“El daño de los hutíes a las instalaciones petroleras no se limitará a la economía de Yemen”, advirtió el ministro yemení de Asuntos Exteriores, Ahmed bin Mubarak, tras una reunión con el embajador estadounidense en su país.
Las partes implicadas en el conflicto de Yemen no consiguieron renovar la tregua auspiciada por Naciones Unidas. El alto al fuego, puesto en marcha en abril y que duró hasta el 2 de octubre, logró reducir las bajas civiles hasta la mitad durante sus 6 meses de duración, de acuerdo con los datos proporcionados por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas.
Ahmed bin Mubarak, ministro de Asuntos Exteriores, se reunió con el jefe de la misión diplomática de los Estados Unidos de América, Stephen Fagin, para conversar en torno a una posible nueva tregua entre las partes opuestas en Yemen. Fagin lamentó la falta de consenso entre los rebeldes y los distintos partidos progubernamentales apoyados por una coalición internacional árabe, liderada por Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. Las rondas de diálogo como esta y las declaraciones de Mubarak la semana anterior en Rabat son una muestra de que el bando gubernamental no tira la toalla y mantiene sus esfuerzos por renovar la tregua con los hutíes en las próximas semanas.
In a meeting with Foreign Minister Ahmed Bin Mubarak, the Ambassador thanked the government for its strong support of an extension of the truce which has brought significant benefits to the Yemeni people. pic.twitter.com/HSpi0fPdkt
— US Embassy to Yemen السفارة الأمريكية لدى اليمن (@USEmbassyYemen) October 10, 2022
Pendiente de ver prosperar esa nueva tregua, la situación amenaza con golpear de nuevo la economía y la seguridad energética del ya maltrecho país, que vive inmerso en una guerra civil desde 2014, cuando los rebeldes hutíes apoyados por Irán se sublevaron en el norte del país y empujaron al Gobierno internacionalmente reconocido al exilio. Tras su encuentro con Fagin, bin Mubarak subrayó que la falta de circulación del petróleo yemení por el mar Rojo no solo es un problema para Yemen, sino también para sus vecinos y socios que importan su crudo.
Después de un terrible parón en 2016, aún al principio de su guerra civil, Yemen logró mantener una producción de petróleo relativamente estable y en crecimiento. De acuerdo con datos de la OPEP, para diciembre de 2021, antes de la primera tregua entre las partes, Yemen logró alcanzar una producción de 44.764 barriles al día. Nada que ver con los 119.192 bb/d producidos en 2014, antes de la guerra, pero que al menos muestran que la infraestructura petrolera del país no está totalmente paralizada y que experimenta un leve crecimiento. Por poner en comparación, la producción actual se asemeja a la de Perú.
Upon the directives of HRH the Crown Prince and Prime Minister, I met with H.E @PresidentRashad to convey the Kingdom’s appreciation of the Council’s efforts, and it’s wishes for a peaceful, stable, and prosperous Yemen. pic.twitter.com/OJsivil1mM
— Khalid bin Salman خالد بن سلمان (@kbsalsaud) October 10, 2022
Sin embargo, tras la última reunión de la OPEP, que anunció la reducción de la producción diaria de barriles para noviembre, los miembros árabes de la alianza de productores de crudo tienen más cartas que jugar en la mediación yemení que Estados Unidos. Biden, fracaso en su intento de impedir esta reducción, una muestra de su progresiva pérdida de influencia en los asuntos de Oriente Medio. Por este motivo, no será la mediación estadounidense, sino la saudí y emiratí las que serán clave para lograr renovar una posible tregua con los rebeldes hutíes.
De acuerdo con el analista especializado en Oriente Medio Hazam Ayyad, la buena sintonía entre los países de la coalición árabe y sus socios de la OPEP +, entre los que se encuentran Rusia e Irán, crean un “ambiente positivo y consensuado” propicio para negociar una nueva tregua entre el Gobierno de Yemen y los rebeldes hutíes. Un ambiente positivo que Biden estaría lejos de poder generar con las partes implicadas en la crisis de Yemen. Para Ayyad, la política de Estados Unidos en Oriente Medio se está relegando a favorecer los intereses de Israel, exclusivamente, relegando las necesidades de Riad, Abu Dabi y Saná a una segunda fila.
El Gobierno yemení es consciente de que los saudíes siguen siendo su principal apoyo y tutor en sus esfuerzos por retomar las riendas de Yemen y alcanzar la estabilidad en el país. El líder del Gobierno yemení, tras la reestructuración del poder en el exilio a instancias de Mohamed bin Salman en abril de 2022, se reunió ayer con el ministro saudí de Defensa. Si bien ningún detalle trascendió tras la reunión, la comunicación oficial de Khalid bin Salman, el ministro de Defensa saudí afirmó que el encuentro se mantuvo para encontrar soluciones al estancamiento yemení.
Queda ver, si en plena crisis interna en Irán y apretando el grifo del petróleo, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos logran sacar un avance positivo en las negociaciones con Irán y sus proxys hutíes que vaya más allá de la prórroga de la tregua y haga atisbar el fin del conflicto yemení.