Emiratos Árabes Unidos y Jordania estrechan la colaboración en su cumbre bilateral

Raúl Redondo

Pie de foto: El rey Abdullah II de Jordania es recibido por el jeque Mohamed bin Zayed Al-Nahyan, príncipe heredero de Abu Dhabi y comandante supremo adjunto de las Fuerzas Armadas, a su llegada al Aeropuerto Internacional de Abu Dhabi. AFP/YOUSEF ALLAN /JORDAIN ROYAL PALACE

Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Jordania han celebrado una cumbre bilateral en la que el jeque Mohamed bin Zayed Al Nahyan, príncipe heredero del emirato de Abu Dhabi y subcomandante supremo de las Fuerzas Armadas, ha recibido en el Palacio Al Bateen al rey de Jordania, Abdullah II, con el objetivo de estrechar lazos y acercar posturas en asuntos de vital importancia para Oriente Medio, principalmente en relación con la seguridad regional.

El príncipe heredero ha dejado claro que ambas naciones colaboran estrechamente en el desarrollo de la región y sus intereses y también en materia de seguridad y estabilidad de la zona de Oriente Medio. “Nosotros permanecemos en solidaridad el uno con el otro para hacer frente a todos los retos”, ha remarcado Mohamed bin Zayed Al Nahyan.

Vital es el asunto de la seguridad en la región, ya que en las últimas fechas existe bastante incertidumbre ante la escalada de tensión existente entre EEUU e Irán, a cuenta de las sanciones económicas y políticas impuestas por el Gobierno estadounidense al régimen de Teherán después de que la Administración norteamericana abandonase en 2015 el pacto nuclear que había suscrito Irán con seis países (EEUU, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania) para controlar el desarrollo nuclear iraní.

Entre esas sanciones económicas destacan las relacionadas con el sector petrolero, básico para la economía de Irán, en las que se retiraban las exenciones a la compra de petróleo iraní a diversos países (China, India, Turquía, Japón, Corea del Sur, Taiwán, Italia y Grecia); ante lo que Irán respondió señalando que continuaría exportando petróleo a pesar de esta supresión de exenciones y amenazando con bloquear el estrecho de Ormuz, punto neurálgico del comercio marítimo de crudo mundial.

Esta situación ha puesto en solfa la seguridad de la navegación marítima, incluso se ha acusado a Irán o a agentes próximos al régimen iraní de episodios turbios relacionados con ataques a navíos, como los sufridos por embarcaciones de comercio de petróleo en aguas de EAU, en el que cuatro buques comerciales fueron saboteados en el puerto de Fujairah (dos de ellos con bandera de Arabia Saudí, uno de EAU y otro procedente de Noruega), o como aquel en el que se alertaba sobre algún posible ataque a la fragata Navarra, embarcación española encuadrada en la Operación Atalanta, misión de la Unión Europea contra la piratería en aguas de Somalia y del golfo de Adén.

La inestabilidad se ha apoderado de la zona a raíz de este conflicto, sobre todo con las maniobras militares dispuestas por ambos bandos; por un lado, EEUU desplegando el portaaviones Abraham Lincoln y bombarderos en territorios de Oriente Medio y, por otro, Irán anunciando maniobras navales conjuntas con Rusia en el Golfo Pérsico. Ambas naciones han ido lanzando amenazas veladas en las últimas fechas de cara a marcar territorio y dejar claro que por ninguna parte hay temor alguno al otro. Se llegó incluso al punto en el que EEUU catalogó como organización terrorista a la Guardia Revolucionaria de Irán (cuerpo de élite del Ejército iraní), algo que Irán hizo también con el Mando Central militar norteamericano (CENTCOM) en Oriente Próximo.

Uno de los últimos capítulos importantes de esta ‘refriega’ fue el anuncio del régimen de los ayatolás de la suspensión durante un plazo de 60 días de parte del acuerdo nuclear ya referido para instar a la comunidad internacional a negociar y a ofrecer algún tipo de apoyo contra las sanciones económicas y políticas sufridas.

EAU ya indicó que Irán era el responsable de las tensiones generadas en la región de Oriente Medio, como manifestó Anwar Gargash, ministro de Estado de Relaciones Exteriores de EAU, quien apuntó que “Irán es responsable de la crisis actual en la región y debe actuar para reducir las tensiones”.

Teniendo en cuenta este panorama, el rey Abdullah II ha manifestado su total disponibilidad a colaborar para reforzar la seguridad de Oriente Medio y, en concreto, también de EAU, ya que la estabilidad de la zona significa también la seguridad de Jordania. Tanto el jeque Mohamed bin Zayed Al Nahyan como el monarca jordano han ordenado a sus ministros de Exteriores respectivos que trabajen en esa senda de cooperación y se ha anunciado también la realización de maniobras militares conjuntas para progresar en el reto de garantizar la seguridad ante los hechos que amenazan y acosan a la región.

El príncipe heredero de Abu Dhabi también ha puesto en valor el apoyo de Jordania a su país y a Arabia Saudí tras los ataques sufridos por los cuatro buques comerciales en aguas territoriales emiratís en el puerto de Fujairah y la agresión perpetrada contra instalaciones petroleras saudíes. En este sentido, Jordania supone un aliado estratégico para las naciones adscritas al Consejo de Cooperación del Golfo (CCG).

EAU ya destacó la convocatoria realizada por el Custodio de las Dos Mezquitas Sagradas, el rey de Arabia Saudí, Salman bin Abdulaziz Al Saud, a los líderes del CCG y otros estados de la Liga Árabe de cara a dos cumbres de emergencia a celebrar en la Meca el próximo 30 de mayo sobre las circunstancias críticas que atraviesa la región y sus consecuencias respecto a la paz y la estabilidad regionales, según informó la agencia de noticias emiratí WAM.

Junto al asunto vital de la seguridad y estabilidad de la región de Oriente Medio, tanto Mohamed bin Zayed Al Nahyan como el rey Abdullah II de Jordania han hecho una declaración conjunta en la que se remarcaba la firme determinación de los dos países para el trabajo conjunto en diferentes campos y para profundizar en estrategias relacionadas con el desarrollo económico, comercial y de inversión, con especial atención también al fomento del sector turístico.