Las delegaciones rusa y ucraniana se reunirán el martes en Estambul en un escenario proclive para la diplomacia, pero influido por la invasión

Turquía albergará una nueva ronda de negociaciones entre Rusia y Ucrania

AFP/MAXIM GUCHEK - Conversaciones entre las delegaciones de Ucrania y Rusia en la región bielorrusa de Brest el 7 de marzo de 2022

Rusos y ucranianos vuelven a verse las caras, pero no solo en la línea del frente. Estambul acogerá el martes la quinta ronda de negociaciones entre ambas delegaciones desde que hace cinco semanas Rusia pusiera en marcha una invasión a gran escala sobre Ucrania, una cumbre determinante para encontrar soluciones diplomáticas al conflicto donde las partes muestran señales contenidas para el optimismo. Pero esto no significa que Putin vaya a detener su agresión.

El jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, considera posible un acuerdo con Kiev para poner fin a la ofensiva sobre la exrepública soviética. “Veo que existen oportunidades para un acuerdo, ya que nuestros socios occidentales comienzan a comprender los graves errores cometidos durante muchos años, aunque quizás, por razones comprensibles, no lo digan en voz alta”, declaró el ministro de Exteriores a la prensa serbia después de elogiar el respaldo de Belgrado a Moscú.

Lavrov propuso a Serbia como nueva sede de las negociaciones con Ucrania antes de descartar la participación de representantes occidentales en la mesa de diálogo. El titular de Exteriores ruso dijo que su tren pasó en 2014 y 2015 con la firma de los Acuerdos de Minsk, incumplidos de forma flagrante por las partes. Después de Bielorrusia, las autoridades ucranianas presionaron para evitar un anfitrión hostil, y las miradas se posaron en Turquía a principios de marzo.

Serguéi Lavrov

El propio Lavrov ya mantuvo una cumbre tripartita en Turquía con sus homólogos ucraniano y turco. Mevlüt Çavuşoğlu moderó en la ciudad de Anatalya la primera cumbre de alto nivel entre los representantes de Exteriores de ambos países, una primera toma de contacto que finalizó sin avances, según el ministro ucraniano, Dimitro Kuleba, por “la clara brecha de expectativas”. Moscú habló de concesiones territoriales y políticas; Kiev lo hizo del cese de las hostilidades.

El presidente turco Recep Tayyip Erdoğan mantuvo el domingo una conversación telefónica con Vladímir Putin en la que habría presionado al líder ruso para que diera luz verde a una nueva edición de las negociaciones en Turquía. El país euroasiático parte con ventaja, pues ha mantenido relaciones fluidas con ambas partes. Ankara bascula ahora para ejercer un rol neutral a pesar de haber secundado las sanciones de Occidente y formar parte de la OTAN.

Para Erdoğan es especialmente importante encontrar una rápida salida al conflicto. El presiente turco afronta desde hace meses una fuerte crisis económica marcada por la creciente inflación y la galopante devaluación de la lira, y, como muchos otros países, Turquía depende del gas ruso y del trigo ucraniano. Todo ello en un momento en que el líder islamista emprende un reacercamiento con Occidente. Auspiciar un cese de las hostilidades renovaría su imagen y la del país.

Vladímir Putin

Las delegaciones rusa y ucraniana han aterrizado en Estambul, sede de las negociaciones. De producirse finalmente la cumbre, sería la primera vez en dos semanas que las partes mantienen un cara a cara presencial tras mantener una última toma de contacto por videoconferencia. Las citas previas en formato físico se produjeron en Anatalya y en las ciudades bielorrusas de Brest y Gomel, donde no hubo avances significativos más allá de la apertura de corredores humanitarios –violados después por Rusia–.

Pero las negociaciones se han sucedido con periodicidad diaria ‘in pectore’. Con un completo hermetismo, ninguno de los presentes ha filtrado el contenido de las conversaciones. Tampoco sus superiores. Todos quieren guardar silencio, porque de lo contrario, el proceso negociador quedaría “dañado”, según el portavoz del Kremlin Dimitri Peskov, una de las figuras más próximas a Putin, golpeado por las sanciones.

El magnate ruso Román Abramovich, que habría experimentado síntomas de intoxicación hace un mes tras un desplazamiento a Kiev, habría mantenido según el rotativo británico The Times una conversación con el diputado ucraniano de Crimea Rustem Umerov, de origen tártaro, en Estambul. Abramovich habría visitado varias veces el país en las últimas semanas y en aquella cita, organizada por el portavoz del presidente Erdoğan, Ibrahim Kalin, lo habría hecho a título de “enviado no oficial” del Kremlin.

Zelenski

En aquella conversación se puso encima de la mesa la propuesta de que la península de Crimea y la región del Donbass pasaran a formar parte de la Federación rusa bajo contrato de arrendamiento a largo plazo, siempre según The Times. El propio Kalin aseguró que Moscú y Kiev se encuentran “cerca” de alcanzar un acuerdo sobre los temas centrales. Esto es, impedir que Ucrania se adhiera a la OTAN y neutralizar sus defensas.

En una entrevista concedida el domingo por videoconferencia a cuatro periodistas independientes rusos, censurada después por el Kremlin, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski dijo estar dispuesto a aceptar “un estatus neutral y no nuclear” para Ucrania. Son dos prerrogativas exigidas hasta la fecha por Moscú. Pero no se quedó ahí, sino que también se abrió a proteger el idioma ruso –idioma con el que respondió a las preguntas–, y a discutir la cuestión territorial de Crimea y los óblast de Donetsk y Lugansk.

El Kremlin no descarta un cara a cara entre Putin y Zelenski. Pero, en palabras de Lavrov, un encuentro directo entre ambos sería “contraproducente” antes de que los equipos negociadores estén cerca de cerrar un acuerdo. Según el veterano ministro de Exteriores, Putin “no rechazaría nunca” un encuentro con el presidente Zelenski, pero esta reunión debería de estar “bien” preparada.

Ejército ucraniano

En un contexto proclive para la diplomacia, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha movido ficha. El portugués ha anunciado este lunes el nombramiento del diplomático británico Martin Griffiths, hasta la fecha secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, como mediador de la organización para conseguir un alto el fuego humanitario en Ucrania.

Pero las hostilidades continúan en unas jornadas donde se han registrado nuevas explosiones en varias ciudades del país, incluida la capital. La contraofensiva ucraniana habría recuperado territorios en los últimos días, sin embargo, desde Kiev se temen más ataques tras el cambio de estrategia anunciado por el Ministerio de Defensa ruso, que dijo haber cumplido “la primera fase” de la ofensiva y pasar a controlar la región del Donbass.

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