Ankara intensifica su presencia en el país norteafricano con el envío de armas y de un nuevo contingente de mercenarios sirios

Turquía podría haber utilizado a Sudáfrica para enviar nuevas armas a Libia

photo_camera PHOTO/REUTERS - Fotografía de archivo. Los combatientes rebeldes de la brigada "Al-Sultan Murad" llevan sus armas mientras se dirigen a sus posiciones en la zona de Handarat, al norte de Alepo

Turquía continúa intensificando su presencia en Libia y no solo con el envío de contingentes de mercenarios. A principios del mes de mayo -aunque se ha conocido ahora- al menos seis aviones militares turcos viajaron de Turquía a Sudáfrica con una pequeña cantidad de suministros médicos. Sin embargo, el objetivo de este vuelo era recoger equipo militar comprado al proveedor de la industria de defensa Rheinmetall Denel Munition (RDM), según informó el Daily Maverick (DM). 

El analista Shannon Ebrahim considera –según ha asegurado al diario Ahval News—que “Sudáfrica debe acabar con los envíos de armas que más tarde son vendidas a países que están en guerra”, refiriéndose a los envíos de municiones a Turquía, quien ha mantenido su presencia en Siria y Libia, a pesar del llamamiento de Naciones Unidas a reducir las hostilidades ante la crisis sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus. 

“Las medidas tomadas para reducir el impacto de la COVID-19, solo permiten transportar a través de las fronteras lo esencial como suministros médicos y sudafricanos varados en el extranjero. Resulta desconcertante cómo se permitió que seis aviones de carga militares turcos entraran en el país y volvieran a su región repletos de material militar suministrado por Rheinmetall Denel Munitions”, ha aseverado. 

Un avión de carga militar turco y un cargamento de suministros médicos

El regulador del comercio de armas de Sudáfrica, el Comité Nacional de Control de Armas Convencionales (NCACC) ha sido criticado duramente durante las últimas semanas. “La devastadora crisis humanitaria que surgió a raíz de la agresión militar de Turquía debería haber sido motivo suficiente para que el NCACC bloquease cualquier venta militar de municiones Rheinmetall Denel a Turquía. Sin embargo, la empresa ha sido autorizada a vender armas a Turquía durante los últimos dos años”, ha subrayado Ebrahim al diario Ahval News. 

En los últimos meses, la escalada militar en Libia se ha convertido en una constante a raíz del acuerdo firmado el pasado mes de noviembre entre Turquía y el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), con sede en Trípoli y liderado por Fayez Sarraj. En el marco de este acuerdo de seguridad y cooperación económica, el gobierno de Erdogan se ha visto sumido en una guerra contra las milicias del mariscal de campo Jalifa Haftar, y ha violado el embargo de armas establecido por las Naciones Unidas. 

“Las donaciones médicas de Turquía llegan en un momento en que el prestigio internacional de Turquía es muy bajo y la actitud de diversos públicos de todo el mundo hacia Turquía también es muy negativa”, recalcó Ozgur Unluhisarcikli, director de la oficina de Ankara del think tank del German Marshall Fund al Financial Times. Por su parte, el medio Independent Online ha publicado un artículo titulado “Turquía y Sudáfrica lideran los esfuerzos regionales para abordar el coronavirus”, en el cual la embajadora turca en Pretoria ha defendido el comercio de armas con Sudáfrica. Además, en vez de explicar por qué Turquía envió seis aviones militares a Sudáfrica, acusó a los periodistas sudafricanos de llevar a cabo una campaña de propaganda contra el avión militar turco que aterrizó en Ciudad del Cabo. 

Un nuevo contingente de mercenarios llega a Turquía 

La escalada internacional del conflicto en Libia es cada vez más crítica.  Mientras el Gobierno reconocido internacionalmente en el país ha anunciado la toma de una importante base aérea al suroeste de la capital, el régimen liderado por Recep Tayyip Erdogan continua con su estrategia y envía un nuevo contingente de al menos 120 mercenarios sirios a los campos de entrenamiento localizados al sur de Turquía. El recrudecimiento de los ataques en Libia ha llevado a Ankara a aumentar su presencia en el país para garantizar su apoyo al Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), con sede en Trípoli y liderado por Fayez Sarraj. 

Un combatiente rebelde de la brigada "Al-Sultan Murad"

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR, por sus siglas en inglés) ha explicado que estos mercenarios habrían llegado a la nación euroasiática tras abandonar la zona de Afrin en Siria. Una vez que finalicen el entrenamiento necesario, los combatientes sirios serán enviados a luchar al país norteafricano, según ha sentenciado la organización con sede en Londres y una red de informantes en suelo sirio. 

Libia es un país fragmentado desde 2014. Desde entonces, esta nación se ha dividido entre las zonas controladas por el internacionalmente reconocido Gobierno de Acuerdo Nacional, por un lado, y el territorio controlado por las autoridades del este, leales a las milicias de Haftar, quien en abril de 2019 lanzó una ofensiva para hacerse con el control de la capital del país, Trípoli, por otro. El Ejército Nacional Libio cuenta con el apoyo de Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Rusia, mientras que Sarraj está respaldado por Turquía y Qatar. En consecuencia, el número de reclutas que han llegado a Libia en los últimos meses ha aumentado a 8.950 mercenarios, incluido un grupo de mercenarios no sirios, mientras que alrededor de 3.420 se encentran en Turquía realizando cursos de entrenamiento.

Vehículos fuera de un hangar en la base aérea de Al-Watiya

El SOHR ha advertido de que “unos 150 jóvenes de entre 16 y 18 años han sido reclutados para luchar en Libia, la mayoría de los cuales pertenecen a la División Al-Sultan Murad”. Este mismo organismo también ha documentado la muerte de 11 “mercenarios apoyados por Turquía”, incluido un menor de 18 años. Según estos datos, el número total de mercenarios respaldados por Ankara que han muerto en operaciones militares en Libia asciende a 298, incluidos 17 jóvenes menores de edad. 

Las víctimas, según el observatorio, pertenecían a las facciones División al-Mu'tasim, Sultán Murad, Brigada Suqur Al-Shamal, Al-Hamzat y Suleiman Shah. Los combatientes perdieron la vida en los enfrentamientos que tuvieron lugar en el sur de Trípoli, así como en el aeropuerto de esta ciudad, la zona del proyecto Al-Hadabah, Misrata y otras zonas del país. En las últimas semanas, el aumento de tensiones entre los mercenarios turcos y los comandantes de las milicias pro-GNA han llevado a cientos de mercenarios sirios a abandonar sus filas, alegando que estaban en desacuerdo con la participación de la facción en la guerra de Libia.
 

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