Rusia refuerza también sus posiciones

Estados Unidos aumenta su presencia militar en Siria

AFP/DELIL SOULEIMAN - Convoy de vehículos blindados estadounidenses cerca de la ciudad nororiental de Qahtaniyah

Un gran destacamento militar de Estados Unidos incursionó en el noreste de Siria en las últimas horas con el objetivo de sumar refuerzos y una ingente cantidad de suministros. El Ejército estadounidense entró en la provincia de Al-Hasaka desde el vecino Irak, dirigiéndose al distrito de Al-Malikiyah, cerca del cruce fronterizo en la región noreste de Siria y la zona noroeste del Kurdistán iraquí.

Según fuentes del medio de comunicación Al-Masdar, un importante número de vehículos armados norteamericanos entraron a través del paso de Al-Walid, situado al norte del territorio iraquí, antes de dirigirse a la base aérea del distrito de Al-Malikiyah, en Al-Hasaka.

“Hace pocas horas, un convoy de 35 camiones cargados con material militar y logístico entró en la provincia de Al-Hasaka, a 866 kilómetros al noreste de la capital siria de Damaso”, según reseñó la agencia oficial de noticias siria SANA.

El propio Ejército oficialista del régimen de Bachar al-Asad procedió a detener este comando, formado por cinco vehículos, cuando estaba próximo a un puesto de control en el enclave de Hammo; algo que fue vitoreado por la propia población siria que se opone a la presencia norteamericana en su nación.

Unidades uniformadas y habitantes de la provincia nororiental de Al-Hasaka bloquearon el camino del convoy de las fuerzas estadounidenses mientras intentaba cruzar por la localidad de Hammo, obligándole a dar marcha atrás, según la versión de informadores presenciales.

Algunas fuentes locales confirmaron que cinco vehículos del Ejército de EEUU se aproximaron a un punto de control del Ejército sirio en la referida aldea. “Los pobladores se congregaran en el punto militar e impidieron el paso del convoy que fue obligado a dar marcha atrás”, añadieron.

En varias ocasiones, los pobladores de esta región siria ya habían expulsado a destacamentos militares de EEUU; la penúltima de las cuales ocurrió a finales de marzo.

A pesar de haber retirado la mayoría de sus fuerzas del norte de Siria en los últimos meses, dejando solos a los miembros de las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS) que tanto colaboraron para derrotar hace un año al grupo terrorista Daesh en su último reducto de Al-Baghouz, el Ejército de Estados Unidos sigue destinando efectivos para el control de bases en la zona de Al-Hasaka, especialmente instalaciones cercanas a los yacimientos petrolíferos.

La mayoría de las tropas estadounidenses en Siria se han reorganizado en la región oriental de la nación árabe desde enero de 2020, donde actualmente controlan una amplia zona petrolera del país.

Así, en el conflicto sirio, que se lleva desarrollando desde 2011, EEUU domina varias posiciones en campos de petróleo y gas en Siria y apoya a las FDS, grupos armados bien dispuestos en la región de Al-Jazeera, al este del río Éufrates. 

Todo lo referente a Siria e Irak crece en relevancia debido a la enorme importancia del crudo ante las guerras por el precio del petróleo acaecidas entre Arabia Saudí y Rusia. Además, las críticas del Gobierno estadounidense de Donald Trump a la política de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se aceleraron cuando su país consideró reducir las importaciones de petróleo. 

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump

Mientras tanto, prosigue la campaña del Gobierno de Bachar al-Asad para recuperar el terreno que todavía está en manos de las fuerzas opositoras dentro del conflicto bélico sirio; justificada por el objetivo fijado de acabar con las fuerzas terroristas yihadistas, cuyo último bastión se sitúa en la provincia de Idlib, al noroeste de Siria. 

Al-Asad sigue contando con el firme apoyo de la Rusia de Vladimir Putin para lograr sus objetivos. En este escenario, según ha informado el diario Al-Araby Al-Jadeed, con sede en Londres, una nutrida columna de vehículos blindados rusos llegó este domingo a las ciudades de Manbij y Kobane, controladas por las FDS, que comparten intereses con Damasco.

Además, el aliado ruso ha reforzado sus fuerzas estacionadas en la base militar del aeropuerto de Qamishli, en el noreste de Siria, a través del aumento en la provisión de equipamiento y soldados; al tiempo que EEUU se posiciona más todavía también en este país de Oriente Medio.

Un soldado ruso pasa por delante de un vehículo blindado dentro del aeropuerto de Qamishli

Unas operaciones castrenses rusas que cuentan con el conocimiento de los dirigentes de las FDS, asociadas circunstancialmente ahora con Al-Asad frente a un enemigo común que se entrometió también en el avispero sirio, como es Turquía, nación que lleva a cabo una actividad de persecución de elementos kurdos en la frontera turco-siria. El país presidido por Recep Tayyip Erdogan acusa a la etnia kurda de actividad terrorista en el sur de la nación otomana y lleva meses posicionándose en Siria para desalojar a las Unidades de Protección del Pueblo (YPG, por sus siglas en turco), que están integradas dentro de las propias FDS.

Turquía acordó con Estados Unidos la creación de una zona de seguridad en la frontera con Siria tras la decisión de la Administración Trump de retirar tropas del territorio sirio, lo cual dejó el camino libre a turcos y rusos para posicionarse en las zonas dejadas; significando esto además el abandono a su suerte de las FDS, que ayudaron a vencer a Daesh hace un año. Recep Tayyip Erdogan pretendía con este trato con el gigante norteamericano la salida de los kurdos de esta área de seguridad.

Soldados rusos en la ciudad siria nororiental de Kobane

La tensión entre Ankara y Damasco es máxima, a pesar de que Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan firmasen un alto el fuego para la zona de Idlib a principios del mes de marzo. En aquel acuerdo, sin embargo, nada fue rubricado entre Turquía y Siria, que, en el fondo, no han renunciado a sus objetivos. Por un lado, Turquía sigue persiguiendo a los elementos kurdos, a los que acusa de acciones terroristas contra intereses otomanos; por otro, el Ejecutivo sirio trata de recuperar el control de todo el país, a falta de derribar a los insurgentes instalados en Idlib. 

En los contactos que hubo el mes pasado entre Ankara y Moscú para llegar a una solución sobre la problemática en Siria Vladimir Putin no accedió a la exigencia de Erdogan sobre la retirada de tropas rusas de Idlib, por lo que el contencioso prosigue a pesar de que Turquía y Rusia han venido manteniendo buenas relaciones económicas y militares (incluida la compra por parte turca del sistema ruso de defensa antiaérea S-400, algo que no fue bien visto por la OTAN).

Fotografía de archivo que muestra al  presidente de Rusia, Vladimir Putin,  y el presidente de Siria, Bachar al-Asad en la base aérea de Hemeimeem en Siria
Turquía anuncia muertes dentro del bando kurdo

El Ministerio de Defensa de Turquía informó de la eliminación en el norte de Siria de nueve miembros del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) y de las YPG, consideradas por Ankara como organizaciones terroristas.

"Nuestras fuerzas especiales neutralizaron a un terrorista del PKK y las YPG que intentó infiltrarse en la zona de la operación Escudo del Éufrates, así como a otros ocho terroristas del PKK y las YPG que intentaron entrar en la zona de la operación ‘Fuente de Paz’", según recogió un comunicado oficial de las autoridades militares turcas. 

La operación ‘Fuente de Paz’ fue lanzada por Turquía en el noreste de Siria en octubre de 2019 con el argumento de alejar a las milicias kurdas de la frontera y delimitar una zona segura para acoger a los miles de refugiados sirios que permanecen en su territorio.

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