Opinion

Misiles sobre las aguas del Este: Tokio y Seúl cierran heridas ante la amenaza norcoreana

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Este documento es copia del original que ha sido publicado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos en el siguiente enlace.

La relación entre Japón y Corea del Sur, a menudo tensa, viene experimentando una crisis especialmente significativa a lo largo del último lustro. Sin embargo, las recientes pruebas de misiles balísticos norcoreanos, unidas al expansionismo chino, apremian a sendos Estados a superar sus diferencias y colaborar. Con dos nuevos líderes conservadores al frente de sus ejecutivos, el panorama ofrece una situación inmejorable para redirigir sus contactos y restablecer la cooperación.

Introducción
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El pasado 3 de octubre un misil balístico norcoreano, supuestamente una modificación del tipo Hwasong-12 (KN-17), cayó en aguas del Pacífico tras sobrevolar el espacio aéreo japonés. El proyectil, uno de los más de setenta lanzados por el régimen de Pyongyang desde comienzos del presente año, es el misil de mayor alcance probado hasta la fecha. Se une, además, a otros dos que cayeron en aguas correspondientes a la Zona Económica Exclusiva de Japón (ZEEJ) a lo largo de los últimos días.

Desde 1998, siete han sido los proyectiles norcoreanos que han sobrevolado el archipiélago nipón antes de caer al mar1. El del pasado día 3 es el primero en hacerlo desde 2017, suponiendo un nuevo riesgo dentro de un escenario geoestratégico ya de por sí complicado tras la última crisis del Estrecho de Taiwán y los diversos contenciosos territoriales. Es, igualmente, un nuevo toque de atención que apremia a Seúl y a Tokio a reconducir su relación bilateral, algo más complicado de lo que cabría pensar en un principio.

A simple vista, Japón y Corea del Sur reúnen todas las condiciones para ser aliados de primer nivel. Tradicionalmente dirigidos por gobiernos conservadores, son los máximos exponentes del desarrollo y de los valores democráticos en su región, hacen frente a las mismas amenazas por parte de los mismos rivales, y entre uno y otro acogen a 80.000 soldados estadounidenses en su suelo. Sin embargo, la convivencia entre sendos vecinos siempre distó de ser idílica. El peso de la historia, unido a las ramificaciones derivadas de la misma, han obstaculizado el pleno despegue de las relaciones bilaterales, abocándolas a un ciclo continuo de máximos y mínimos.

Hoy, con ambos Estados confrontando el expansionismo chino y las amenazas norcoreanas, Kishida y Yoon tratan de cerrar heridas. Nuevos en sus cargos, son conscientes de que la situación demanda de ellos la consecución de un pacto en pro de la seguridad y estabilidad regionales.

¿Pueden Japón y Corea del Sur reconducir su relación?

La victoria del conservador Yoon Suk-Yeol (Partido del Poder Popular) en las elecciones del pasado marzo bien puede incrementar las opciones. El actual presidente surcoreano fue muy explícito durante su campaña electoral, acusando a su predecesor, Moon Jae- In (del socio-liberal Partido Democrático), de haber claudicado sistemáticamente ante Pyongyang y haber deshecho las relaciones con Japón. Considerando la colaboración con Tokio como algo indispensable, manifestó su compromiso por trabajar con las autoridades niponas en materias de interés común, destacando aquellas relativas a la seguridad regional. Por su parte, Japón también cuenta con un nuevo jefe de gobierno desde octubre del año pasado, y no es ningún secreto que Tokio, por lo general, se ha sentido más cómodo tratando con gobiernos conservadores en la Casa Azul2.

Sin embargo, el optimismo debe ser moderado. Desde finales de 2018, Japón y Corea del Sur afrontan el peor momento en sus relaciones bilaterales3. En noviembre de dicho año la Corte Superior de Justicia surcoreana determinó que las empresas Nippon Steel y Sumitomo debían abonar 355.000 dólares en compensación a cinco nacionales de su país, sometidos a trabajos forzados durante la ocupación colonial (1910-1945)4.

Tokio considera que todos los contenciosos derivados de dicho periodo quedaron resueltos con la firma del Tratado de Relaciones Básicas (1965), por medio del cual Japón y Corea del Sur establecieron lazos diplomáticos veinte años después del final de la ocupación5. A ello se suma el litigio territorial que ambos países mantienen sobre los islotes de Dok’do/Takeshima6, cuyas aguas colindantes han sido testigo de diversos roces entre sus fuerzas armadas7.

Ante el deterioro de la situación, el 4 de julio de 2019 Japón aprobó una serie de medidas comerciales destinadas a obstaculizar la venta de materiales tecnológicos a Corea. Entre ellas destacaban las relativas a la exportación de componentes fluorados para la elaboración de semiconductores. Un mes más tarde, la administración Abe optó por retirar a Corea del Sur de su lista de socios comerciales preferentes. Seúl reaccionó adoptando la misma medida y presentando el contencioso ante la Organización Mundial del Comercio. A finales del mes siguiente Corea del Sur se retiró del GSOMIA8.

El daño causado a las cadenas de suministro y al comercio bilateral se ha visto acrecentado por la reciente pandemia de COVID-19 y, tras cuatro años, los ánimos siguen encendidos. En mayo de 2021, el Korea Economic Research Institute (KERI) encuestó a 1.431 ciudadanos de ambos países. Tan solo el 16,7 % de los surcoreanos y el 20,2 % de los japoneses afirmaron tener una imagen positiva de sus vecinos9. Más recientemente, el East Asia Institute de Seúl y Genron NPO elaboraron otro sondeo, según el cual el 40,3 % de los japoneses y el 52,8 % de los surcoreanos consultados manifestaron sentir antipatía o tener una impresión negativa del otro país10.

Por ello, aunque la existencia de dos gobiernos conservadores con dos líderes nuevos pueda ser una buena señal de entrada, tampoco es un seguro pleno. De hecho, esta dinámica ha experimentado cambios desde comienzos de la década pasada. Y es que, conscientes de la capacidad que la cuestión nipona tiene de polarizar a las masas, los políticos surcoreanos de un color y otro no han vacilado en los últimos años a la hora de utilizar las relaciones con Japón como herramienta electoral. Sin ir más lejos, en 2012, el entonces presidente, Lee Myung-Bak (conservador), decidió visitar los islotes de Dok’do/Takeshima con su nivel de popularidad hundido y a apenas cinco meses de unas elecciones que su partido no tenía asegurado ganar. Su delfina, Park Geun-Hye11, se alzó con la victoria en los comicios de diciembre de dicho año, obteniendo el 51,6 % de los votos.

Precisamente, la presidencia de esta (2012-2017) propició la firma de diversos acuerdos de importancia con Japón, destacando la creación del GSOMIA, y el histórico memorando de compensación a las Mujeres de Consuelo (2015)12 13. No obstante, su destitución y su subsiguiente caída en desgracia14 han ensombrecido muchas de sus decisiones políticas, destacando aquellas relativas a las relaciones con el vecino. Cincuenta años antes, su padre, el dictador Park Chung-Hee15, había sido uno de los artífices del Tratado de Relaciones Básicas, suscrito junto al primer ministro japonés Eisaku Satō16.

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El propio Yoon también ha sufrido los coletazos del sentimiento antijaponés. Durante el verano y el otoño de 2021 lideró las encuestas de intención de voto con holgura, pero sus críticas a Moon por la gestión de la crisis bilateral, unidas a su deseo de colaborar con Japón, le hundieron en los sondeos para comienzos de diciembre. Apremiado por la situación, tuvo que matizar sus declaraciones, afirmando que, en caso de resultar elegido, condicionaría cualquier colaboración o alianza con Japón a una disculpa previa por parte de las autoridades niponas. No podrá permitirse contrariar en exceso a la opinión pública de su país. Su victoria ha sido la más reñida en la historia de la democracia surcoreana, habiendo obtenido apenas 247.000 votos más que su rival, Lee Jae-Myung17.

Ante esta situación, no sorprende que en Japón haya cundido la sensación de que no hay gobierno surcoreano posible en el que se pueda confiar de pleno. Antaño, los diplomáticos japoneses se apresuraban a agachar la cabeza y a reafirmarse en las disculpas ofrecidas anteriormente para tratar de construir puentes, pero la situación ha cambiado. Desde el retorno del Partido Liberal Democrático (PLD) al poder en Japón (2012), de la mano de su ala más nacionalista, Tokio ya no se siente obligado a ser quien dé el primer paso para reparar las relaciones. En este sentido cabe destacar que el actual premier, Fumio Kishida, sirvió previamente como ministro de Exteriores (2012-2017), caracterizándose en los últimos años por mantener una posición firme de no cesión ante Seúl. La pasada primavera, pese a ser invitado por Yoon a su ceremonia de investidura, no asistió, enviando en su lugar a su ministro de exteriores, Yoshimasa Hayashi.

Con Kishida la postura de Tokio no ha cambiado. Las autoridades japonesas mantienen intacta la hoja de ruta de Abe, tachada de revisionista y de ultranacionalista por varios de sus vecinos. Ello no desanima a Yoon, quien está seguro de que podrá llegar a un acuerdo que satisfaga a las víctimas sin contrariar a Tokio. La reciente jubilación del juez encargado de llevar el caso contra las empresas japonesas le ha regalado algo de tiempo de cara a lograr tal objetivo, pero tampoco ofrece garantías sólidas. Al fin y al cabo, la separación de poderes, claramente recogida en la constitución surcoreana, dictamina que el ejecutivo no podrá revertir o bloquear los veredictos adoptados por la Corte Suprema.

La conciliación no será fácil

A lo largo de la historia, dieciséis han sido los primeros ministros japoneses que han pedido disculpas o expresado su pesar por el pasado expansionista del país. Ya en 198418, durante la visita de Chun Doo-Hwan19 a Tokio, Yasuhiro Nakasone pidió perdón por las afrentas derivadas de la ocupación, algo refrendado por el propio emperador, Hirohito, durante la cena ofrecida al mandatario surcoreano. Catorce años después, su sucesor, Akihito, afirmó durante la visita del presidente Kim Dae-Jung que «el periodo en que su país infligió indescriptibles sufrimientos al pueblo de Corea le llenaba de vergüenza y de pesar»20. Más recientemente, durante el 75.º aniversario de la conclusión de la II Guerra Mundial, en agosto de 2020, Naruhito expresó su pesar por el daño que su país infligió a tantos otros21.

Las recientes administraciones surcoreanas han despreciado tales muestras por su supuesta falta de sinceridad’. Sin embargo, es incuestionable, aun con todo, que las desdichas derivadas de un pasado traumático no deben enquistarse como un impedimento para la consecución de unas relaciones fluidas; máxime ante una situación geopolítica tan apremiante en la que ambos países confrontan las mismas amenazas, compartiendo los mismos intereses y aliados. Seúl dispone ahora de un ejecutivo dispuesto a hacer concesiones en pro de un acuerdo que garantice la seguridad de ambos Estados, así como la reactivación plena de su comercio. Tamaña oportunidad no debe ser desperdiciada.

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No obstante, el pago de las compensaciones individuales se acabará tornando, de manera irremisible, condición necesaria para una plena normalización. La creación de un fondo conjunto, conformado por las autoridades y empresas de ambos países, y supervisado por un organismo independiente, se antoja, tal vez, como la solución más factible y menos traumática. Pero ello nos redirige a un nuevo problema. Tokio se escuda en el tratado de 1965 como el pago definitivo de toda compensación, afirmando que Corea del Sur (décima economía mundial por PIB en 2022) ha tenido tiempo y dispone de medios más que suficientes para haber creado un fondo de pensiones que se encargue de asistir a los damnificados. A ello hay que sumar el contencioso territorial por Dok’do/Takeshima y la polémica suscitada por los nuevos libros de texto de secundaria en Japón22.

Para lograr una verdadera mejora, sendos gobiernos deberán hacer concesiones y abordar un diálogo claro, dejando patente que su intención es la consecución de una solución verdaderamente definitiva. Para ello, las autoridades surcoreanas tendrán que llegar a un consenso interno inicial que, idealmente, debería englobar a la oposición para evitar cambios de postura en caso de un cambio de gobierno. Japón necesitará de gestos claros que atestigüen el carácter final y plenamente resolutorio de todo acuerdo de conciliación (en caso de materializarse), tanto por parte de las autoridades surcoreanas como de las plataformas que representan a las víctimas23. Igualmente, deberá poner fin inmediato a las trabas comerciales con Corea del Sur.

Washington tendrá que implicarse

El fortalecimiento de las alianzas en el Asia-Pacífico es una de las prioridades del equipo de Biden. Al fin y al cabo, EE. UU. es quien más tiene que ganar de la fluidez en la misma más allá de los propios interesados.

Su gabinete deberá reparar los años de negligencia de la administración Trump, que prefirió obviar las diferencias entre Seúl y Tokio, abordando la cuestión norcoreana de manera directa y estructurando la totalidad de su agenda asiática en torno a la contención de China. Tendrá que hacerlo, además, desde una posición intermedia y complicada.

Entre 2016 y 2020, Donald J. Trump también falló en este último aspecto. Frío y distante con Moon Jae-In, mantuvo una postura mucho más cercana con el Japón de Abe, quien accedió a todas las demandas planteadas por el presidente en lo concerniente al incremento de la compra de equipo militar estadounidense.

En los últimos meses Washington ha puesto de relieve la importancia de reconducir la relación con la mayor celeridad posible, enfatizando la importancia de adoptar una postura común con perspectiva de futuro de cara a las amenazas de China y Corea del Norte. Todo ello sin dejar de lado la resolución de los contenciosos históricos de manera satisfactoria para ambas partes. EE. UU. aboga por una vía pragmática, en la que el debate y resolución de estas cuestiones se produzca al tiempo (y no antes) que se estrechan los lazos en materia comercial y de seguridad. En este sentido, la reactivación del GSOMIA, la del comercio pleno y el respaldo de Corea del Sur a la doctrina del Free Open Indo-Pacific (FOIP) serán cuestiones vitales.

Las visitas del presidente norteamericano a Seúl y Tokio, el pasado mayo, sirvieron para transmitir este designio, ayudando a facilitar un breve intercambio entre los tres líderes durante la Cumbre de la OTAN de Madrid del pasado junio24. Desde entonces, y a lo largo del verano, los contactos directos se multiplicaron con la mediación estadounidense. Los secretarios de Estado y Defensa, Antony Blinken y Lloyd Austin, mantuvieron diversas reuniones bilaterales y trilaterales con sus homólogos asiáticos.

Finalmente, Yoon y Kishida se entrevistaron el 21 de septiembre25 en Nueva York, donde ambos coincidieron en la Asamblea General de las Naciones Unidas26. El encuentro, informal y de apenas media hora de duración, fue el primero entre los líderes de ambos ejecutivos desde hace más de tres años.

La diplomacia Musudan como catalizadora del diálogo

Por increíble que parezca, incluso en lo relativo al régimen norcoreano, Tokio y Seúl han tenido diferencias puntuales, siendo estas más acusadas durante los gobiernos del Partido Democrático (PD). Y es que el bloque socio-liberal parece entender el nacionalismo coreano en una clave diferente. Mientras los conservadores suelen unir su retórica patria a un anticomunismo furibundo, el PD se ha destacado por su obstinación en procurar acercamientos con Pyongyang de cara a una normalización progresiva de las relaciones. Tales maniobras generaron suspicacia en Washington y exasperaron a Tokio, quien tiene en el régimen estalinista una de las mayores amenazas a su seguridad nacional27. Desde la elección de Kim Dae-Jung (1998) y el establecimiento de su Sunshine Policy (2000)28, Seúl ha tratado de tender puentes con Corea del Norte en varias ocasiones, buscando una serie de acuerdos económicos que repercutieran en un beneficio mutuo. Sin embargo, no ha obtenido resultados tangibles. Pese a que la inauguración del parque industrial de Kaeseong29 y la oficina de enlace intercoreana se anunciaron como grandes éxitos e inaugurados con fanfarria, ninguno de ellos está actualmente operativo. La actividad del parque industrial está paralizada, la carretera que conduce a él permanece cerrada y la oficina de enlace fue dinamitada en junio de 2020.

El actual presidente surcoreano ha sido muy crítico con tales políticas. En una entrevista concedida al New York Times en septiembre, Yoon afirmó que su predecesor era «un estudiante adolescente obsesionado con una única compañera de clase: Corea del Norte»30. El nuevo ejecutivo de Seúl condiciona cualquier tipo de diálogo o de asistencia económica a las autoridades comunistas a su previa desnuclearización, la mejora de su récord de derechos humanos y su compromiso con la paz31. Tokio y Washington comparten dicha posición.

Pero el PD no ha sido el único que ha tratado de lograr acercamientos con Pyongyang. Trump consiguió entrevistarse cara a cara en dos ocasiones con Kim Jong-Un y los éxitos de sus reuniones no fueron mayores. Un año después del estancamiento de las conversaciones, los norcoreanos reanudaron sus ensayos con misiles, disparando varios proyectiles de tipo KN-23 y KN-25. Irónicamente, el expresidente norteamericano se congratuló, afirmando que el diálogo (primero) y la extensión de las sanciones (después) habían mostrado ser efectivas en cuanto a que Pyongyang «no parecía ser capaz de efectuar pruebas con proyectiles de mayor alcance»32. Sus declaraciones no dejaron buen sabor entre sus aliados. Corea del Sur y la mayor parte de Japón quedan dentro del radio de dichos proyectiles. Ello por no mencionar la miopía táctica del ex comandante en jefe. El lanzamiento de numerosos misiles del mismo tipo, en tandas de dos y de tres, puede ser indicativo de que Corea del Norte ya ha superado la fase experimental de dichos modelos y pasado a enfocarse en la operativa.

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La amenaza es real. A lo largo del presente año el régimen de Pyongyang ha efectuado más de medio centenar de pruebas con misiles balísticos de diversa autonomía. Estos ensayos, demostración de fuerza habitual, vienen siendo empleados cada vez que las autoridades comunistas buscan conseguir algo de la comunidad internacional. La práctica es conocida ya como diplomacia Musudan, nombre por el que es comúnmente conocido el misil Hwasong-10.

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EE. UU. ha contestado a los últimos testeos enviando al portaviones USS Ronald Reagan (CVN-76) a Corea, y efectuando maniobras conjuntas con tropas surcoreanas. Pyongyang ha elevado la apuesta. En sus ejercicios militares del 8 de octubre, 150 de sus aeronaves de combate despegaron simultáneamente en una demostración sin precedentes33. El pasado miércoles, día 2 de noviembre, efectuó el lanzamiento de 23 misiles, uno de los cuales cayó en aguas territoriales de Corea del Sur34, a apenas 60 km de la costa de la provincia de Gangwon.

Así las cosas, no sería sorprendente ser testigos de un nuevo ensayo nuclear norcoreano en el futuro próximo35. Con la comunidad internacional centrada en el conflicto de Ucrania y la crisis con Taiwán, las autoridades comunistas podrían ver ahora el momento ideal de experimentar. Las crecientes fricciones en el panorama mundial poco menos que les aseguran el blindaje de Rusia y China en Naciones Unidas.

El mar del Sur de China y la cuestión taiwanesa también son de vital interés para ambos

Tanto Corea del Sur como Japón le deben a su producción industrial y exportaciones su alto nivel de desarrollo. No obstante, su pobreza en recursos hace que sus economías sean dependientes de la importación de materias primas, alimentos y carburantes. La mayoría de ellos proceden de Oriente Medio y del sudeste asiático, región esta última en la que muchas de sus empresas tienen deslocalizada buena parte de su producción.

Por ello, las políticas expansionistas de Pekín en el mar del Sur de China son preocupantes para ambos, pues amenazan con interferir en el cordón umbilical que les comunica con sus proveedores. Por dicha vía marítima navega cada año más de un tercio del comercio mundial y dos tercios de los petroleros y buques de gas licuado36, muchos de los cuales tienen su destino final en los puertos japoneses y surcoreanos.

Igual de significativo es el estrecho de Formosa, por donde solo a lo largo del presente 2022 transitaron el 48 % de los contenedores de carga37. Un desorden en esta región que pudiera cristalizar en un enfrentamiento armado sería desastroso para ambos. Además, en el supuesto de que la RPC lograra hacerse con Taiwán por la fuerza, su posición estratégica quedaría en entredicho. Las capacidades de vigilancia naval, operatividad con submarinos y denegación de espacio (A2/AD) de la RPC crecerían de manera exponencial, dificultando (cuando no impidiendo) el tránsito directo de aeronaves y buques en la zona. Ello dejaría la mayoría de las rutas marítimas del Extremo Oriente bajo control de Pekín, limitando las capacidades norteamericanas de proteger a sus aliados, así como las de estos de abastecerse y dar salida a sus productos.

Ciertamente, las posibilidades de que esto ocurra son muy remotas. Sin embargo, tras su reelección como líder de la RPC, el pasado 16 de octubre, Xi Jinping volvió a reafirmarse en su derecho a recurrir a la fuerza militar contra Taiwán para lograr la reunificación38.

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En la actualidad Japón mantiene un contencioso territorial con la RPC por la soberanía de los islotes Diaoyu/Senkaku39, mientras que Corea del Sur ha mantenido diversos roces con su vecino del oeste relativos a los caladeros de pesca del mar Amarillo. Las aeronaves y navíos chinos se adentran en las aguas territoriales y en las zonas de identificación aérea de ambos Estados con regularidad40. Pekín es además el principal socio comercial y diplomático del régimen norcoreano.

Conclusiones: el compromiso con la seguridad regional como hilo conductor y necesidad fundamental
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Japón y Corea del Sur comparten más preocupaciones que desacuerdos, por irreconciliables que sus posturas puedan ser en lo concerniente a su pasado. Sus intereses comunes no son pocos y no abarcan solo cuestiones relativas a su seguridad. Ambos países también tienen que hacer frente a la odisea de reactivar sus economías tras la pandemia, a la reconfiguración de sus cadenas de suministro, al envejecimiento de sus poblaciones y a su dependencia energética. Todas ellas son cuestiones ineludibles que, al mismo tiempo, evidencian la incómoda realidad de que ambos se necesitan mutuamente.

Son, además, dos pilares fundamentales para cimentar la estabilidad y el respeto al derecho internacional en el marco indopacífico. Por ello, la solución de sus desavenencias históricas es algo imperativo e irrenunciable, por difícil que sea su consecución. Tanto las autoridades como las sociedades de sendos Estados son conscientes de ello. De hecho, el mismo estudio del KERI mencionado en el arranque de este documento concluyó con un dato relevante: el 78 % de los surcoreanos y el 64,7 % de los japoneses esperan que sus nuevos gobiernos trabajen por mejorar las relaciones e intensifiquen la cooperación41.

Por lo pronto, tras el cambio de gobierno en Corea del Sur, y con Abe fuera del panorama político japonés42, los signos son positivos. Las muestras de Yoon y Kishida están siendo claras, habiéndose intensificado las reuniones entre sus distintos enviados desde comienzos del verano. En septiembre, las armadas de los dos países tomaron parte, por separado, en una serie de ejercicios conjuntos con la marina de EE. UU. Se espera que la semana próxima buques de la armada surcoreana visiten Japón y participen en un acto con navíos de la JSMDF43 44. Los movimientos de cooperación podrían pronto trasladarse al terreno comercial y ayudar a apuntalar la celebración de una Cumbre de Estado el próximo año.
Tokio y Seúl optarían así por esa doble vía, sugerida por Washington, y propiciada por las políticas militaristas de Pyongyang y Pekín. Con los misiles norcoreanos sobrevolando las aguas del Este, y con la amenaza de una nueva prueba nuclear, obcecarse en el pasado, ignorando el futuro, no es una opción.

Ignacio M. García-Galán*
Analista especializado en geopolítica de Asia-Pacífico

Referencias:

1 Cuatro de ellos (31 de agosto de 1998, 5 de abril de 2009, 29 de agosto y 15 de septiembre de 2017) sobrevolaron la isla principal de Honshū, mientras que otros dos (12 de diciembre de 2012 y 7 de febrero de 2016) sobrevolaron el extremo meridional del archipiélago de Okinawa antes de caer en aguas próximas a Filipinas.

2 Residencia presidencial surcoreana.

3 GARCÍA-GALÁN, Ignacio M. Choque Seúl-Tokio: Los aliados clave de Washington afrontan su peor crisis bilateral en décadas. IEEE. 14 octubre 2019. Disponible en: https://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2019/DIEEEO91_2019IGNGAL_CoreaSurJapon.pdf

4 Se estima que 2 millones de coreanos fueron movilizados bajo el Acta de Movilización Nacional. Al menos la mitad de ellos fueron enviados a Japón, donde un nutrido número pereció debido a las extenuantes condiciones laborales y los bombardeos de la aviación estadounidense. OBERDORFER, Don & CARLIN, Robert. The Two Koreas: A Contemporary History.

5 Por medio de dicho acuerdo, Tokio además abonó a Seúl 300 millones de dólares en reparaciones por la ocupación, concediéndole además diversos préstamos por valor de más de 800 millones. Desde los años noventa las autoridades surcoreanas afirman que dicho acuerdo solo cubre las indemnizaciones al Estado por la ocupación, quedando aún pendiente el pago de las indemnizaciones individuales.

6 Estos dos islotes, rodeados por casi un centenar de rocas, se encuentran a medio camino entre la península coreana (216 km al oeste) y la isla japonesa de Honshū (211 km al sur). Ambos Estados reclaman su soberanía, siendo Corea del Sur quien mantiene el control sobre ambos desde el final de la II Guerra Mundial.

7 CHOI, Wonsuk. «South Korea and Japan in row over radar incident», The Korea Herald. 4 enero 2019. Disponible en: https://www.koreatimes.co.kr/www/nation/2022/07/178_261464.html?utm_source=KK

8 El General Security of Military Information Agreement o Acuerdo de Seguridad General de Información Militar, suscrito en 2016 por Japón, Corea del Sur y los EE. UU., es un acuerdo de cooperación armada e intercambio de información para hacer frente a las amenazas norcoreanas.

9 THE JAPAN TIMES. «Survey shows only 17 % in South Korea and 20% in Japan like each other», Kyodo News. 26 mayo 2021. Disponible en: https://www.japantimes.co.jp/news/2021/05/26/national/south-korea-japan-survey-2/

10 THE JAPAN TIMES. «Japanese and South Koreans see each other more favorably, poll shows», Kyodo News. 2 septiembre 2022. Disponible en: https://www.japantimes.co.jp/news/2022/09/02/national/south-korea-japan-relations- survey/

11 Hija del dictador Park Chung-Hee, quien gobernó el país desde 1961 a 1979.

12 Eufemismo empleado para referirse a las más de 200.000 mujeres coreanas empleadas como esclavas sexuales por el Ejército Imperial Japonés durante la II Guerra Sino-japonesa (1931-1945) y la II Guerra Mundial (1939-1945).

13 Disfrazado de acuerdo, fue muy controvertido en Corea del Sur y ampliamente rechazado tanto por los partidos progresistas como por el grueso de la ciudadanía, quienes cuestionaban su sinceridad y lo consideraban insuficiente. Fue derogado por el presidente Moon Jae-In tras su subida al poder, en 2017.

14 Fue arrestada el 31 de marzo de 2017, acusada de corrupción, coacción, tráfico de influencias, abuso de poder y revelación de secretos. El 6 de abril del año siguiente fue condenada a 24 años de prisión, siendo puesta en libertad el pasado marzo por motivos de salud. SHIN, Hyeonhee. «South Korea's disgraced ex-president Park returns home after prison», Reuters. 24 marzo 2022. Disponible en: https://www.reuters.com/world/asia-pacific/south-koreas- disgraced-ex-president-park-leaves-hospital-after-prison-release-2022-03-24/

15 Los detractores de Park Geun-Hye no tuvieron reparos a la hora de aludir al pasado de su padre, quién sirvió en el Ejército Imperial Japonés, en Manchuria, durante los últimos años de la II Guerra Mundial.

16 Quien para mayor inri era tío abuelo de Shinzo Abe.

17 Del Partido Democrático.

18 HABERMAN, Clyde. «Japan sees need to end North Korean 'Isolation'», The New York Times. 8 septiembre 1984. Disponible en: https://www.nytimes.com/1984/09/08/world/japan-sees-need-to-end-north-korean-isolation.html

19 Tras el asesinato de Park Chung-Hee, en 1979, Chun Doo-Hwan ascendió al poder en un golpe de Estado, permaneciendo al frente del país hasta 1987.

20 «Japan Apologizes to Koreans for Occupation», The Washington Post. 8 octubre 1998. Disponible en: https://www.washingtonpost.com/archive/politics/1998/10/08/world-in-brief/64e90cae-b798-400b-b361- ea2b2c05816f/

21 «Japan Emperor Naruhito expresses 'deep remorse' over country's wartime past», Reuters. 15 agosto 2020. Disponible en: https://www.reuters.com/article/us-ww2-anniversary-japan-emperor/japan-emperor-naruhito- expresses-deep-remorse-over-countrys-wartime-past-idUSKCN25B07C

22 Acusados de revisionismo histórico. POLLMANN, Mina. «Why Japan’s Textbook Controversy Is Getting Worse», The Diplomat. 8 abril 2015. Disponible en: https://thediplomat.com/2015/04/why-japans-textbook-controversy-is- getting-worse/

23 No olvidemos que, en 2015, el memorando suscrito entre Park Geun-Hye y Shinzo Abe en lo relativo a las «mujeres de consuelo» ya afirmaba tener un carácter «definitivo e irreversible». KIM, Jack & PARK, Ju-Min. «South Korea, Japan agree to irreversibly end 'comfort women' row», Reuters. 18 diciembre 2015. Disponible en: https://www.reuters.com/article/us-japan-southkorea-comfortwomen/south-korea-japan-agree-to-irreversibly-end- comfort-women-row-idUSKBN0UB0EC20151228

24 SHIN, Ji-Hye. «Awkward yet cordial: Yoon and Kishida's encounters in Spain», The Korea Herald. 30 junio 2022. Disponible en: https://www.koreaherald.com/view.php?ud=20220630000469

25 Ese mismo mes los ministros de Exteriores de ambos países se reunieron en Tokio.

26 SNEIDER, Daniel. «Yoon and Kishida Meet in New York – Not a Summit but a Start», Korea Economic Institute Of America. 23 septiembre 2022. Disponible en: https://keia.org/the-peninsula/yoon-and-kishida-meet-in-new-york-not-a- summit-but-a-start/

27 Además del estado de alarma generado por las pruebas con misiles, Tokio acusa a Corea del Norte de haber secuestrado, al menos, a 17 de sus ciudadanos entre 1977 y 1984. A comienzos del presente siglo Pyongyang reconoció haber secuestrado a 13.

28 Consistente en fomentar los intercambios comerciales y culturales entre las dos Coreas para rebajar las tensiones y encauzar el diálogo.

29 BBC. «What is the Kaesong Industrial Complex?». 10 febrero 2016. Disponible en: https://www.bbc.com/news/business-22011178

30 THE NEW YORK TIMES. «New South Korean President Tries to Make His Mark on Foreign Policy». 19 septiembre 2022. Disponible en: https://www.nytimes.com/2022/09/18/world/asia/south-korea-yoon-china-us.html

31 SNYDER, Scott A. «Why North Korea Might Reject Yoon Suk-yeol’s Audacious Initiative», Council On Foreign Relations. 18 agosto 2022. Disponible en: https://www.cfr.org/blog/why-north-korea-might-reject-yoon-suk-yeols- audacious-initiative

32 PANDA, Ankit. «What Was Behind North Korea’s Busy March 2020 Missile Launches?», The Diplomat. 8 abril 2020. Disponible en: https://thediplomat.com/2020/04/what-was-behind-north-koreas-busy- march-2020-missile-launches/

33 AHN, Chang-Gyu. «North Korean air force launches 150 planes in rare large-scale drill», Radio Free Asia. 12 octubre 2022. Disponible en: https://www.rfa.org/english/news/korea/strike-drill-10122022142956.html

34 «N Korean missile lands off S Korea coast, Seoul launches response», Al Jazeera. 2 noviembre 2022. Disponible en: https://www.aljazeera.com/news/2022/11/2/north-korea-fires-three-short-range-missiles-south-issues-alert

35 Repetiría así la agenda de 2017, cuando dos de sus misiles balísticos sobrevolaron Japón, cerrando el año con la prueba de una supuesta bomba termonuclear el 3 de septiembre.

36 «How Much Trade Transits the South China Sea?», China Power CSIS. Disponible en: https://chinapower.csis.org/much-trade-transits-south-china-sea/

37 VARLEY, Kevin. «Taiwan Tensions Raise Risks in One of Busiest Shipping Lanes», Bloomberg. 2 agosto 2022. Disponible en: https://www.bloomberg.com/news/articles/2022-08-02/taiwan-tensions-raise-risks-in-one-of-busiest- shipping-lanes?leadSource=uverify%20wall

38 «We Will Never Rule Out Using Force on Taiwan: Xi Jinping», Asia Financial. 16 octubre 2022. Disponible en: https://www.asiafinancial.com/we-will-never-rule-out-using-force-on-taiwan-xi-jinping

39 Cinco islotes deshabitados, ubicados a medio camino entre la isla japonesa de Okinawa, Taiwán y la China continental. Bajo control japonés, se descubrieron depósitos de gas natural y petróleo en sus aguas circundantes tras la II Guerra Mundial.

40 Al igual que los rusos. TAKAHASHI, Kosuke. «Japan Scrambled Fighter Jets to Intercept Foreign Aircraft Over 1,000 Times in FY2021», The Diplomat. 15 abril 2022. Disponible en: https://thediplomat.com/2022/04/japan-scrambled- fighter-jets-to-intercept-foreign-aircraft-over-1000-times-in-fy2021/

41 THE JAPAN TIMES. «Survey shows only 17% in South Korea and 20% in Japan like each other», Kyodo News. 26 mayo 2021. Disponible en: https://www.japantimes.co.jp/news/2021/05/26/national/south-korea-japan-survey-2/

42 La figura del expremier, muy controvertida por su agenda política y su currículum familiar, generaba un amplio rechazo en Corea del Sur. Tras dimitir de su cargo, por motivos de salud, en agosto de 2020. Fue asesinado el pasado 8 de julio, durante un acto electoral en la ciudad de Nara.

43 Algo que ha suscitado polémica en Corea del Sur pues los buques de la Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón (JSMDF por sus siglas en inglés) aún portan la enseña del sol naciente.

44 THE JAPAN TIMES. «South Korea to take part in Japan naval fleet review amid efforts to improve ties», Kyodo. 27 octubre 2022. Disponible en: https://www.japantimes.co.jp/news/2022/10/27/national/sk-jpn-naval-review/