Zelensky promete volver a recuperar el control de Lugansk con armas de largo alcance proporcionadas por Estados Unidos

Rusia proclama el control total de la región de Lugansk

photo_camera AP/OLEKSANDR RATUSHNIAK - Militares ucranianos caminan junto a los fragmentos de un avión derribado en Kiev, Ucrania, el viernes 25 de febrero de 2022

El Ministerio de Defensa ruso ya ha informado al presidente de Rusia, Vladimir Putin, sobre la caída de la ciudad de Lisichansk y, por ende, continúa avanzando más en el control de la región del Donbás, unos de los principales objetivos de la campaña de Putin para conseguir “desnazificar” la región. Horas después de que los rusos tomaran la ciudad, el estado mayor del Ejército ucraniano informaba que “después de intensos combates por Lisichansk, las fuerzas de defensa de Ucrania se vieron obligadas a retirarse de sus posiciones y líneas ocupadas”.  Después de ser informado sobre la nueva situación, el presidente de Ucrania, Volodomir Zelensky, prometió volver a recuperar el territorio pronto.

Para los ucranianos la toma de la ciudad de Lisichansk ha sido un duro golpe. Esta era el último bastión de importancia de la resistencia de la región de Lugansk y con su caída los ucranianos han perdido el control sobre la región. Tal y como indicó el portavoz de Defensa de Ucrania, Yuri Sak, “para los ucranianos, el valor de la vida humana es una máxima prioridad, por lo que a veces podemos replegarnos de ciertas áreas para poder retomarlas en un futuro”

Por su parte, Zelensky declaró a través de un vídeo que Ucrania “devolverá el golpe con armas de largo alcance, con los lanzacohetes HIMARS suministrados por Estados Unidos (…) reconstruiremos los muros, recuperaremos el territorio. Hay que proteger a la gente por encima de todo”, alertó.

Lisichansk ha sido en las últimas semanas el principal objetivo del Ejército ruso. La ciudad ha sido escenario de continuos asedios por parte de las fuerzas rusas y prorrusas. Finalmente, tras conseguir tomar la ciudad y después de haber capturado la vecina ciudad de Severdonetsk, el Ejército ruso habría conseguido “liberar” Lugansk. A esta nueva situación el Kremlin agregó que entregaría la provincia a la autoproclamada República Popular de Lugansk, cuya independencia Rusia reconoció antes de iniciar la invasión sobre Ucrania. Además de Lisichansk, las tropas rusas tomaron el control de los pueblos de Verjno Kamianka, Zolotarivka y Bilhorivka, cerca de la provincia de Donetsk, lo que se traduce en el control total del oblast de Lugansk por parte de las fuerzas rusas y prorrusas. 

Después de conocerse la caída de Lisichansk, un supuesto ataque ucraniano habría dejado cuatro muertos en la ciudad rusa de Belgorod, cerca de la frontera con Ucrania. Además de los fallecidos, entre los que se encontraba un niño, 11 edificios y 39 casas particulares habrían registrado importantes daños.

Asimismo, en medio de las crecientes especulaciones sobre la posible implicación de Bielorrusia en el conflicto, el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, aseguró que su Ejército habría interceptado misiles que se habrían lanzado desde Ucrania. De acuerdo con el presidente hace unos días “intentaron atacar objetivos militares en Bielorrusia desde Ucrania. Gracias a Dios, nuestros sistemas antiaéreos Pantsir interceptaron todos los misiles disparados por las fuerzas ucranianas”.

Sumados a estos ataques, Zelensky informó que Rusia habría atacado “brutalmente” a través de nuevos bombardeos las ciudades de Járkiv, Kramatorsk y Sloviansk con cohetes, ciudades ubicadas el este del país. En la ciudad ucraniana de Slovianksk, las nuevas ofensivas rusas habrían causado seis muertos y 20 heridos. A esto el Ministerio de Defensa ruso añadió que también habrían golpeado la infraestructura militar de Járkiv, la segunda ciudad más grande del noroeste del país ucraniano, donde las fuerzas ucranianas habrían estado construyendo nuevas fortificaciones después de los bombardeos nocturnos. 

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Según los datos recogidos por Reuters, desde que Rusia inició su invasión el pasado febrero, al menos 4.000 personas habrían muerto y otras 13.000 habrían resultado heridas. Del mismo modo, se calcula que 2,3 mil edificios habrían sido destruidos tras los bombardeos, situación que ha propiciado el desplazamiento de más de 5,26 millones de ucranianos en condición de refugiados.

Los últimos acontecimientos en Ucrania muestran que una victoria militar por parte de Zelensky cada vez sea algo más difícil. La caída de Lisichansk, como consecuencia del intenso fuego de artillería ruso, hace que las tropas de Putin estén cada vez más cerca de controlar el Donbás. Es aquí donde Rusia continúa movilizando sus fuerzas ante una Ucrania cada vez más cansada y exhausta.

La cuestión ahora radica en conocer si Rusia se contentará con el este ucraniano o bien seguirá avanzando, regido por los deseos imperialistas de Putin. Lo que pase en un futuro solo lo puede conocer él.  

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