Mientras, se recrudece el asedio sirio-ruso sobre el último bastión rebelde dejando en la última fecha, al menos, 17 civiles muertos, según observadores no dependientes del régimen sirio

Delegaciones de Turquía y Rusia se reunirán para tratar sobre el conflicto de Idlib

photo_camera AFP/OMAR HAJ KADOUR - Vista aérea tomada el 5 de febrero de 2020 muestra la ciudad rebelde de Ariha en la campiña norteña de la provincia siria de Idlib tras un ataque aéreo de las fuerzas oficialistas

Representantes turcos y rusos se verán las caras el sábado en territorio otomano para desencallar la cuestión de Siria, donde el país de Vladimir Putin colabora con el presidente Bachar al-Asad para acabar con el último reducto rebelde importante de Idlib y donde la Turquía de Recep Tayyip Erdogan lleva meses interviniendo en el entorno de su frontera con Siria. El último ataque ruso-sirio ha dejado, al menos, 17 civiles muertos en este enclave del noroeste de Siria, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos y Defensa Civil Siria. 

Los enviados de Turquía y Rusia se encontrarán en territorio turco para analizar la situación y poder encontrar puntos de encuentro sobre la guerra que se está llevando a cabo en Siria, donde el Gobierno de Bachar al-Asad pretende terminar de controlar todo el país acabando con el último reducto rebelde que queda en la provincia de Idlib y que es la única oposición que queda contra la Administración Al-Asad. El Gobierno otomano solicita oficialmente una solución dialogada al contencioso que está dejando un reguero de víctimas, situándose en contra de la intervención militar de Rusia y Siria; pero, en este sentido, es difícil discernir entre civiles y opositores y, por otro lado, los grupos terroristas enclavados en Idlib, contra los que se dirige principalmente la ofensiva ruso-siria. Todo ello a pesar de que el eje formado por Rusia y Siria quiere acabar con esta insurgencia y que Turquía ofrece oposición, aunque tiene buenas relaciones con el Estado ruso, a quien, por ejemplo, compra equipamiento militar (como el sistema defensivo aéreo S-400 de fabricación rusa). 

El presidente ruso Vladimir Putin (D) estrecha la mano del presidente turco Recep Tayyip Erdogan (I) durante su conferencia de prensa conjunta tras las conversaciones ruso-turcas en el centro turístico del Mar Negro de Sochi, Rusia, el 22 de octubre de 2019

El anuncio de esta próxima cumbre fue hecho por Mevlüt Çavasoglu, ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, quien aludió también a una posible conversación posterior entre los presidentes Recep Tayyip Erdogan y Vladimir Putin llegado el caso. “Una delegación rusa vendrá a Turquía. Si luego es necesario, Erdogan y Putin se reunirán", dijo Çavusoglu en Ankara, sin ofrecer más detalles. 

"Estamos en contacto con Rusia. Haremos todo lo posible para terminar con este desastre humanitario. El régimen sirio no cree en una solución política y ha aumentado su agresión", expresó Çavusoglu en la emisora NTV.

El ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Mevlut Çavasoglu

En este escenario, Turquía ha desplegado una veintena tanques para reforzar los puestos de observación que mantiene en Idlib, la última región bajo control de milicias rebeldes islamistas enfrentadas a Damasco y una zona que cuenta con tres millones de habitantes. Precisamente, estos puestos de control, que también posee Rusia, no deben ser violados, según los términos acordados por ambos países, que dieron el visto bueno al emplazamiento de una zona desmilitarizada y llegaron a un acuerdo de alto el fuego, el cual no está siendo respetado, según denuncias por ambas partes. 

En los últimos días se han intensificado los bombardeos sirios contra las milicias, pese a que, teóricamente, se había llegado a alcanzar un entendimiento sobre el cese de hostilidades. Incluso, la jornada del lunes pasado, ocho turcos, cinco de ellos militares, murieron en un ataque, y las tropas turcas respondieron con denso fuego de artillería contra las posiciones sirias.

Los combatientes rebeldes sirios se preparan para disparar un obús hacia las posiciones del Gobierno cerca del pueblo de Nerab, en la provincia de Idlib, el jueves 6 de febrero de 2020. Turquía envió más refuerzos al noroeste de Siria el jueves, estableciendo nuevas posiciones en un intento de detener la ofensiva del Gobierno sirio en el último bastión rebelde en el país devastado por la guerra, dijeron los medios estatales y los activistas de la oposición

Uno de los últimos peores episodios ocurrió esta pasada noche, cuando al menos 17 civiles murieron por enfrentamientos en Idlib, diez de ellos por una ofensiva rusa lanzada sobre Idlib, mientras las tropas sirias siguen avanzando sobre este último rincón rebelde, según información de la institución de rescate Defensa Civil Siria, grupo que opera en áreas que no están controladas por el régimen de Al-Asad. "Diez civiles, incluyendo personal de ambulancia, murieron y otros tres resultaron heridos el jueves por la noche cuando los aviones de guerra rusos tuvieron como objetivo la zona este de las afueras de la ciudad de Idlib”, indicó Defensa Civil Siria. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, organización radicada en Reino Unido y con una amplia red de observadores sobre terreno en Siria, apuntó que entre los muertos en la ciudad de Idlib por ese bombardeo hay dos niños, y añadió que anteriormente otro civil había caído por artillería de las tropas sirias. Las cifras aportadas por el Observatorio significan que aumentaba a 17 el número de muertes de la última jornada, entre ellos cuatro por un ataque terrestre en el oeste de Alepo, otro por un ataque ruso en el norte de esa localidad y un niño falleció en Taftanaz, en el este de Idlib.

Precisamente, aviones del régimen sirio de Bachar al-Asad atacaron un aeropuerto militar en esta localidad de la zona oriental de Idlib. El Ejército turco había asumido el control de este aeródromo de Taftanaz y pocas horas después de esta asunción del dominio del aeropuerto recibió la ofensiva siria, después de que llegase un último destacamento de vehículos militares y efectivos otomanos. 

Un convoy militar turco de tanques y vehículos blindados pasa por la ciudad de Binnish, según se informa, en dirección a la ciudad de Idlib en Siria, provincia noroccidental del mismo nombre, el 7 de febrero de 2020
La ONU rechaza como solución para Idlib la intervención militar

Geir Pedersen, enviado de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para Siria, indicó que la presencia terrorista en Idlib es inaceptable, pero que el enfoque militar no resolverá el problema.

En un informe para el Consejo de Seguridad de la ONU presentado por videoconferencia desde Ginebra, el representante especial del secretario general de la ONU para Siria explicó que muchos combatientes en Siria buscaron refugio en Idlib y que grupos terroristas y efectivos armados extranjeros son una fuerza relevante en esa provincia. "Su presencia e influencia en la zona es inaceptable y constituye un reto importante, sobre todo para la población civil de Idlib, y también en un sentido más amplio para Siria y para la seguridad regional e internacional", señaló.

Aunque Pedersen advirtió que mantener una perspectiva militar no resolverá este problema e hizo hincapié sobre el riesgo de dispersar a los combatientes terroristas extranjeros y a la actual insurgencia. Esta postura "sólo reforzará y endurecerá aún más las profundas divisiones internacionales con respecto a Siria y conducirá a más y más presión, lo que debilitará las posibilidades de una dinámica gradual para desarrollar la confianza", según el enviado de Naciones Unidas. 

Un combatiente rebelde sirio dispara un obús hacia las posiciones del Gobierno cerca del pueblo de Nerab, en la provincia de Idlib, el jueves 6 de febrero de 2020

Persiste así la guerra en Siria tras nueve años, a pesar de que en mayo de 2017 se creó una zona de distensión en Idlib como resultado de las conversaciones de Astaná, cuyos garantes fueron Rusia, Irán y Turquía. En septiembre de 2018, Rusia y Turquía lograron un memorándum de estabilización para Idlib, y en octubre de 2019 Recep Tayyip Erdogan y Vladimir Putin se reunieron en Sochi para evitar el deterioro de la situación en Siria, mediante el establecimiento de una zona desmilitarizada entre las facciones rebeldes y las fuerzas del régimen de Al-Asad; pero, aun así, sigue habiendo confrontaciones armadas en la provincia.

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