La primera visita del presidente de China al Reino en seis años hace saltar las alarmas en Washington

Xi Jinping aterriza en Riad en búsqueda de un acuerdo de asociación estratégica con Arabia Saudí

photo_camera AFP/NICOLAS ASFOURI - Xi llegará para una visita de tres días que incluirá reuniones con la realeza saudí, el Consejo de Cooperación del Golfo regional y otros líderes de Oriente Medio

La plana mayor del régimen saudí desplegó la alfombra roja para la llegada de Xi Jinping. El presidente chino aterrizó en la tarde del miércoles en el aeropuerto internacional rey Jalid de Riad en el marco de una visita oficial de tres días que tiene el objetivo de consolidar los crecientes vínculos económicos y comerciales que unen ambos países. Xi pretende aprovechar la ocasión para sellar un acuerdo de asociación estratégica con Arabia Saudí, un aliado tradicional de Estados Unidos en la región con el que viene estrechando la colaboración en los últimos años. 

El gobernador de la provincia de Riad, Faisal bin Bandar bin Abdulaziz, el ministro de Exteriores, Faisal bin Farhan Al Saud, y el jefe del Fondo de Inversión Pública saudí —uno de los vehículos de inversión estatal más potentes del mundo—, Yasir Al-Rumayyan, también al frente de la petrolera estatal Saudi Aramco, recibieron a pie de pista al líder chino. No hicieron acto de presencia ni el rey Salman bin Abdulaziz ni el príncipe heredero Mohamed bin Salman, que rige de facto en el Reino

Es la primera visita de Xi Jinping a Arabia Saudí desde 2016. Se trata, además, de su tercer desplazamiento exterior desde la irrupción de la COVID-19. El presidente chino acudió con anterioridad a las cumbres del G20 y de la APEC, en Indonesia y Tailandia, respectivamente, en sus primeras apariciones en la escena internacional desde 2020. Pero Arabia Saudí es el primer país que visita para un encuentro bilateral, una señal significativa que pone de relieve la importancia estratégica del Reino wahabí para el gigante asiático. 

Está previsto que Xi asista durante su estancia en el país a dos cumbres multilaterales en las que coincidirá con más de una treintena de jefes de Estado y de Gobierno de la región. Participará en la cumbre sino-árabe y en la del Consejo de Cooperación del Golfo con China, de acuerdo con la agencia de noticias estatal saudí SPA. Es probable que la delegación china mantenga otro tipo de negociaciones bilaterales para cerrar acuerdos en materia económica y de seguridad con alguno de los países asistentes. 

Xi Jinping Mohamed bin Salman

Antes, Xi Jinping se reunirá con el monarca Salman bin Abdulaziz y con Mohamed bin Salman, alias MBS, recientemente designado primer ministro. Ninguna de las partes quiso dar detalles sobre la naturaleza del encuentro, aunque se rumoreaba que Riad y Pekín podrían firmar un acuerdo de cooperación estratégica que comprenda múltiples áreas, desde el libre comercio hasta la energía nuclear. Cualquier acuerdo se traduciría en el impulso definitivo para unas relaciones que no han hecho más que crecer de un tiempo a esta parte. 

Riad está implicada en la Nueva Ruta de la Seda china, mientras que Pekín participa en el plan Visión 2030 destinado a diversificar los ingresos del Estado saudí. De hecho, China ha invertido una cantidad de 106.500 millones de dólares en la economía del Reino en las dos últimas décadas, según los datos de Janes IntelTrak, por delante de Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos. De acuerdo con SPA, el comercio bilateral superó la cifra de 80.000 millones de dólares en 2021

Eso no es todo. Arabia Saudí se ha convertido en el principal proveedor de petróleo de China. En el último curso, el Reino wahabí suministró el 17% de las importaciones de crudo del gigante asiático. China, por su parte, es hoy el mayor socio comercial de Arabia Saudí. Ambos mantienen una compleja relación que gira en torno a la venta de armas, la transferencia de tecnología y los proyectos de infraestructuras en suelo saudí en los que participan las empresas chinas. 

Arabia Saudí China
Toque de atención a Estados Unidos 

Arabia Saudí siempre fue un firme opositor del comunismo, sobre todo durante la Guerra Fría, en tanto que aliado de primer orden de Estados Unidos y garante de su estabilidad interna. La Casa de Saúd no reconoció al Gobierno del Partido Comunista Chino (PCCh) hasta finales de la década de los ochenta, y antes respaldaba al Gobierno de Taiwán. Las tornas, sin embargo, fueron cambiando en función de sus intereses. En la actualidad, Riad y Pekín conforman una sociedad estratégica en auge

El aterrizaje de Xi en Riad manda un mensaje nítido en un contexto regional marcado, entre otras cuestiones, por el visible distanciamiento entre Arabia Saudí y Estados Unidos desde la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca. La cúpula saudí está inmersa en una reconfiguración de alianzas a escala regional, convencida de poder jugar un papel relevante el escenario geopolítico multipolar que se presenta. Riad no quiere verse obligada a elegir bando en la carrera por la hegemonía entre Washington y Pekín. 

Menos aún en una etapa en que sus relaciones con Estados Unidos atraviesan el punto más bajo de su historia a raíz de la retirada militar estadounidense en la región, emprendida por la Administración Biden y escenificada en Afganistán, y los sonados desencuentros sobre la producción de petróleo y la toma de decisiones saudíes en el seno de la OPEP+. Riad no transigió con las presiones de la diplomacia estadounidense en este sentido, y se alineó con los intereses de Rusia en plena invasión de Ucrania. 

Arabia Saudí China

El presidente chino pretende aprovechar la ventana de oportunidad con su visita a Riad, pero Xi es consciente de la dificultad de desplazar a Washington. Estados Unidos es aún un socio de vital importancia, especialmente en el plano militar, y no da el partido por perdido. Durante su polémico encuentro con MBS en julio en la ciudad saudí de Yeda, Biden materializó el mensaje del enviado especial de Estados Unidos para Yemen, Tim Lenderking, que dejó claro que “no se van a ninguna parte” y que Washington “es un socio vital no solo para Arabia Saudí, sino para cada uno de los países de la región”. 

“Los fuertes lazos militares de Arabia Saudí con Estados Unidos pueden limitar la apertura de Riad a una mayor presencia militar china en el reino, al menos a corto plazo”, explica el analista Naser Al-Tamimi en el Instituto Mercator de Estudios sobre China. Xi, sin embargo, intentará exprimir al máximo la oportunidad. 

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