Occidente rechaza la propuesta de Zelensky de decretar una zona de exclusión aérea sobre Ucrania debido a que su aprobación significaría un ataque directo a los rusos

Zona de exclusión aérea: ¿qué significa y cuáles son sus implicaciones en el conflicto ruso-ucraniano?

photo_camera REUTERS/GEORGE FREY - Un piloto de la Fuerza Aérea de los EE.UU. en su avión F-35A de la Fuerza Aérea de las Alas de Caza 388 y 428

El presidente de Ucrania, Volodomir Zelensky, continúa instando a Occidente a que adopte medidas más contundentes contra la invasión rusa. A las sanciones y el envío de armamento militar por parte de los países europeos, Zelensky demanda a los 27 y a Estados Unidos a que instauren una zona de exclusión aérea en Ucrania, capaz de detener los bombardeos rusos.

Estas demandas se producen en un momento en el que la ciudad ucraniana de Mariúpol esta siendo terriblemente asediada. Los 400.000 habitantes de la ciudad conviven ahora con las bombas rusas, con cortes de calefacción y sin luz. Esta situación ha dejado imágenes impactantes como la creación de fosas comunes donde se están enterrando los cuerpos de los civiles muertos. 

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Sin embargo, tanto la OTAN como Estados Unidos han rechazado esta medida ya que significaría dar un paso importante, incluso decisivo, en la escalada militar. En este sentido, ¿Cuál es el verdadero significado y que implicaciones tiene la decisión de adoptar una zona de exclusión aérea y por qué Occidente se niega a ello?

Aprobar una zona de exclusión aérea implica que las aeronaves no puedan volar sobre esta zona, prohibiéndoles necesariamente el acceso. Para ello se debe poner en marcha el uso de medios militares, que implicarían defensas antiaéreas, sistemas de vigilancia y aviones que neutralicen a aquellas aeronaves que traspasen la zona declarada como de exclusión.
Así, si la OTAN decidiese implantar sobre Ucrania una zona de exclusión aérea, la Alianza tendría que interceptar a través de medios militares cualquier aeronave rusa que sobrevolara la zona, lo que aumentaría el riesgo de que el conflicto adoptase un carácter global. 

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Zelensky ha seguido demandando a los países occidentales que aprueben esta medida: “si (los países occidentales) están unidos contra el nazismo y contra este terror, deben cerrar (el espacio aéreo de Ucrania). No esperen a que yo se lo pida tantas veces, millones de veces. Cierren el cielo”, declaraba. A pesar de ello, la respuesta de Occidente no ha sido positiva.
De esta forma, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, declaró en la Conferencia de Ottawa sobre Seguridad y Defensa que esta decisión ha sido “dolorosa” pero se ha tomado con el fin de “evitar una guerra total” con Moscú.

El secretario señaló que imponer esta zona exigiría, necesariamente, la confrontación directa con Rusia y afirmó que, en caso de incursión rusa, la Alianza tendría que atacar “de forma masiva” las defensas aéreas rusas que se encuentren en Ucrania, Rusia y Bielorrusia, lo que derivaría en “una guerra total”.

Asimismo, Stoltenberg señaló que “esto intensificará de forma significativa la guerra en Ucrania. Pero también por supuesto, arriesga una guerra total en Europa, con los miembros de la OTAN”. 

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Esta media volvió a ponerse sobre la mesa después de que Polonia propusiera trasladar aviones MIG 29 a las bases estadounidenses ubicadas en Alemania con el fin de que posteriormente pudiesen ser desplegados en la defensa aérea ucraniana. Sin embargo, Estados Unidos zanjó rápidamente la propuesta polaca y así se lo comunicó el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, a su homólogo polaco, Marius Blaszczak a través de una conversación telefónica.

En esta línea, EE. UU. considera que el traslado de los MIG-29 puede ser tomado como una amenaza por parte de Moscú como un paso “escalatorio” y derivaría en “una reacción rusa significativa que podría aumentar las perspectivas de una escalada militar con la OTAN”.

Funcionamiento de una zona de exclusión aérea 

En el momento en el que se decide aprobar una zona de exclusión aérea se establece, de manera inmediata, una prohibición para que esta sea sobrevolada por determinadas aeronaves. Este establecimiento se puede decretar de manera voluntaria por parte de las autoridades de un país con el objetivo de proteger áreas sensibles o que estén siendo atacadas. 

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Desde una perspectiva militar su aprobación implica la defensa de la zona, la vigilancia aérea y el ataque directo hacia aquellas aeronaves que hallan traspasado las fronteras aéreas, lo que respondería a una actuación enmarcada dentro de un conflicto bélico.

Para poner en marcha su funcionamiento es necesario desplegar medios militares que impliquen el despliegue de sistemas de defensa antiaérea, sistemas de vigilancia y aviones de combate que cuenten con la capacidad de neutralizar los objetivos.

Esta medida comenzó a adoptarse después de la Guerra Fría, en la década de los 90, y trajo consigo el desarrollo de manera paralela del uso de satélites y radares, necesarios para garantizar el cumplimiento del veto aéreo. 

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Conflictos en los que se ha empleado

Su adopción comenzó a ponerse en práctica en países como Irak, Bosnia Herzegovina y Libia. En el país iraquí tras la primera guerra del Golfo, Estados Unidos, Reino Unido y Francia acordaron crear una zona de exclusión aérea por encima del paralelo 36, con el fin de defender al pueblo kurdo de los bombardeos.

Posteriormente, Estados Unidos decidió ampliar la zona por debajo del paralelo 32 y luego hasta el paralelo 33. Esta zona se mantuvo hasta 1996 y hasta el año 2003 en el paralelo 33.
En el caso de Bosnia, a pesar de que el Consejo de Seguridad de la ONU estableciese una zona de exclusión que consiguió mantenerse hasta el año 1995, este no consiguió evitar los bombardeos ni las tragedias que se ejecutaron en el asedio a Sarajevo o la masacre de civiles en Srebrenica.

Por otra parte, en Libia, se estableció una zona de exclusión aérea tras el estallido de la guerra civil en el año 2011. El fin de su aprobación fue salvaguardar a la población civil de los ataques aéreos que se estaban ejecutando por parte de las fuerzas aéreas de Gadafi. La exclusión, aprobada por el Consejo de Seguridad, se mantuvo hasta octubre de ese mismo año, hasta la muerte del dictador libio. 

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