PUBLICIDAD

Iberdrola

Arabia Saudí denuncia la implicación de Hizbulá en los ataques hutíes lanzados desde Yemen

El portavoz de la coalición, Turki al-Malki, mostró imágenes en las que aparecen presuntamente miembros de la milicia libanesa formando a los insurgentes yemeníes
Turki al-Malki

AFP/FAYEZ NURELDINE  -   El portavoz de las Fuerzas de la Coalición en Yemen lideradas por Arabia Saudí, Turki al-Malki

Unos meses después del estallido de la guerra civil en Yemen, el país del Golfo se convirtió en un nuevo e importante escenario bélico a escala internacional. El conflicto yemení, de características particulares por sus profundas raíces históricas, acabaría siendo un objeto más de la disputa entre Arabia Saudí e Irán en su intento por establecer su hegemonía en el mundo árabe. Una región que aún sufría las consecuencias ocasionadas por las Primaveras Árabes.

En abril de 2015, una coalición militar liderada por Arabia Saudí intervino de forma oficial en el conflicto mediante una campaña de bombardeos en el país a petición del Gobierno de Abd Rabbuh Mansur al-Hadi. El sucesor del expresidente Ali Abdullah Saleh, reconocido por la comunidad internacional, recibió el respaldo de Riad en su lucha contra los rebeldes hutíes, apoyados asimismo por Teherán y sus milicias afines. Una refriega en la que ambas partes combaten por los mismos objetivos: ganar un socio regional y tener acceso a los recursos energéticos.

La participación de la coalición en la guerra, compuesta por países como Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Marruecos o Sudán y apoyada por Estados Unidos y otras naciones europeas, es vox populi. De hecho, esta ha sido reconocida sin ambages por los actores mencionados. Sin embargo, el grado de implicación de Irán y sus socios de Hizbulá no ha sido transparente.

Al-Hadi
AP/HASAN JAMALI  -  El presidente yemení reconocido por la comunidad internacional, Abd Rabbuh Mansur al-Hadi, exiliado en la capital de Arabia Saudí

Desde Teherán rechazan de plano haber enviado efectivos y armamento a la milicia hutí, conocida también como Ansar Allah, y el partido milicia libanés ha decidido seguir la misma estrategia. Pero sus negativas no se sostienen, ya que las evidencias de su participación en la guerra de Yemen se remontan antes incluso de que esta diera comienzo. En 2013, la Marina estadounidense incautó un dron iraní que transportaba cuarenta toneladas de suministros militares “destinados a los hutíes”, según relató el diplomático Gerald M. Ferstein en un informe para el Middle East Institute.

La asociación entre Teherán y los insurgentes yemeníes ganó peso a partir de la toma de la capital, Saná, por parte de estos últimos. Después de la ofensiva, una delegación hutí se desplazó hasta Irán para cerrar una serie de acuerdos de cooperación aérea y militar, lo que supuso un punto de inflexión en el conflicto. A partir de ese momento, los iraníes proveyeron a sus socios de armamento y efectivos, y el denominado Partido de Dios intervino de forma directa.

Casi siete años después del estallido del conflicto, las pruebas que sitúan tanto a Irán como a Hizbulá del lado de Ansar Allah en Yemen parecen ser palmarias. La última acusación de Arabia Saudí y sus socios contra ambos actores –que actúan al unísono–corrió a cargo del portavoz de las Fuerzas de la Coalición y miembro del Departamento de Planes y Operaciones al mando de la Fuerza Aérea saudí, Turki al-Malki.

Combates en Marib
AP/MARIMAN EL MOFTY  -  Un combatiente yemení perteneciente a la coalición liderada por Arabia Saudí durante los enfrentamientos con los rebeldes hutíes en el frente de Kassara, próximo a la ciudad de Marib

Al-Malki compareció el domingo para justificar las recientes ofensivas aéreas lanzadas por Arabia Saudí sobre varios puntos de Saná, entre los que se incluye el aeropuerto. Según Riad, esta instalación habría servido a los hutíes para almacenar armas y municiones. Aunque el aeropuerto sirve también como enclave para la llegada de ayuda humanitaria.

El Reino del Desierto puso en marcha el sábado una campaña “a gran escala” en forma de represalia por los continuos ataques de los rebeldes, que tomaron la gobernación norteña de Yauf y causaron la muerte de dos ciudadanos saudíes en un ataque con misiles en la provincia fronteriza de Jizán.

Los hutíes proceden en su mayoría de la zona norte de Yemen, próxima a la frontera con Arabia Saudí. Este ha sido el bastión histórico de la secta zaidí, una minoría religiosa del país que da origen a la milicia hutí y que converge con los postulados chiíes. Un factor que explica los estrechos vínculos con la República Islámica de Irán. Desde el norte lanzan las ofensivas aéreas transfronterizas en suelo saudí al tiempo que descienden hacia la gobernación de Marib, un enclave determinante en el devenir del conflicto que está en juego desde febrero.

Hizbulá
AFP/ANWAR AMRO  -  Fotografía de archivo, miembros del partido chiíta libanés Hizbolá, portando banderas mientras desfilan en un suburbio del sur de la capital, Beirut, para conmemorar el Día Internacional de al-Quds (Jerusalén)

Durante su alocución, Turki al-Malki reveló, además, una batería de documentos audiovisuales que implicarían al grupo libanés. En las imágenes aparecen presuntamente miembros de Hizbulá formando a los rebeldes en el manejo de drones, el material utilizado para atacar las posiciones de Arabia Saudí. La tesis de la coalición sostiene que el partido milicia chií envió expertos para entrenar a los rebeldes en el ensamblaje y lanzamiento de misiles balísticos.

El portavoz de la coalición hizo recuento y calculó que Ansar Allah ha lanzado 430 misiles contra Arabia Saudí y 851 drones desde el comienzo del conflicto, y añadió que los insurgentes han sembrado un total de 247 minas navales en el mar Rojo. Unos números que han servido como pretexto a Riad para engrosar su campaña bélica en Yemen a pesar de haber perdido el apoyo armamentístico de Estados Unidos, un actor que resultó crucial en los albores de la guerra, pero del que se ha distanciado a raíz de la llegada de Joe Biden a La Casa Blanca.

Los rebeldes hutíes, con el respaldo decisivo de sus socios iraníes, continúan hostigando a Arabia Saudí con ataques transfronterizos, pero desde Riad se pone el acento en los movimientos del grupo libanés. “La organización terrorista Hizbulá ha extendido la destrucción en la región y el mundo, y ahora tiene la responsabilidad de atacar a civiles en Arabia Saudí y Yemen”, afirmó al-Malki. Para el portavoz, la guerra en Yemen se trata de una “batalla intelectual, cultural, social y económica”. Mientras tanto, el país de la Península Arábiga atraviesa la mayor crisis humanitaria del planeta tras más de seis años en guerra.