Mientras todas las preocupaciones internacionales se centran en la planta nuclear ucraniana de Zaporiyia, la mayor de toda Europa, el homónimo óblast se prepara ahora para una consulta popular de cara al 11 de septiembre

Zaporiyia anuncia un referéndum de anexión a Rusia

AFP/RIA-NOVOSTI/POOL/ALEXEY DRUZHININ - Fotografía de archivo. El presidente de Rusia, Vladimir Putin; el primer ministro de Crimea, Sergei Aksyonov, el presidente del Parlamento de Crimea, Vladimir Konstantionov; y Alexei Chaly, el nuevo alcalde de facto de Sebastopol, firman un tratado sobre la península ucraniana del Mar Negro que pasa a formar parte de Rusia en el Kremlin en Moscú el 18 de marzo de 2014

Las fronteras de los territorios ucranianos que Vladímir Putin aspira a “reunificar” bajo su control no dejan de expandirse. Ahora le ha llegado su turno a la región de Zaporiyia, ubicada en el homónimo óblast, y controlada, en gran parte, por el Ejército ruso. Vecina de las autoproclamadas repúblicas prorrusas de Lugansk y Donetsk. 

Este lunes, las autoridades prorrusas de Zaporiyia, impuestas desde Moscú, anunciaban la puesta en marcha de los preparativos para la celebración de un referéndum popular sobre la adhesión del óblast al territorio ruso. Según la agencia de noticias RIA Nóvosti, más de 700 delegados de la región se reunieron en la ciudad rusófona de Melitópol, en la misma región de Zaporiyia, para debatir sobre la consulta ciudadana y emitir, al final del encuentro, una resolución conjunta sellada por la rúbrica del dirigente prorruso Evgueni Balitski.

Así, las afirmaciones de Balitski sobre la celebración del plebiscito en la primera mitad de septiembre parecen respaldar los rumores de que Moscú se encontraba preparando el terreno para convocar referéndums, masivamente, en los territorios ucranianos bajo su control de cara al 11 de septiembre. Lo que coincide con la jornada de elecciones locales en Rusia.

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Si el Kremlin organiza estas consultas “cerrará toda posibilidad de negociación con Ucrania”, advirtió Kiev, mientras la portavocía de la Presidencia rusa, Dmitry Peskov, ha tratado de desmarcarse de unas iniciativas que califica de “populares”. “Estos planes son de la gente de estas regiones; no son nuestros”, decía Peskov. 

“Jugando con fuego” en la central nuclear más grande de Europa

Paralelamente, la central nuclear de Zaporiyia –en manos rusas casi desde el comienzo de la “operación militar especial” –, la mayor de toda Europa, se ha convertido en una de las cuestiones que más preocupa ahora a la comunidad internacional. “Las acciones que han llevado a cabo en las instalaciones están probablemente socavando la seguridad y la protección de las operaciones normales de la central”, advertían las autoridades londinenses a través de su cuenta de Twitter. 

Y es que Moscú se encuentra ahora utilizando parte de la planta nuclear como base militar y lanzadera de misiles, en tanto que las tropas ucranianas lanzan ataques para retomar las instalaciones

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Ucrania, profundamente dependiente de la energía nuclear, cuenta con 15 reactores repartidos en cuatro centrales nucleares: una en Royno, al noreste del país; dos al sureste, en Jmelnitsky y en Zaporiyia, y una llamada ‘Ucrania del Sur’. Por ello, después de que el conflicto alcanzase las instalaciones de Zaporiyia, el pasado mes de marzo, el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) propuso entablar negociaciones para alcanzar un acuerdo que garantizase la seguridad de las centrales nucleares. 

Esta última, conformada por un total de seis reactores de tipo WWER-1000 y una potencia de unos 6000 megavatios, ha sido reconocida por la OIEA en el año 2000 como una de las tres mejores centrales a nivel mundial ya que cumple plenamente con los requisitos de la institución. 

Ahora, mientras los expertos de la OIEA no tienen acceso a las instalaciones, la inteligencia británica pone en duda las intenciones de Moscú con respecto a la central tras más de cinco meses de ocupación. “Probablemente las fuerzas rusas se encuentran utilizando la zona más amplia de la instalación, en particular la ciudad adyacente de Enerhodar, para dar descanso a sus fuerzas, haciendo uso el estatus de protección de la central para reducir el riesgo para sus equipos y personal de los ataques ucranianos”, explicaba la institución británica. 

En las instalaciones “todos los principios de seguridad nuclear han sido violados”, advertía el director general de la OIEA, Rafael Grossi, en una entrevista para la agencia AP. “Lo que está en juego es extremadamente grave, y extremadamente peligroso”

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El G7 contra el Kremlin

“La Federación Rusa debe retirar inmediatamente sus tropas del interior de las fronteras internacionalmente reconocidas de Ucrania y respetar el territorio y la soberanía de este país”, rezaba un comunicado emitido por los ministros de Asuntos Exteriores de los países miembro del G7 en Alemania. 

Exigimos que Rusia devuelva inmediatamente a su legítimo propietario soberano, Ucrania, el control total de la central nuclear de Zaporiyia, así como de todas las instalaciones nucleares dentro de las fronteras internacionalmente reconocidas de Ucrania, para garantizar su funcionamiento seguro”, añadía. 

“La guerra comenzó en Crimea y debe terminar con Crimea”

El martes una serie de explosiones se cernía sobre la base aérea de Saki, controlada por las tropas de Moscú, y emplazada en Novofedorivka, cerca de Yevpatoria, al oeste de la península de Crimea. Hasta el momento, las autoridades de la región han reportado una muerte y más de 250 desalojados; pero Kiev no ha reivindicado su participación en la operación, evitando confirmar su responsabilidad y especulando por la posible “negligencia” y “ruptura de las normas de seguridad” como causas de las detonaciones. 

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Pese al distanciamiento de las autoridades ucranianas, este suceso parece podría significar la extensión de la guerra, por primera vez en ocho años, a la península que el Kremlin se anexionó en 2014. 

“La presencia de ocupantes rusos en Crimea es una amenaza para toda Europa y para la estabilidad global. (…). No habrá una paz estable y duradera en muchos países a orillas del mar Mediterráneo mientras Rusia pueda utilizar nuestra península como su base militar”, afirmaba Zelenski durante uno de sus discursos nocturnos emitido en los medios oficiales. “Esta guerra rusa contra Ucrania y contra toda la Europa libre comenzó con Crimea y debe terminar con Crimea. Con su liberación”.

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