Las presiones tribales para que el Gobierno libio de Unidad Nacional (GUN) ceda el poder obligaron hoy al cierre del puerto de Brega, el tercero clausurado desde el sábado, y a la interrupción de producción de nuevos pozos, que ayer afectó a de Al Sharara, el mayor del país.
"El crudo libio está siendo objeto de una ola de cierres ilegales, lo que tendrá graves daños en los pozos, reservas y equipos para el sector petrolero, así como la pérdida de oportunidades de tesorería estatal a precios que pueden no repetirse en las próximas décadas", valoró la Compañía Nacional del Petróleo (NOC) ante el alza del precio en los mercados.
Facciones tribales que exigen a Abdul Hamid Dbeibé del GUN traspasar el poder a Fathi Bashagha, designado en paralelo primer ministro por el Parlamento de Tobruk (este), han impedido el acceso a los trabajadores de diversas terminales que está forzando a interrumpir la producción y exportación desde este fin de semana.
La NOC ha anunciado hasta el momento la suspensión de los puertos de Mellita, en el oeste del país, y de Zueitina y Brega, en la parte oriental, y la producción en los campos de El Feel, Sharara, Abuatufol, Al Intisar, Anakhla y Nafura, entre otros.
"La cuarta ola de cierres afecta al crudo de Brega", detalló hoy la corporación que ha declarado de nuevo "un estado de fuerza mayor" por "imposibilidad de implementar sus compromisos con el mercado del petróleo".
La NOC alertó de las consecuencias de este bloqueo "en un momento en que los precios del petróleo se están recuperando significativamente debido al aumento de la demanda mundial, que está siendo aprovechada por todos los países productores para aumentar sus ingresos petroleros".
El impacto en el sector energético, que alimenta la demanda interna, está afectando también al suministro de la red pública, especialmente en la región oriental, ya que la mayoría de las centrales eléctricas se alimentan del gas producido en esos campos.
La compañía nacional insiste en mantener al sector petrolero, casi la única fuente de ingresos de Libia, al margen de los conflictos políticos que desde 2011 han sido blanco de rivalidades entre milicias y gobiernos.