El líder de los islamistas, Rached Ghannouchi, junto con un exprimer ministro son investigados

Túnez: el juzgado antiterrorista congela las cuentas bancarias de la cúpula del partido Ennahda

AFP/FETHI BELAID - El líder del partido islamista tunecino Ennahda Rached Ghannouchi muestra un signo de victoria mientras llega para ser interrogado en la sede de la policía judicial en Túnez

En el marco de la investigación por cargos de terrorismo que pesa sobre los líderes del partido islamista Ennahda, el juez de instrucción número 23 para la lucha contra el terrorismo ordenó el martes 5 de julio por la tarde bloquear todos los activos bancarios de los investigados. Entre ellos se encuentra el líder del partido Ennahda, Rached Ghannouchi, junto con distintos miembros de su familia. 

También se han congelado los activos bancarios de Hamadi Jebali, exprimer ministro del Gobierno de Moncef Marzouki, posterior a la destitución de Ben Ali y previo a la Constitución de 2014. 

Las acusaciones que pesan sobre los líderes de Ennahda provienen de la presunta implicación de 33 políticos islamistas, Ghannouchi y Jebali entre ellos, en el asesinato de dos parlamentarios socialistas en 2013, durante la presidencia de Marzouki y el Gobierno de Jebali. 

Chokri Belaïd y Mohamed Brahmi, dos políticos muy críticos con la corriente islamistas de la Ennahda, fueron asesinados a balazos cuando salían de sus domicilios. En 2014 el terrorista afiliado al Daesh, Boubakar El Hakim se atribuyó los asesinatos. La justicia tunecina vinculó al partido islamista Ennahda con estos hechos. 

Rachid Ghannouchi

No son los únicos políticos con problemas con la justicia. Elyes Fakhfakh, ministro de turismo con Jebali y después primer ministro durante menos de un año con Kaïs Saied en 2020, también se siente delante del banquillo, perseguido por cargos de fraude a Hacienda. De acuerdo con la acusación, Fakhfakh no habría declarado ciertos bienes de su propiedad y de la de su esposa conforme a la ley de 2018. Además, durante su etapa en el Gobierno habría además concedido ventajas a individuos con el objetivo de lucrarse a posteriori. 

El Club de Madrid, la organización que reúne a exjefes de Estados de todo el mundo, pidió por carta formal al presidente Kaïs Saied la liberación de Hamadi Jebali. Junto con este club, otras más organizaciones acusan a Saied de dar un giro autoritario en su política después de profundas reformas en su Gobierno y disolver la cámara legislativa tunecina. Desde el cierre del Parlamento, el presidente Saied gobierna a golpe de decreto y espera ver prosperar una nueva Constitución en el referéndum del 25 de julio. Dicha nueva Constitución trae grandes cambios al país, especialmente la materia de la relación entre el Estado y el islam, el papel presidencial, que se ve reforzado, y el sistema legislativo. 

En cuanto al poder judicial, Saied destituyó a 57 jueces a principios del mes de junio en lo que él mismo llamo “una purga del poder judicial”. Ello puso en duda la integridad de la separación de poderes en Túnez. 

Presidente Kais Saied

El proceso constituyente y la deriva autoritaria de Saied fueron puestos en duda por un informe de la Comisión de Venecia, elaborado a instancias de la delegación de la Unión Europea en Túnez. 

En el plano internacional en análisis en Túnez es complejo. Desde un punto de vista regional, sus dos principales vecinos, Marruecos y Argelia, se pelean por ser el aliado preferente con mejores relaciones y amistades en el Palacio de Carthago. El Gobierno de Saied tendría más razones de entenderse bien con Marruecos, con quien comparte una línea ideológica y de posicionamiento internacional más próxima. La oposición por su parte mantiene un juego de relaciones con Qatar o Turquía.

La fecha del 25 de julio se perfila como el posible fin de la encrucijada en la que encuentra Túnez. De la aprobación de la Constitución en el referéndum se interpretaría un apoyo popular a Kais Saïed. Fuentes cercanas al presidente han afirmado en la televisión nacional tunecina que, en caso de no prosperar el proyecto de Ley Fundamental, Saied abandonaría el poder. De ser así, Túnez se arriesga a volver prácticamente a la casilla de salida de 2011, cuando las revueltas de la Primera Árabe derrocaron al autoritario líder Ben Ali. Ghannouchi podría entonces ocupar la presidencia, siendo la Ennahda el partido más votado en las últimas elecciones.  
 

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