Roland Nadal o Rafa Garros, llega el 14º título en París
Trabajo, educación, deportividad, humildad, fuerza mental y mucha calidad. Este es el resumen del mejor deportista español de todos los tiempos y de uno de los mejores deportistas del mundo.
Algunos comparan este año la consecución del decimocuarto título con la decimocuarta Champions League del Real Madrid.
La suerte hizo que Rafa Nadal coincidiera en su parte del cuadro con Novak Djokovic, Zverev o Carlitos Alcaraz.
Esto hizo que el partido con el serbio fuera considerado como una final anticipada. Lo cierto es que el partido más igualado y que parecía que sería un partido recordado durante mucho tiempo fue contra Alexander Zverev hasta que por mala suerte el gran jugador alemán se lesionó.
El cruce español no se produjo precisamente porque Zverev eliminó a Alcaraz en un gran partido.
En el otro lado del cuadro estaban Cilic, Rublev, Rune y el finalista Casper Ruud. Nada comparable a los Nadal, Djokovic, Alcaraz, Zverev.
El Real Madrid eliminó al Paris Saint Germain, Chelsea y Manchester City.
Como se dice en fútbol: si quieres ser campeón hay que ganar a los mejores. Pero en el tenis y en concreto en Roland Garros el desgaste físico es muy grande. En apenas diez días se concentran todos los partidos. Rafa tuvo que enfrentarse a Djokovic, a los dos días a Zverev y en otros dos la final.
Esto sumado a sus limitaciones físicas. Ahora nos hemos enterado de que ha jugado con su pie infiltrado, dormido, para aguantar el dolor. Con el hándicap de pérdida de sensibilidad.
En el fútbol los partidos no son tan seguidos. Pasan quince días entre eliminatorias, aunque dependiendo de la liga interna se siguen jugando casi cada tres días los partidos.
Este año ha sido mágico para Rafa, llegó muy mermado físicamente a Roland Garros, el cuadro no le benefició en nada, los horarios nocturnos también le perjudicaron para su tiempo de recuperación, pero es que la pista Philippe Chatrier es para Rafa como jugar en su casa. Es como el estadio Santiago Bernabéu para el Real Madrid.
Cuanto más difícil y complicado, Rafa se supera cada vez más. Similar a las situaciones que este año superó el Real Madrid. En los momentos clave de los partidos, Rafa saca su repertorio de golpes imposibles. Sin un mal gesto, solo mucho coraje y fuerza mental. “Hasta el final, vamos Rafa”.
Como el equipo madridista, que cuando parece que todo está perdido se agarra a una pequeña debilidad del contrario para resucitar con más fuerza y doblegar a sus rivales.
Pero lo de Rafa tiene mucho más mérito. Él está solo en estas situaciones. No tiene un equipo que le acompaña. Jugador contra jugador. No tiene un Rodrygo que sale del banquillo para remontar, ni un Benzema que sigue presionando como si fuera el minuto uno de partido, ni un Courtois salvador.
Rafa es Karim, es Thibaut, es Vini, es Carletto, es Luka, todo en uno. Él tiene un gran trabajo previo, es el más profesional. Unos tics y unas rutinas que le hacen no perder la concentración y una fuerza mental que le hace superar los momentos críticos del partido.
El Real Madrid siempre está en la Champions. Va cambiando sus jugadores y cada año planta cara a sus rivales. Desde la época de Mourinho siempre está entre los mejores de la Champions. Va cambiando jugadores y entrenadores. El Santiago Bernabéu siempre está ahí. Ahora más moderno. La afición siempre estará también.
Rafael Nadal tiene su equipo de entrenadores y fisioterapeutas, pero él salta solo a la pista. Lo de este año parecía imposible, pero lo consiguió con una final muy tranquila. Como el Madrid, eliminando a los mejores y con una final sin tanta emoción como las eliminatorias del PSG, Chelsea o City.
Un año más. Van catorce. ¿Hasta cuándo? Ayer se despidió diciendo: “Lo seguiré intentando”
“Hasta el final vamos Real, vamos Rafa”.