Marruecos y Argelia negocian con Moscú la construcción de centrales nucleares

Rusia controla el equilibrio atómico en el Magreb

REUTERS/RADOVAN STOKLASA - Reactor de una central nuclear

Rusia se ha personificado en el norte de África en un sector vital y de interés estratégico para Marruecos y Argelia. Aprovechando la coyuntura internacional de crisis energética, que combina el aumento vertiginoso de los precios de los hidrocarburos y la exigencia de energías verdes no contaminantes, Moscú ha ofrecido a los dos países centrales del Magreb la construcción de centrales nucleares, desaladoras de agua de mar y centrales eléctricas, a precios muy competitivos. Por diferentes razones, tanto Argel como Rabat, están ultimando los acuerdos para la adquisición de estas plantas estratégicas con los constructores rusos.

La agencia rusa TASS ha anunciado este miércoles que Rusia ha aprobado un proyecto para ayudar a Marruecos en la construcción de infraestructuras nucleares. El proyecto, que llevaba casi cinco años negociándose, ha sido por fin aceptado por Moscú y correrá a cargo del gigante ruso ROSATOM. Fue firmado en 2017 durante la visita del ex primer ministro ruso Dimitri Medvedev a Marruecos, dentro de un amplio paquete de 11 acuerdos de cooperación bilateral. El aval definitivo para este acuerdo ha sido ratificado por el actual jefe de Gobierno ruso, Mijaíl Mishustin, junto con otros 14 acuerdos bilaterales. Moscú no sólo construirá centrales nucleares y desaladoras, sino que formará el personal técnico y científico marroquí que se encargará de la gestión de las mismas.

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Marruecos ya posee un reactor nuclear dedicado a la investigación, el TRIGA Mark II, que es considerado como un modelo por la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) para el continente africano.

A pesar del anuncio por la agencia TASS de la aprobación de este acuerdo de cooperación entre Moscú y Rabat, Marruecos no descarta asociarse con Francia o Israel para la producción de electricidad en base a plantas nucleares.

Para no romper el frágil equilibrio geopolítico y estratégico existente en el norte de África, entre Argelia y Marruecos, Rusia estudia la posibilidad de desarrollar la producción eléctrica en Argelia a base de la energía nuclear.

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El 30 de agosto pasado, el ministro argelino de Energía y Minas recibió al nuevo embajador ruso en Argel, Sem Valerian Shuvaev, con quien abordó la cooperación bilateral en estas materias. Sin embargo, por el momento, solo se trata de estudios de cooperación. Argelia posee dos reactores nucleares experimentales, uno, Essalam, en Ain Usera construido por China en 1993; y el otro, NUR, en la localidad de Draria cerca de la capital, construido por Argentina en 1989. Por el momento no ha trascendido ninguna información oficial sobre la concretización de acuerdos en electronucleares entre Argel y Moscú.

La penetración de Rusia en esta área estratégica y extremadamente sensible en el Magreb posee un componente político innegable: mientras que para Argel es simplemente la prolongación de los acuerdos de cooperación estratégico-militares entre los dos países, para Rabat es una baza de acercamiento a Rusia, miembro permanente del Consejo de Seguridad, donde se dirime la cuestión del Sáhara Occidental, que enfrentan a Marruecos y Argelia desde hace casi medio siglo. 

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