El Kremlin está dispuesto a invertir miles de millones en un complejo orbital, con o sin la colaboración de terceros países

Rusia sigue la senda de China y está a punto de ordenar su propia estación espacial

PHOTO/Kremlin - Desde el nuevo cosmódromo siberiano de Vostochni partirán los cohetes pesados Angara A5 para la construcción de ROSS. En la imagen, el director general de Roscosmos, Dimitri Rogozin, explica a Vladimir Putin las características de la base

En plena crisis de Ucrania, Moscú no solo está resuelta a demostrar su enorme poderío militar y sus bazas diplomáticas a la Administración Biden, al secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg, y al mundo entero. También quiere acreditar que sigue siendo una super potencia en todos los órdenes y que, como tal, desea ser tenida muy en cuenta.

Pionera del acceso al espacio y de los viajes tripulados a la órbita de la Tierra, Rusia es consciente que en la última década ha sido superada por China y que sus problemas económicos la han hecho descender de la segunda posición mundial a la tercera categoría. Pero Moscú ha tocado arrebato y va a asumir los esfuerzos presupuestarios que sean pertinentes para escalar posiciones.

El principal valedor de las inversiones del Kremlin hacia el sector espacial es el propio presidente Vladimir Putin. Sabedor que uno de los grandes planes de la NASA norteamericana es liderar el futuro complejo cislunar Gateway y que su aliado chino Xi Xinping ya tiene desde el pasado mes de abril su pequeña estación espacial Tiangong con tres astronautas a bordo, ha dado directrices claras a Roscosmos, la Agencia Espacial de la Federación de Rusia.

Vladimir Soloviev, máxima autoridad del gigante espacial ruso Energía, explica en las jornadas cosmonáuticas celebradas a finales de enero en Moscú el despliegue de ROSS, la futura Estación Orbital Rusa de Servicio

¿Cuáles son esas instrucciones? La primera de todas, que concluya el proyecto que tiene en marcha para la construcción de un complejo orbital de nueva generación, con o sin la participación de terceros países. Los miles de millones de rublos necesarios para su financiación correrán a cuenta del Estado ruso o se sacarán de donde haga falta.

Así ha quedado confirmado en el marco de unas jornadas sobre cosmonáutica celebradas a finales de enero en Moscú, que ha contado con el beneplácito del director general de Roscosmos, Dimitri Rogozin. Uno de los ponentes más relevantes del encuentro ha sido Vladimir Soloviev, diseñador jefe y máxima autoridad de la Corporación Industrial Estatal Energía, el gigante del sector espacial ruso, que ha confirmado algunos detalles de ROSS ¿Qué es ROSS? 

En una videoconferencia con los altos directivos del sector espacial, Putin dio la directriz de que aunque la ISS extienda su vida más allá de 2024, los planes de desarrollo de los territorios rusos, incluido el Ártico, hay que tenerlos en cuenta
El primer eslabón se pondrá en 2026

Acrónimo del ruso Rossískaia Orbitálnaia Sluzhébnaia Stantsia, ROSS significa en español Estación Orbital Rusa de Servicio. Está concebido como un complejo orbital de “arquitectura abierta y elementos modulares que se reemplazarían cuando se agote su vida útil”, asegura Rogozin. Su finalidad oficial es “supervisar la navegación, las condiciones del hielo, las principales áreas petrolíferas y los efectos de la contaminación en el Ártico y en las rutas del Mar del Norte”, ha detallado Vladimir Soloviev.

El primer eslabón del nuevo puzle espacial será una pieza cilíndrica de nuevo diseño y de unas 20 toneladas de peso. Su puesta en órbita está programada para 2026 y labor es proporcionar energía eléctrica, propulsión y el sistema de guiado del conjunto de módulos, una vez que Putin encienda antes la luz verde, apruebe su multimillonario presupuesto y firme la orden para proceder a dar vida a ROSS.

Si así ocurre y se cumple el calendario previsto, la construcción de la primera fase de ROSS se prolongará hasta 2028, con el acoplamiento de otros tres elementos, paneles solares y nodos para el ataque de cápsulas, que en total sumarán un volumen de 228 metros cúbicos. Todo ello conformará un complejo orbital más pequeño que la desaparecida estación espacial Mir, que permaneció en órbita desde febrero de 1986 hasta el 23 de marzo de 2001, cuando reentró en las capas altas de la atmósfera y ardió en su totalidad. 

El complejo orbital Mir, conocido como la dama del espacio, comenzó su construcción en febrero de 1986 y terminó sus días el 23 de marzo de 2001, cuando reentró en las capas altas de la atmosfera y ardió en su totalidad

Pero en una segunda etapa, hasta 2030, se añadirían otros dos módulos, que ya alcanzarán en torno a los 600 metros cúbicos. Uno se dedicaría a la reparación de satélites o para rellenar de combustible sus depósitos. Serian atrapados por astronaves que harán las veces de remolcadores y los acercarán hasta el complejo espacial. Solventadas las anomalías, volverían a ser posicionados en el espacio. El otro eslabón tendría funciones comerciales, por ejemplo, albergar a los llamados turistas espaciales y a sus caprichos, una fuente de ingresos para Roscosmos.

A diferencia de la ya inexistente Mir, Roscosmos no se plantea que ROSS permanezca tripulada de forma permanente. Los cosmonautas accederán a su interior y podrán permanecer en ella durante varios meses, ya que dispondrá de software e instrumentos para que sus equipos científicos funciones de forma automática sin albergar inquilinos. Es el mismo planteamiento que la NASA tiene para su complejo orbital Gateway. 

Stanislav Krasilnikov - Tres grandes altos directivos del sector espacial de Rusia. De izquierda a derecha, Nikolai Sebastianov (Gazprom Space Systems), Dimitri Rogozin (Roscosmos) y Vladimir Soloviev (RSC Energía)
Nuevos lanzadores y nuevas cápsulas 

Para colocar en el espacio cada uno de las piezas de ROSS se empleará el nuevo lanzador pesado Angara A5, que despegará desde el cosmódromo de Vostochni, que se está acabando de levantar en Siberia, a más de 5.500 kilómetros en línea recta de Moscú.

Las cápsulas para trasladar a los cosmonautas serán las veteranas Soyuz y las que lleven suministros las también experimentadas Progress, que partirán desde Baikonur, en la República de Kazajistán. Vladimir Soloviev ha confirmado que en un segundo tiempo “se empleará el lanzador Soyuz 5 y las cápsulas tripuladas reutilizables Oryol”, ambos todavía en proceso de desarrollo.

La vida y los experimentos a bordo de la ISS pueden concluir a finales de 2024 o extenderse hasta 2028 o 2030, según la voluntad y recursos económicos que acuerden Estados Unidos, Canadá, Japón, Europa y Rusia

Queda una importante cuestión por dilucidar. ¿Qué pasa con la Estación Espacial Internacional (ISS), de la que Rusia es uno de los principales socios? Su primer elemento es Zarya, el modulo clave de la ISS, que fue colocado en órbita en noviembre de 1998, al que se han acoplado otras muchas infraestructuras. Los primeros inquilinos llegaron en noviembre de 2000 y desde entonces la ISS ha alojado 251 astronautas de 19 nacionalidades, en su mayoría rusos y norteamericanos.

El mandamás de Roscosmos, Dimitri Rogozin, y el de Energía, Vladimir Soloviev, han alertado que los módulos rusos con más de 20 años, Zarya entre ellos, tienen el software desfasado y deben ser reacondicionados. De lo contrario, no ofrecen seguridad para que los astronautas vivan a bordo más allá del 31 de diciembre de 2024. Esa es la fecha que han pactado Estados Unidos, Rusia, Japón, Canadá y la Agencia Espacial Europea para abandonar la ISS. Pero la NASA se inclina por aguantar hasta 2030 y el resto de asociados se muestran de acuerdo… salvo Roscosmos. 

Cuando se inicie la construcción de ROSS, las cápsulas tripuladas y las naves de suministros se pondrán en órbita con los fiables vectores de lanzamiento Soyuz

En una videoconferencia con altos directivos de la industria espacial rusa celebrada el pasado 29 de septiembre, Vladimir Putin les envió un claro mensaje. “Aunque la vida operativa de la ISS pueda alargarse por encima del año 2024 ‒les dijo‒ debemos mirar más allá del horizonte de esta década y tener en cuenta (…) los planes nacionales de desarrollo de infraestructuras en nuestros enormes territorios, incluido el Ártico”. Significa que, más pronto que tarde, el presidente de todas las Rusias dará luz verde a la estación espacial ROSS o a un proyecto semejante. En breve lo sabremos.

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