Sáhara Occidental: nace un nuevo movimiento político
En medio de un confinamiento generalizado en el planeta, este miércoles 22 de abril de 2020, se ha constituido una nueva formación política en lo que fuera la excolonia española del Sáhara Occidental. El Movimiento Saharauis por la Paz ha surgido con fuerza, numeroso y con amplia representatividad. Las nuevas tecnologías de la comunicación, las redes sociales y la organización de encuentros virtuales, han permitido la interconexión entre la diáspora en Europa, el exilio en Tinduf y los territorios del Sáhara Occidental, y han facilitado la decisión de los promotores para romper con el monopolio político y la representatividad exclusivista que se ha atribuido el Frente Polisario durante casi medio siglo.
En un Comunicado emitido por la nueva formación, anuncian que “un centenar de cuadros, exoficiales, ex altos funcionarios del Polisario, dignatarios hijos y descendientes de miembros de la Asamblea del Sahara de la época española, además de universitarios y un buen número de activistas de derechos humanos han decidido impulsar una nueva formación política independiente”.
Entre los promotores del Movimiento figuran, además de militantes y activistas por los derechos humanos y libertades y miembros de numerosas asociaciones de la sociedad civil, un núcleo importante de la corriente Iniciativa Saharaui por el Cambio, que se constituyó hace dos años en el seno del Polisario para tratar de cambiarlo desde el interior de sus filas, pero que se ha visto obligado a claudicar ante “la intransigencia y soberbia de un viejo liderazgo acomodado en el autoritarismo y la antidemocracia”.
El principal objetivo que se propone el nuevo movimiento político saharaui es el de contribuir en la medida de sus posibilidades a encontrar una solución al conflicto existente en la región del África noroccidental, aportando un nuevo modelo de participación y representatividad en la sociedad con la cultura de “la diversidad política y del multipartidismo”, esenciales para entrar en el desarrollo y la modernidad del siglo XXI, según sus promotores.
Sin embargo, lo más importante en cuanto a programa, política y objetivos del nuevo partido político, es que “apuesta por la vía pacífica y aspira a ocupar el lugar que le corresponde como un referente político nuevo en el escenario del Sáhara”. Lo que viene a significar una ruptura de fondo con la andadura operativa del Polisario, cuyo eje principal de actividad ha sido durante 17 años (de 1974 a 1991) la lucha armada, y en los tres decenios posteriores la persistente amenaza a retomar las armas. Nació durante los años 70 del siglo pasado, y su osatura la constituye un ejército de unidades guerrilleras, constituido, entrenado y alimentado por Argelia, que ha apostado desde el principio del conflicto por “la lucha armada de liberación nacional”, doctrina sagrada de la época de la descolonización africana.
La primer reacción preventiva de la dirección del Polisario ante la iniciativa la constituyó hace unos días el discurso conminatorio hecho por una de sus figuras emblemáticas y miembro fundador del Frente, Bachir Mustafa Sayed, que amenazó con utilizar “todos los medios necesarios” para impedir las manifestaciones de críticas, reprobación o disidencia entre sus filas, como se venía barruntando. Precisamente entre los adherentes al nuevo Movimiento muchos sufrieron la represión y la cárcel en los campamentos de Tinduf tras la revuelta popular de 1988, durante la que El Bachir mostró su vena despótica.
El Movimiento Saharauis por la Paz se propone llevar adelante una acción política y diplomática ante la ONU y los organismos internacionales, así como contactar a los gobiernos y partes interesadas en el conflicto del Sáhara, como Marruecos, Argelia, Mauritania, España, Francia y los EEUU, incluyendo también al propio Frente Polisario. Su oferta y propuesta por la solución del conflicto es abierta, plural e incluyente.
La nueva fuerza política se propone organizar su primer Congreso en un plazo no superior a los dos años, plazo en el que una Comisión Política de trece miembros se hará cargo de la dirección, junto a un comité de asesores.
