La deuda externa tunecina ha alcanzado el 100% del Producto Interior Bruto de Túnez

Túnez es víctima de la corrupción y los "ladrones", según el presidente Saied

photo_camera PHOTO/PRESIDENCIA DE TÚNEZ - El presidente de Túnez, Kais Saied

El presidente tunecino, Kais Saied, que viajó el martes a París para asistir a una cumbre sobre la financiación de las economías africanas, afirmó que Túnez es víctima de la corrupción y de los “ladrones”, lamentando la falta de reformas.  

Túnez que tiene una deuda creciente, está negociando con el Fondo Monetario Internacional con la esperanza de obtener nuevos préstamos a cambio de reformas para sanear su presupuesto. En la cumbre de París, el presidente tunecino, pidió la cancelación o suspensión de la deuda de los países pobres. 

"Túnez necesita dinero", pero también "justicia social y erradicar la corrupción", dijo el presidente en una entrevista con el canal de televisión France 24. El país "tiene toda la riqueza, pero, por desgracia, cuantos más textos (legislación anticorrupción) más ladrones hay", dijo este académico independiente elegido presidente en 2019. Y "presumen de reformas" sin llevarlas a cabo, continuó Saied, refiriéndose al partido de inspiración islamista Ennahda, principal fuerza parlamentaria con la que mantiene una tensa relación.

Fotografía de archivo, el presidente de Francia, Emmanuel Macron (d), y su esposa, Brigitte Macron (i), reciben al presidente de Túnez, Kais Saied, a su llegada a una cena en el Palacio Presidencial del Elíseo, en París, el 17 de mayo de 2021

Los comicios legislativos de octubre de 2019 dieron como resultado un Parlamento fragmentado en una decena de partidos y una veintena de independientes. El partido islamista Ennahda, que cuenta con 52 de los 217 escaños del Parlamento, ha sido pieza clave en las negociaciones para formar Gobierno- el tercero en poco más de un años- y se ha convertido en el principal apoyo del Ejecutivo. 

Ennahda acusa a Saied, que fue elegido en un contexto de rechazo a la clase política en el poder tras la revolución de 2011, de querer ampliar sus prerrogativas desafiando la Constitución. Según los últimos sondeos sobre la intención de voto, el Partido Desturiano Libre (PDL), formado por los nostálgicos del antiguo régimen del general Ben Ali, estaría a la cabeza con el 36%, veinte puntos por delante de Ennahda, su mayor adversario ideológico. 

El pasado 26 de enero, el jefe de Gobierno, Hichem Mechichi, obtuvo una amplia mayoría parlamentaria para proceder al cambio de once de las 25 carteras- entre ellas la de Interior, Justicia y Sanidad- pero que el presidente de la República, Kais Saied, lo rechaza al considerar que no fue consultado previamente y que cinco de los nuevos ministros estarían implicados en casos de corrupción y conflicto de intereses. 

El primer ministro tunecino Hichem Mechichi, de pie a la derecha, pronuncia su discurso mientras el Gobierno se enfrenta a una votación de confianza, el martes 26 de enero de 2021 en el Parlamento en Túnez

Túnez, que atraviesa una profunda crisis política y socioeconómica, tiene que reembolsar unos 4.500 millones de euros de deuda durante el presente año. En consecuencia, Túnez necesita 5.700 millones de euros adicionales para completar su presupuesto de 2021. Su deuda externa ha alcanzado la marca simbólica de 100.000 millones de dinares (unos 30.000 millones de euros), es decir, el 100% del Producto Interior Bruto de Túnez.

Tras la visita de una delegación ministerial a Washington a principios de mayo, comenzaron las conversaciones técnicas con el FMI, según Túnez, que espera un acuerdo de tres años. Este sería el cuarto recurso al Fondo en una década. A cambio del apoyo de la institución financiera, Túnez planea reestructurar las empresas públicas y sustituir las subvenciones a los productos de primera necesidad por ayudas directas a las familias de aquí a 2024. El FMI y otros donantes han subrayado la necesidad de una amplia consulta política para llevar a cabo estas reformas socialmente sensibles.

Para su puesta en marcha, la administración del primer ministro, Hichem Mechichi, contempla un programa de bajas voluntarias que permitan a los empleados conservar el 25% de su salario neto, además de la cotización a la Seguridad Social, al tiempo que realizan una actividad privada y remunerada. El plan prevé también jubilaciones anticipadas en las que el Estado compensará la diferencia económica de la pensión correspondiente, así como promover la reducción del 50% de la jornada laboral a cambio de una disminución proporcional de su salario.

El primer ministro designado de Túnez, Hichem Mechichi (izquierda), presentando la lista de su gabinete al presidente tunecino Kais Saied (derecha) en el palacio de Cartago, al este de la capital, Túnez, el 24 de agosto de 2020

En paralelo, el Gobierno plantea captar nuevos emprendedores entre el funcionariado a través una baja temporal de un máximo de cinco años para la creación de una empresa y la posibilidad de poder reintegrar su puesto con un preaviso de seis meses de antelación.

Asimismo, defiende la necesidad de reajustar junto a sindicatos y patronal los sueldos y primas con respecto al aumento de la productividad y la evolución de la inflación incluyendo limitar el número de ascensos por departamento o ministerio.

El centro de Túnez está desierto, en medio de un confinamiento general impuesto por las autoridades en un intento de frenar un aumento de las infecciones por coronavirus, el 9 de mayo de 2021

Otra de las propuestas será incentivar la formación y los programas de movilidad entre la administración central y local con el objetivo de suplir la falta de efectivos en algunas funciones y mejorar la atención ciudadana.

Las autoridades están en contacto con el Banco Mundial, que ha prometido casi 100.000 millones de dólares a los países africanos para financiar los planes de inmunización. El país ha solicitado formar parte del plan COVAX, creado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para garantizar un acceso equitativo a las vacunas. 

El distrito de La Marsa, a las afueras de Túnez, está desierto el lunes 10 de mayo de 2021

La corrupción endémica, la crispación política y la crisis financiera que atraviesa el país no ayudan en esta tarea. Si bien ha sido el país que, ha registrado los mayores progresos, los sucesivos gobiernos han sido incapaces de mejorar la situación económica. La pandemia ha empeorado aún más esta serie de condiciones, por lo que la población permanece desencantada con la falta de avances y con el elevado desempleo.

Más en Política