El fotógrafo venezolano Rodolfo Gerstl elige España para su primera exposición individual

Visiones de Canaima en Casa América

El gigantesco Parque Nacional de Canaima es uno de los grandes tesoros con que la madre Naturaleza ha bendecido a Venezuela. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1994, los que han tenido la inmensa suerte de visitarlo y recorrerlo habrán experimentado una de las más fascinantes sensaciones para un ser humano. 

Un trasunto al menos de esos sentimientos se apodera de los que recorren las salas Frida Kahlo y Torres García de la Casa América de Madrid y contemplan la exposición exclusiva del fotógrafo Rodolfo Gerstl, que ha elegido este hogar, este rincón de España, para su primera muestra individual, y que estará abierta hasta el próximo 14 de mayo.

Canaima Casa América

Gerstl lleva hollando treinta años las inmensas mesetas rocosas, tepuyes en el lenguaje autóctono, que ocupan casi el 65% de este inmenso parque de 30.000 kilómetros cuadrados, casi la extensión de un país como Bélgica. Sus tomas, realizadas en diferentes estaciones y condiciones climáticas, dan como resultado una apabullante variedad cromática. Fotografías y videos adquieren en este recinto de Casa América una vitalidad personal, que excita al visitante a imaginarse a sí mismo en el entorno imponente de Canaima. 

El autor traza un recorrido desde las zonas más altas, que él mismo bautiza como Piel de Tepuy, para registrar sus accidentes y descender hasta distintas singularidades, muchas de ellas recónditas. Busca así contar con la complicidad de quienes no renuncian a que este trozo del paraíso siga siendo eso mismo, en un momento en el que este hermosísimo y frágil ecosistema se encuentra en riesgo debido al desarrollo de las actividades mineras. 

Canaima Casa América

Acompañan a las fotografías de Gerstl fragmentos de la novela ‘Los pasos perdidos’ del cubano Alejo Carpentier, publicada en 1953. Esas frases clavadas junto a las obras nos acercan al mundo de lo “real maravilloso” a través del viaje personal de un ser creativo en los confines de la selva. 

Allí se encuentra el Salto Ángel, la cascada más elevada del mundo, una caída de agua de 1.283 metros. En la glosa introductoria al libro ‘Ángel, un salto al mundo perdido’, Miriam Ardizzone contempla a Rodolfo Gerstl como quién va a los tepuyes no solo para encontrarse con ellos sino también para hacerlo consigo mismo. “El encuentro le da existencia y su fotografía nos enseña a ver esas mismas emociones. Más que presentarnos el paisaje y sus detalles para ser vistos, nos enseña a ver el alma de las cosas. Despierta sin duda en nosotros la maravilla de ver”.

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