La CEDEAO decide crear una fuerza de paz contra el yihadismo
Mali, Burkina Faso y Guinea han sido el punto principal de la agenda de la 62º cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) que tuvo lugar este domingo en Abuja, la capital de Nigeria. En ella se debatió el proceso de metamorfosis en estos tres países, unidos por el golpismo militar. Los altos funcionarios también pidieron a Mali que libere a finales de mes a los 46 soldados marfileños detenidos desde julio. El objetivo de la cumbre igualmente recayó en la lucha contra el yihadismo islámico, que lleva enseñando los dientes en la región durante años.
Este plan se resume en los llamados “Objetivos 4x4” para mejorar la paz y la seguridad frente al terrorismo, el yihadismo y la actividad criminal, así como profundizar la integración regional, la buena gobernanza y el desarrollo inclusivo y sostenible a través de “instituciones capaces y asociaciones equitativas”. Por lo que se refiere al resto de temas, la cumbre también fue escenario de la toma de juramento del nuevo presidente de la Comisión de la CEDEAO, el gambiano Omar Alieu Touray, desde este momento al frente del principal órgano ejecutivo de la organización.
El mediador del grupo trasladó a los líderes un nuevo balance y pasos para las futuras relaciones con la Junta en cuestión, que se caracteriza por una oposición pública y fuerte a las sanciones impuestas por la CEDEAO. Las valoraciones verán el estado actual de transición en Guinea, lo que se espera del capitán de Burkina Faso Ibrahim Traoré, la influencia de los medios rusos en Mali y su relación con el jefe de la junta militar, el coronel Assimi Goitia, que mantiene a decenas de militares marfileños detenidos en Bamako desde hacer cuatro meses.
Los ejércitos de la región, en gran medida impotente frente a las fuerzas yihadistas, ha estado cooperando con actores externos como la ONU, Francia y Rusia. El presidente del comité de la CEDEAO, Omar Alieu Touray, dijo que la decisión “reestructurará nuestra arquitectura de seguridad”. Los ministros de defensa de los países participantes revisarán los detalles de las fuerzas regionales planeadas en la segunda mitad de 2023, subrayó Touray. Aún no se ha decidido la financiación de la fuerza, y los funcionarios de la CEDEAO destacaron que dicha operación no puede basarse únicamente en contribuciones voluntarias.
Varios países de la región han sido víctimas de la expansión yihadista que comenzó en el norte de Mali y ha llegado al centro del país, así como a Burkina Faso y Níger, extendiéndose al sur hasta el golfo de Guinea. La inseguridad es un factor militar importante. Los golpes de Estado en Mali, Burkina Faso y otros lugares de Guinea han sacudido la región desde 2020. La CEDEAO, preocupada por la inestabilidad y la proliferación, ha intentado durante meses repatriar rápidamente a los civiles pertenecientes a sus Estados, dos de los cuales se han visto gravemente afectados por la expansión del yihadismo.
En menos de un año, ambos países sufrieron dos golpes de Estado. Los líderes de África occidental están atentos a las acciones de otros en su camino hacia lo que llaman un “regreso al orden constitucional”. En Mali, “es absolutamente imperativo restaurar el orden constitucional según lo planeado”, afirmó Omar Touray. Respecto a Burkina Faso, expresó la “seria preocupación” de la CEDEAO por la situación de seguridad y la crisis humanitaria. Omar Touray en Guinea pidió a la junta que involucrara a los partidos políticos y la sociedad civil en el proceso de retorno de los civiles al poder.
Los principales partidos políticos y gran parte de la sociedad civil se opusieron a la propuesta de diálogo de la Junta. Si dicho diálogo no es posible en la propia Guinea, la Junta debe explorar la posibilidad de diálogo en otro país de la CEDEAO.
