Esta unión molesta especialmente a Washington debido a las recientes disputas con Moscú. Por otra parte, las relaciones entre Francia y Turquía se han enfriado notablemente en los últimos años

Turquía se aleja de la OTAN mientras establece un acercamiento con Rusia

PHOTO/AP - El presidente ruso Vladimir Putin (dcha.) y el presidente turco Recep Tayyip Erdogan (izq.) se dan la mano después de una conferencia de prensa en Sochi, Rusia, donde acordaron los diez puntos del memorándum ruso-turco sobre el noreste de Siria

Ankara lleva casi 7 décadas formando parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Turquía ingresó antes que otros países europeos como Alemania Occidental, España o Polonia. Además, durante unos años su Ejército fue el más numeroso de la Alianza tras el estadounidense. No obstante, la difícil relación entre Turquía y su vecina Grecia ha creado fuertes controversias dentro de la organización. Atenas, al igual que Ankara, ingresó en la OTAN en 1952, aunque en 1974 la abandonó debido a la invasión turca de una parte de Chipre.

Grecia volvería años más tarde, en 1980, después de arduos esfuerzos por parte de los miembros de la organización, en concreto Estados Unidos, para que Atenas regresara y Ankara no se opusiera a través del derecho de veto. La crisis de Chipre fue tan solo un detonante dentro de la fuerte enemistad entre Turquía y Grecia, debido, entre otras cosas, a la histórica disputa por la soberanía en el mar Egeo.

En este sentido, la invasión de Chipe por parte de Turquía abrió una brecha dentro de la Alianza, a pesar de que Grecia acusase a la OTAN de inacción y Estados Unidos continuase considerando a Turquía como un aliado clave en la región. Durante mucho tiempo, las críticas hacia Turquía dentro de los miembros de la organización procedieron exclusivamente de Atenas, aunque, recientemente, esta tendencia ha cambiado. Hace unos años, otros integrantes se han sumado a las críticas debido a decisiones y acciones que ha llevado a cabo el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

PHOTO/OTAN  -   El secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg junto al presidente turco Recep Tayyip Erdogan
Las políticas de Erdogan siembran discordia en la OTAN

Ofensivas militares en el norte de Siria, prospecciones de hidrocarburos cerca de Chipre, enfrentamiento con barcos griegos en el Mediterráneo oriental, y con buques franceses en la costa de Libia, país donde también mantiene mercenarios. Estos son solo algunos de los movimientos que más polémica han creado dentro de la Alianza. Por otro lado, también es necesario destacar la deriva autoritaria y expansionista de Erdogan, que también ha provocado un deterioro en sus vínculos con la Unión Europea.

Aunque, sin duda, lo que más recelos causa en una organización donde Estados Unidos tiene un papel clave, es el acercamiento que Turquía está desarrollando con Rusia. En un momento en el que muchos expertos y analistas hablan de una “nueva Guerra Fría” debido al aumento de tensiones entre Washington y Moscú en zonas como el mar Negro, los planes de Erdogan para aproximarse a su homólogo ruso, Vladimir Putin, se ven como una amenaza entre los miembros de la OTAN, y más concretamente, en la Casa Blanca.

Sputnik/Alexei Druzhinin/Kremlin vía REUTERS - El presidente ruso, Vladímir Putin, el comandante en jefe de la Armada rusa, Nikolái Yevmenov, y el general coronel de las fuerzas terrestres rusas, Aleksandr Dvornikov

Erdogan ha llegado a varios acuerdos militares con Rusia, como la compra del sistema de defensa aérea S-400. La adquisición de estos misiles antiaéreos le costó a Turquía sanciones estadounidenses, además, Washington expulsó a Ankara del programa de compra de cazabombarderos F35. “Turquía ha tenido múltiples oportunidades durante la última década para comprar el sistema de defensa Patriot de Estados Unidos, y en su lugar eligió comprar el S-400, que proporciona a Rusia ingresos, acceso e influencia”, declaró el exmilitar John Kirby, portavoz del Pentágono.

Por otra parte, Robert Menéndez, presidente de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense, reafirmó a través de su cuenta de Twitter que Washington sancionará a “cualquier entidad que haga negocios importantes con los sectores militares o de inteligencia rusos”.

AFP/AFP - Gráfico sobre el sistema de misiles de defensa aérea S-400

A pesar de los esfuerzos para mejorar los lazos entre Washington y Ankara, ambos países continúan en la misma línea. “Los indicios no son buenos en las relaciones de Turquía con Estados Unidos”, reconoció Erdogan a la prensa después regresar de Nueva York tras la cumbre de la Asamblea General de Naciones Unidas.

El presidente turco ha hecho caso omiso a las amenazas y al enfado de Estados Unidos, ya que ha seguido estrechando sus lazos militares con Rusia. “En el futuro, nadie podrá intervenir en términos de qué tipo de sistemas de defensa adquirimos, de qué país y a qué nivel”, señaló. Erdogan también ha subrayado que su Gobierno es el “único” que puede intervenir en “tomar tales decisiones”.

Tras una cumbre en la ciudad rusa de Sochi, el presidente turco anunció que trabajaría con Rusia para producir nuevos cazabombarderos, navíos militares y submarinos. “Tuvimos la oportunidad de discutir exhaustivamente qué pasos tomar en la producción de motores y avión y aviones de combate”, explicó Erdogan después del encuentro con Putin.

PHOTO/MUSTAFA KAMACI/OFICINA PRESIDENCIAL DE TRUQUÍA vía REUTERS - El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se reúne con su homólogo ruso Vladimir Putin en Sochi, Rusia

Sin embargo, el acercamiento turco-ruso va más allá. Erdogan también espera explorar el sector nuclear junto con su homólogo ruso. “Hablamos con Putin sobre la construcción de dos plantas nucleares más, además de Akkuyo. Estuvo de acuerdo en trabajar en el tema”, destacó. Actualmente, la empresa rusa Rosatom está edificando una planta nuclear en la provincia de Mersin, al sur del país. Por otra parte, Ankara desea cooperar con Moscú en materia espacial. Erdogan anunció que además de todos estos acuerdos, había una “oferta más”, trabajar conjuntamente en pruebas de lanzamientos de cohetes en el espacio. En este sentido, cabe destacar que Turquía mantiene tratados con la Agencia Europea del Espacio (ESA).

A pesar de los intentos de Erdogan por aproximarse a Putin, hay ciertas cuestiones en las que Turquía y Rusia chocan. Ambos países defienden actores distintos en Siria o Libia. En el primer caso, Putin es un aliado clave de Bachar al-Asad, mientras que el Gobierno y el Ejército turco apoya a las milicias rebeldes del norte. Por otro lado, en Libia, Rusia apoya al mariscal Jalifa Hafar, enfrentado con el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), que recibe respaldo de Turquía. También en la región del Cáucaso mantienen posturas distintas. Durante la última guerra armenio-azerí en Nagorno Karabaj, Turquía respaldó Azerbaiyán, aliado histórico de Ankara. Incluso hubo acusaciones de que el Gobierno turco trasladó mercenarios a la zona para que lucharan en el bando azerí. Rusia, ante estos rumores, se puso en contacto con Turquía y llamó a los países a la “contención máxima”. Posteriormente, una vez finalizada la escalada bélica, Moscú prestó ayuda a Ereván para reformar su Ejército.

AFP PHOTO/Turkish presidential press service/Mustafa KAMACI  -   El presidente turco Recep Tayyip Erdogan y al presidente azerbaiyano Ilham Aliyev celebrando una rueda de prensa tras su reunión en Bakú
Francia, en crisis con Turquía

Estados Unidos no es el único país de la OTAN que actualmente mantiene fuertes disputas con Turquía. En los últimos años, el presidente francés, Emmanuel Macron, también se ha distanciado de Erdogan. Uno de los principales motivos de este desacuerdo entre Ankara y París es Libia. Francia, a pesar de declararse neutral, apoya a Haftar. En este contexto tuvo lugar un importante incidente que marcó un punto de inflexión en las relaciones turco-francesas. En verano del año pasado, Francia acusó a un barco de guerra turco de hostigar a uno de sus buques en la costa libia, aunque desde Ankara se negó tal acusación. Respecto a la cuestión libia, Macron tildó de “criminal” la política que desarrolla Turquía en el país norafricano.

Posteriormente, en octubre de 2020, el asesinato de un profesor francés por mostrar una caricatura de Mahoma hizo que Macron reafirmase sus esfuerzos para luchar contra el fundamentalismo islámico, algo que desató la ira en muchos países de mayoría musulmana, entre ellos, Turquía. Ankara acusó a Macron de “fomentar la islamofobia” y lideró el boicot contra Francia. Asimismo, Erdogan aseguró que su homólogo galo necesitaba “tratamiento mental”. Dejando de un lado la religión, otra cuestión que ha empeorado la actual crisis turco-francesa es el conflicto en el Egeo. París se ha postulado como el aliado clave de Atenas frente a Ankara. “Tenemos necesidad de clarificar el lugar de Turquía en la OTAN”, declaró Macron el verano pasado durante una nueva escalada de tensión en aguas del Mediterráneo. El último acuerdo militar firmado entre Francia y Grecia tampoco gustó a Turquía, que lo consideró una “alianza militar contra Ankara” y que “daña la OTAN”.

Foto/Archivo – Erdogan y Macron

La pugna entre Ankara y París ha continuado. Recientemente, Macron ha advertido de una posible injerencia turca en las próximas elecciones francesas de 2022. El Elíseo ha anunciado también que en comicios recientes “hubo presiones de asociaciones” vinculadas a Turquía, tal y como informa EFE. Por este motivo, las autoridades galas extremarán la vigilancia en las elecciones de primavera. 

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