con Cristiano Ronaldo en el equipo. Cuando el portugués se resfriaba el equipo sufría una pulmonía sin un goleador de su talla. Cuando se marchó CR7 alguien quiso hacer creer al socio que el gol se repartiría, como el Gordo de la Navidad. Pero la realidad es mucho más dura y la pandemia lo ha empeorado todo. Hazard nunca será el del Chelsea y Benzema sigue arrastrando la pesada losa de llevar el 9 en la camiseta.
El Cádiz se presentó en el Alfredo di Stéfano a jugar al fútbol. El Real Madrid no salió del vestuario hasta el minuto 80 cuando vio que el partido se le escapaba. El equipo gaditano se ha adaptado muy bien a Primera. Ha basado su ascenso en la continuidad del estilo de Álvaro Cervera desde hace cuatro temporadas en Segunda y en fichajes importantes. Negredo, Álex, Lozano, Espino, Cata… son los pilares del equipo. Jugadores solventes, con experiencia, que pueden sostener a la plantilla.
Con intensidad y velocidad el Cádiz desarmó al Real Madrid. Marcelo le ha dado tanto al club que Zidane le dará tantos minutos como días de contrato le queden. Modric intentó cargar con el centro del campo, pero Kross no aguantó el ritmo tras la lesión y lo de Isco es una falta de respeto al fútbol. El malagueño es una sombra de lo que fue y no parece interesado en volver. El problema del gol es la historia interminable. Benzema alejado de la portería y sin puntería. Vinicius encarando por banda sin un rematador en el área y a Jovic ya se le está poniendo la cara de ausente de Bale.
El miércoles llega el Shakhtar a Valdebebas después de golear en su liga 5-1 al Lviv. No sufrirá para ganar al Real Madrid si los de Zidane repiten el partido ante el Cádiz. El problema es que el conjunto blanco dará la cara de la Champions. Quizá no sea su mejor perfil porque ha perdido pegada, pero es el favorito y lo demostrará. A esto ha acostumbrado el Real Madrid a sus aficionados. Subidas y bajadas de intensidad que le dan para ganar Ligas pero que ya no le permitirán hacer ruido en Europa en unos años.
El Barça se ha buscado la falta de gol. El destino ha castigado aquella aciaga operación que acabó en el fichaje del delantero del Leganés para poner parches a la operación de Suárez y a la lesión de Dembélé. El Getafe de Bordalás ató al Barça de pies y manos. Un juego aún menos lucido que el del Cádiz en Valdebebas, pero igual de eficaz. Messi, Griezmann, Dembélé, Coutinho… nadie fue capaz de hacer un gol. Horas antes Luis Suárez abría el marcador del Atlético de Madrid en Vigo. Una comparación que acompañará a las partes hasta junio.
Messi es un jugador liquidado en el club azulgrana. Quiso zanjar la polémica del burofax para centrarse en el fútbol, pero su cabeza no ha olvidado aquellas duras semanas. Tiene que ser incómodo seguir en un lugar en el que no quieres estar. Obligado por directivos que tienen las horas contadas. Koeman ha hecho más por el fútbol del Dream Team en dos partidos que Setién en seis meses. Va en la personalidad y en un currículo que ahora sí respetan los jugadores. El Barça acabará jugando porque sabe qué tiene que hacer, pero le falta un nueve. Griezmann es el alma gemela de Isco, pero en mejor forma física. Tuvo que marcar un golazo con Francia y sentirse valorado por Deschamps para aclarar que en el Barça no juega donde debería y de ahí su bajo rendimiento. Hay datos: en Francia participa una media de cien veces por partidos y en el Barcelona, 30.
No hay duda de que vienen años de vacas flacas para los grandes del fútbol español. Tienen nombre y prestigio para seguir en Europa, pero están lejos de ganar la Champions. Messi ya avisó cuando llegó Setién y en el Real Madrid no hablan porque la plantilla está mucho más unida, pero se retratan en el campo. Aquel partido ante el City con aquellos errores groseros de Varane eran la antítesis del equipo que acababa de ganar la Liga sin jugar a nada. Sin gol no hay fiesta.
