Después del acuerdo alcanzado el pasado diciembre entre las distintas facciones políticas, las negociaciones se enfocan entorno a varias cuestiones clave como seguridad, justicia y el desmantelamiento de elementos vinculados con el régimen de Al-Bashir

Sudán: la última fase del diálogo político llena de esperanzas el futuro del país

PHOTO/AFP - Manifestantes sudaneses salen a las calles para exigir al gobierno la transición a un régimen civil

La crisis política y social que atraviesa Sudán desde el golpe de Estado de octubre de 2021 podría mitigarse notablemente gracias a los esfuerzos del mecanismo trilateral auspiciado por la Misión Integrada de Asistencia para la Transición de Naciones Unidas en Sudán (UNITAMS), la Unión Africana (UA) y la Autoridad Intergubernamental sobre el Desarrollo (IGAD). Dicha iniciativa, cuyo objetivo es impulsar un proceso de diálogo político que facilite la transición democrática, entra en su etapa final con el beneplácito de los actores políticos sudaneses.

Esta fase comenzó el domingo pasado en el Salón de la Amistad de Jartum en medio de optimismo local e internacional y con la presencia de representantes de la sociedad civil, académicos, miembros del sector privado, líderes religiosos, miembros de la opinión pública, jóvenes y grupos de derechos de las mujeres.

Según un comunicado del mecanismo trilateral, las conversaciones de cuatro días abordarán cinco cuestiones clave para alcanzar “una hoja de ruta que permita la renovación del proceso de desmantelamiento del régimen de Omar Al-Bashir”, dictador que controló el país durante casi 30 años.

Gracias a esta iniciativa -que cuenta también con la mediación de países occidentales y árabes como Estados Unidos, Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos- las distintas facciones políticas de Sudán firmaron a principios de diciembre un Acuerdo Marco Político que allana el camino hacia la ansiada estabilidad política en el país. Tal y como destaca IGAD en una nota, este acuerdo “es un primer paso clave hacia la restauración de un período de transición sostenible y la formación de un gobierno civil, democrático y responsablemente creíble”.

Ahora, durante esta última etapa, los representantes políticos sudaneses deben dialogar sobre justicia, seguridad, reformas y el desmantelamiento de elementos vinculados con el régimen de Al-Bashir, derrocado en abril de 2019 después de fuertes protestas antigubernamentales. “Se espera que los próximos grupos de trabajo y conferencias den como resultado hojas de ruta sobre cada uno de los temas que se considerarán en el acuerdo político final”, señala un comunicado de UNITAMS.

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Al-Burhan asegura estar comprometido con la transición democrática 

Abdel Fattah Al-Burhan, líder del Ejército y presidente del Consejo Soberano de Transición, ha prometido junto con su vicepresidente, Mohamed Hamdan Dagalo Hemetti, mantener el compromiso con la transición democrática y los acuerdos alcanzados el pasado mes de diciembre.

“Les aseguramos a todos y al pueblo sudanés que no les fallaremos y no retrocederemos en el camino que hemos emprendido para llevarnos a una transición democrática”, declaró Al-Burhan, líder del golpe de Estado de octubre de 2020 que terminó con el gobierno de transición encabezado por Abdalla Hamdok, agravando así la crisis política, social y económica del país. De acuerdo con Sudan Tribune, Al-Burhan agradeció a los “socios regionales e internacionales que apoyan este proceso” y, en particular, destacó los esfuerzos del mecanismo trilateral.

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Al-Burhan también aseguró que las fuerzas armadas “tarde o temprano” dependerían de un gobierno civil electo. “La Fuerzas Armadas están comprometidas con su retirada [de la política] y con su trabajo con sus socios políticos y civiles para sentar las bases sobre las que se establecen las funciones de la institución castrense en las sociedades democráticas”, señaló en la rueda de prensa, según recoge The National News.

El acuerdo rubricado a principios de diciembre contempla la salida de los militares de la política, así como el nombramiento de un primer ministro civil que encamine al país a una transición de 24 meses que finalice con elecciones libres y justas.

A pesar de las declaraciones de Al-Burhan, todavía existe mucho escepticismo respecto al acuerdo alcanzado en diciembre y el futuro que le espera al país. Muchos ciudadanos continúan exigiendo que los militares abandonen el poder inmediatamente y que respondan ante la justicia por la muerte de al menos 120 personas durante las protestas tras el golpe de Estado.

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En declaraciones recogidas por The National News, Amjad Fareid Eltayeb, jefe de gabinete adjunto de Abdalla Hamdok, afirma que el acuerdo firmado en diciembre y las negociaciones posteriores conducirán a un “acuerdo de élite que carece de apoyo público” que no impedirá futuros golpes de Estado en el país.

Sudán ha estado inmerso en la inestabilidad desde el golpe de Estado de octubre de 2021. Asimismo, desde entonces, la situación económica y social ha empeorado considerablemente ya que, tras el golpe militar, socios internacionales de Sudán como Estados Unidos o la Unión Europea suspendieron millonarios paquetes de ayuda destinados al país. A este crítico panorama hay que sumarle la crisis humanitaria provocada por las sequías y el aumento de precios, así como nuevos episodios de violencia étnica y tribal que han dejado cientos de muertos y miles de desplazados en diversas regiones del país.