La sociedad marroquí ha visto mermado su poder adquisitivo en un contexto complicado por la inestabilidad en el plano internacional

Marruecos trabaja para frenar los efectos de la inflación y reducir el precio de alimentos básicos

photo_camera REUTERS/YOUSSEF BOUDLAL - Mercado de verduras en las afueras de Casablanca

La inflación está golpeando duramente a nivel internacional. Cuando la crisis económica que comenzó con la llegada de la pandemia de la COVID-19 en 2020 parecía estar superada, la invasión rusa de Ucrania abrió una nueva brecha que derivó en una crisis energética. La reducción de la oferta de gas manteniéndose la demanda ha provocado un aumento de los precios que está lastrando la situación económica de muchos países. Marruecos no es la excepción, pero desde el Gobierno están trabajando para intentar frenar esta tendencia y frenar la subida de precios que está sufriendo la sociedad.

A pesar de que se trata de una tendencia común a nivel global, Omar al-Sharkawi, profesor universitario y analista político, considera que no es beneficioso para nadie normalizar esta situación. En ese sentido, se explica que el Gobierno, en colaboración con el resto de los partidos y los sindicatos, esté trabajando en elaborar medidas que hagan posible una reducción de los precios. Sobre todo, porque, dice al-Sharkawi, el efecto “bola de nieve” podría hacer que empeore la situación de forma exponencial y que el ciudadano vulnerable sufra cada vez más.

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Desde el Frente Social Marroquí critican “el precio escandaloso que superó todas las expectativas y afectó a todos los materiales, especialmente a los alimentos básicos”. Como respuesta, el portavoz del Gobierno marroquí, Mustafa Baitas, ha asegurado que el Ejecutivo tiene presente esta situación, aunque, como es evidente, las soluciones en este tipo de contextos no llegan de la noche a la mañana. Las primeras medidas, dice el portavoz, afectarán a los precios de la carne, el pollo, los huevos y las verduras.

A todo ello se debe añadir la postura de algunas grandes empresas que buscan sacar aún más beneficio a costa de aumentar los precios de forma disparatada. Por eso, Younes Frachine, coordinador nacional del Frente Social Marroquí insta al Gobierno a combatir este tipo de actitudes: “El gobierno debe intervenir con firmeza y fuerza para disuadir a los especuladores que se aprovechan de la difícil situación económica para acumular ganancias”. Además, considera que actúan “sin la menor consideración por la clase vulnerable, que está empobreciendo debido al alto coste de la vida”.

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Precisamente en línea con estas peticiones del Frente Social, el presidente marroquí, Aziz Akhanouch, ha instado a los ministros de su gabinete a prestar atención a “los distintos departamentos afiliados a sus carteras para reforzar la vigilancia del mercado nacional, garantizar la financiación continua de productos alimenticios para luchar contra la especulación y así proteger a las familias marroquíes”. De esta forma, los esfuerzos del Gobierno marroquí ya han empezado, pero la solución no será fácil ni rápida. Lo importante es que las acciones del Ejecutivo consigan paliar los efectos de la crisis lo antes posible, y la semilla para lograrlo ya está plantada. 

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