Los líderes turco y ruso mantuvieron un encuentro de tres horas para intentar reconducir la situación siria

Reunión entre Erdogan y Putin con el conflicto de Siria encima de la mesa

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Turquía lleva tiempo trabajando para acabar con una crisis migratoria que genera gran inquietud en su sociedad. Las incesantes olas de gente procedentes de Siria han provocado que la situación se encuentre al límite, y desde el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan pretenden acabar con ello cuanto antes. Por ese motivo, a pesar de tener prevista una reunión con el presidente Vladimir Putin, el líder turco envió tropas a Idlib una semana antes del encuentro con el máximo mandatario ruso, sin esperar a una negociación que ambos han calificado como “positiva”.

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En medio de acusaciones cruzadas entre ambos Ejecutivos por la violación del acuerdo para el alto al fuego, Erdogan y Putin han mantenido su primera reunión tras la llegada de la pandemia de la COVID-19. En ella, el primero de los puntos en la agenda era tratar el conflicto de Siria que mantiene a turcos y rusos enfrentados. Mientras el Gobierno de Rusia apoya al régimen de Damasco liderado por Bachar Al-Asad, Ankara mantiene su respaldo a las milicias rebeldes. Turquía decidió enviar tropas hace apenas una semana como medida de refuerzo en la región de Idlib, al norte del país, ya que, según los de Erdogan, están sufriendo un aumento de los bombardeos por parte de Rusia.

Desde el lado ruso, como no podía ser de otra manera, devuelven la acusación a Turquía y dicen estar empelando la fuerza en Idlib en virtud de la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. En esta se estipula combatir el terrorismo en todo el territorio sirio. Ha sido el propio ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, el que ha salido a defender las ofensivas de su país argumentando que no iban a “consentir las salidas de los terroristas de la zona de distensión de Idlib”.

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Sin embargo, la reunión entre Erdogan y Putin parece haber calmado la situación, al menos en el corto plazo. El presidente turco manifestó a través de su cuenta de Twitter que la conversación con su homólogo ruso había resultado “productiva”, aunque no quiso ofrecer más detalles. Por su parte, Vladimir Putin, describió el encuentro como “útil y sustancial”, a pesar de que avisó horas antes que las conversaciones entre Moscú y Ankara “a veces no son fáciles”. Según el presidente de Rusia, han sido capaces en esta reunión de “encontrar compromisos que benefician” a los dos países, por lo que se espera algún cambio en suelo sirio que relaje la tensión que ha ido escalando a lo largo de las últimas semanas.

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A pesar de mantener claras diferencias en lo que respecta a Siria, la realidad es que Rusia y Turquía están en buena sintonía en otros asuntos de vital importancia. En el aspecto armamentístico, Ankara se ha acercado mucho recientemente a Moscú, llevando incluso a ponerle en el punto de mira de sus aliados de la OTAN. La adquisición de un segundo lote de sistemas antimisiles rusos s-400 tendrá como consecuencia nuevas sanciones desde Estados Unidos, como ya hicieron con la compra del primer lote. Sin embargo, Turquía, a través de su presidente, ha asegurado que seguirán adelante a pesar de la presión ejercida por Washington para frenar el acuerdo con los de Vladimir Putin.

La llegada de AUKUS es otro de los factores que han golpeado la credibilidad de una OTAN que se tambalea y en la que muchos hace tiempo que no creen. El malestar de Francia ante la ruptura del acuerdo para vender submarinos propulsados a Australia por un valor que rondaría los 50.000 millones de euros es tan sólo una muestra de la debilidad ante la que podría estar la organización. De hecho, desde París se invita a dejar de lado al país presidido por Joe Biden en tareas de defensa y centrarse en desarrollar una estrategia común en toda Europa, con independencia de lo que hagan los norteamericanos.sistema-antimisiles-s400

Precisamente por ello, Turquía está haciendo oídos sordos a las advertencias que le llegan desde la Casa Blanca. En Ankara creen firmemente que “nadie puede interferir con eso. Somos los únicos en tomar tales decisiones”, en referencia a la adquisición a los sistemas de defensa rusos. Además, Estados Unidos niega la afirmación turca de no haber tenido otra opción dentro de la OTAN, asegurando que “Turquía ha tenido múltiples oportunidades durante la última década para comprar el sistema de defensa Patriot de Estados Unidos, y en su lugar eligió comprar el S-400, que proporciona a Rusia ingresos, acceso e influencia”, según el portavoz del Pentágono, John Kirby.

La situación de Turquía es tremendamente compleja en este punto. Su cada vez más cercana posición a Rusia parece alejarles de la OTAN, pero no pueden dejar de lado su postura en Siria que, a pesar de los avances en las negociaciones, les mantiene enfrentados con Moscú. Al mismo tiempo, Estados Unidos presiona a Ankara para que no firme la compra de los sistemas s-400 que, según los americanos, supone una amenaza para sus aviones F-35. Erdogan está poniendo a su país en una posición comprometida – algo que tampoco supone una novedad – y, en el caso de seguir su hoja de ruta, Turquía tendrá que hacer frente de nuevo a sanciones estadounidenses como las aplicadas en diciembre del año pasado.
 

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