Stephanie Williams no fue recibida en el país turco por el ministro de Exteriores y solamente tuvo el encuentro con funcionarios de menor rango

Turquía no se implica al máximo con la enviada de la ONU para Libia

AP/WALID HADDAD - Stephanie Williams, enviada especial de la ONU para Libia

Stephanie Williams, enviada especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para Libia, visitó Turquía para tratar la actual situación del país norteafricano y no fue recibida por el máximo representante diplomático del país otomano, su ministro de Exteriores Mevlut Cavusoglu. 

La diplomática estadounidense se encontró con cargos de menor rango del Ministerio de Exteriores turco, lo que supone una falta de implicación al máximo nivel por parte del país euroasiático ante la cuestión de solventar el conflicto y establecer un mecanismo para celebrar elecciones libias, como señaló el medio Al-Arab haciendo referencia al punto de vista de diversos analistas y especialistas. De esta forma, la enviada de la ONU tuvo como interlocutor en primera instancia al viceministro de Exteriores turco, en lugar de al titular de la cartera ministerial Mevlut Cavusoglu. 

Turquía dispuso una fría acogida a la asesora de la ONU, lo que es entendido por diversos analistas como una negativa a discutir el tema de la retirada de las fuerzas extranjeras de Libia para poder llevar a cabo las anheladas elecciones y completar el proceso democrático en el país norteafricano. 

Según los expertos, Stephanie Williams no recibió la atención necesaria durante su visita a Turquía de cara a explorar vías para alcanzar la solución política en Libia, algo que los observadores interpretan como un mensaje turco de que no quieren diálogos sobre Libia con un representante de rango inferior de la diplomacia estadounidense, como puede ser el caso de Stephanie Williams. Quizás se puede interpretar que Turquía solo haría intervenir a su ministro de Asuntos Exteriores si llega para hablar el propio secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken.

"Tuve discusiones muy productivas en Ankara con el viceministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Sedat Unal, y el enviado especial, el embajador Can Dizdar", dijo Williams a través de Twitter. "Intercambiamos puntos de vista sobre los acontecimientos políticos en Libia, el proceso electoral y el camino a seguir", añadió. “También subrayamos la necesidad de fortalecer el espíritu de consenso entre las partes libias por el bien común del país”, manifestó Stephanie Williams.

Aunque, por otro lado, el ministro de Defensa turco, Hulusi Akar, ya confirmó que "las fuerzas del Ejército turco permanecerán en Libia y no se irán", como informó el medio Al-Arab. 

El ministro de Defensa de Turquía, Hulusi Akar

Ante la postura de Stephanie Williams de fortalecer el proceso encaminado a celebrar un proceso electoral en Libia, Turquía dilata el asunto al no discutir al máximo nivel el relevante asunto de la retirada de tropas extranjeras, que es una de las condiciones exigidas por la ONU y la comunidad internacional para poder arreglar el conflicto libio.

De esta forma, sigue enquistado el problema en Libia después de que se decidiese aplazar hasta una fecha por determinar el proceso electoral que estaba previsto para el pasado 24 de diciembre. El aplazamiento de las elecciones presidenciales y legislativas en Libia acabó con el optimismo que existía en el país norteafricano. Estos comicios formaban parte del plan de reconciliación nacional impulsado por la ONU, completaban la transición política y servían para fomentar la instauración de la paz y la estabilidad en Libia. Pero los diferentes obstáculos que se encontró la Comisión Electoral Suprema libia provocaron el retraso hasta nueva fecha de las elecciones previstas. Así lo señaló Imad al-Sayeh, presidente de la Comisión Electoral, en un informe presentado ante la Cámara de Representantes en Tobruk.

Participantes libios en el Foro de Diálogo Político de Libia auspiciado por las Naciones Unidas

Libia sigue atravesando una situación difícil tras más de diez años de guerra civil que ha venido enfrentando al bando del Gobierno de Acuerdo Nacional radicado en Trípoli y liderado por el primer ministro Fayez al-Sarraj, con el apoyo de Turquía, Qatar e Italia, contra el Ejército Nacional de Libia, del mariscal Jalifa Haftar, que estaba asociado al otro Gobierno oriental de Tobruk y que recibía el apoyo de países como Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Rusia y Francia. 

Después de años de contienda se llegó al acuerdo de nombrar un Gobierno interino que estaba liderado por el primer ministro Abdul Hamid Dbeibah. Este Ejecutivo recibió el encargo de dirigir la transición política hasta las elecciones del 24 de diciembre que finalmente fueron aplazadas. 

El primer ministro designado Abdul Hamid Dbeibah

Libia se convirtió en un escenario de guerra con la participación de potencias extranjeras interesadas en los recursos petrolíferos libios y en su posición geoestratégica. Todo ello agravado por la presencia de mercenarios extranjeros enviados por Turquía, con la presencia de combatientes procedentes de la guerra de Siria y vinculados a grupos terroristas yihadistas como señalaron diversos medios, o envidados también por Rusia, con la presencia en este caso de soldados adscritos a la compañía militar privada del Grupo Wagner, como apuntaron diversas informaciones en el pasado. 

Según informes internacionales, al menos 20.000 combatientes extranjeros están presentes en Libia y provienen de diversas nacionalidades como la siria, chadiana, sudanesa, rusa y otras.

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