Las cinco principales potencias nucleares han hecho un llamamiento a la comunidad internacional para prevenir la proliferación de armamento atómico, subrayando la importancia de cumplir los acuerdos

El Consejo de Seguridad de la ONU concluye que en una guerra nuclear "no habría ganadores"

photo_camera PHOTO/MARINE NATIONALE - Misil balístico disparado por Francia

China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia –los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y únicas potencias nucleares oficialmente reconocidas conforme al Tratado de No Proliferación (TNP)– publicaban esta semana una declaración conjunta. En el comunicado, los jefes de Gobierno y de Estado de los países firmantes han subrayado su principal responsabilidad para “prevenir la guerra entre Estados y reducir los riesgos estratégicos”, haciendo hincapié en la importancia de contrarrestar las posibles amenazas nucleares y evitar “una mayor proliferación de este tipo de armas”.

El TNP entró en vigor en el año 1970 con el objetivo de evitar la multiplicación de armamento nuclear en el escenario internacional, y, a día de hoy, más de 190 países forman parte de este acuerdo. No obstante, según lo establecido en el tratado, solo China, EEUU, Rusia, Reino Unido y Francia son considerados “países nuclearmente armados”, aunque se presume que Pakistán, India, Israel y Corea del Norte poseen armas atómicas también. En relación al comunicado emitido esta semana, las tres primeras de estas potencias han decidido no firmar el compromiso, mientras que Corea del Norte, por su parte, lo ha denunciado.

Las cinco potencias nucleares han ratificado, a través de la declaración, su “compromiso con el Tratado de No Proliferación, incluido el artículo VI”, en el que se establece la obligación de “negociar de buena fe y hallar medidas efectivas relacionadas con el cese de las carreras armamentísticas bajo un estricto control a nivel internacional". Es por ello que las partes firmantes han puesto de manifiesto la importancia de cumplir “los acuerdos bilaterales y multilaterales de no proliferación nuclear, control y desarme”.

Armamento nuclear

“Declaramos que en una guerra nuclear no habría ganadores y esta no debe librarse nunca. Dado que el uso de las armas nucleares tendría consecuencias de gran alcance, reafirmamos que estas armas —mientras sigan existiendo — deben cumplir con objetivos defensivos, disuadir la agresión y la prevenir la guerra”, recogía el comunicado.

Por su parte, a la hora de hacer pública esta declaración, las autoridades francesas han destacado la voluntad de los países firmantes por “trabajar con todos los Estados para crear una atmósfera de seguridad que permita lograr un mayor avance en materia de desarme”, con el objetivo de avanzar hacia un mundo libre de armas nucleares.

Un momento complicado

El anuncio de esta declaración coincide con la reanudación de las negociaciones para salvar el acuerdo nuclear con Irán firmado en 2015. La octava ronda de negociaciones comenzó el pasado mes de diciembre y, a pesar del cauteloso optimismo mostrado por algunas de las partes, la República Islámica ha continuado enriqueciendo uranio con el objetivo de reforzar su postura negociadora. Ahora, mientras se espera que en los próximos días los representantes de China, Rusia, Francia, Reino Unido, Alemania e Irán –junto a intermediarios estadounidenses– vuelvan a sentarse a la mesa, el plazo estimado para que Teherán tenga capacidad para fabricar armamento nuclear se ha reducido a tan solo unos meses.

Ebrahim Raisí presidente Irán

Por si fuera poco, el comunicado se ha producido poco antes de la 10ª Conferencia de las Partes para la revisión del Tratado de No Proliferación, que debería haberse celebrado a partir de este martes bajo el auspicio de la ONU en Nueva York, pero que ha sido pospuesta a causa de la pandemia. Todo ello, además, en un marco de tensión en las relaciones bilaterales de Washington con Moscú y Pekín. En el caso ruso, los lazos diplomáticos han caído a sus mínimos desde el periodo de la Guerra Fría a causa del conflicto ucraniano; mientras que, por otro lado, los vínculos sinoestadounidenses se han visto afectados por las estimaciones respecto al crecimiento del arsenal nuclear del gigante asiático de cara al año 2030.

Las reacciones de la comunidad internacional

La declaración conjunta sobre el llamamiento a la pacificación nuclear no ha dejado indiferente a los altos funcionarios de la diplomacia internacional. En esta línea, la reacción del presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Abdulla Shahid, ha sido positiva, apoyando enormemente el esfuerzo de las cinco potencias.

Así lo expresaba su portavoz, Paulina Kubiak, en unas declaraciones para la agencia de noticias Sputnik; “Shahid celebra la declaración conjunta hecha por los miembros permanentes del Consejo de Seguridad. El compromiso con las obligaciones del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y el deseo de aumentar el entendimiento y la confianza mutuos, y prevenir una carrera armamentista que no beneficiaría a nadie y pondría en peligro a todos, es el mensaje correcto para todo el planeta en momentos en que comenzamos un nuevo año”.

Antonio Guterres

Del mismo modo, el portavoz de la Secretaría General de la ONU, Stéphane Dujarric ha sostenido que António Guterres, secretario general de la organización, ha agradecido y respaldado también este comunicado.

Por otro lado, Dimitri Peskov, portavoz del Kremlin, ha afirmado que espera que este compromiso ayude a reducir las tensiones entre todas las potencias, pero que, sin embargo, todavía considera “necesaria” la celebración de una cumbre de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.  

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