Argelia da un paso al frente e insta a China y Francia a “protegerse de Marruecos”

El presidente Abdelmadjid Tebboune declaró ante la prensa local a finales del año pasado que “la ruptura con Marruecos era una alternativa a la guerra entre los dos países”. Si analizamos los hechos acaecidos después de esas declaraciones, la primera conclusión que podemos extraer es que el Gobierno de Argelia convive mejor en la confrontación para, de esta forma, tener a los ciudadanos en pie de guerra con su “vecino” y no reflexionen así en sus problemas. El último de los movimientos llevados a cabo por Argel ha sido llamar la atención instando a Francia y China a “protegerse de Marruecos”.

Por todos es sabido que China y Francia ambas poseen armas nucleares y se encuentran desde la finalización de la Segunda Guerra Mundial, entre los 10 mejores ejércitos del mundo, por lo que una vez más estamos ante un movimiento político. De hecho no es casual que se inste a estos dos países, pues el primero dejó de lado al continente africano entre otros motivos por la ineficacia de algunos gobiernos y el segundo, China, es el mayor inversor del continente y enemigo público de Estados Unidos, principal aliado de Marruecos.

El ejército argelino se esfuerza por encontrar una contramedida adecuada a la supuesta amenaza que representan los drones marroquíes, incluidos todos los drones israelíes de última generación –como los drones Hermes900- entregados a Marruecos en enormes cantidades desde el 2021. Hasta el momento los drones han servido para asestar duros golpes a las milicias armadas del Polisario al conseguir neutralizar muchos de sus equipos y numerosas unidades armadas –muchas de ellas de origen iraní-. Estos actos, que ha desvelado en exclusiva, Maghreb Intelligence, han llevado al ejército argelino a acelerar sus negociaciones en el exterior para adquirir de forma urgente radares de detección anti-drones en respuesta a esta creciente “amenaza” que suponen los drones marroquíes.

Según informan desde el medio árabe, Saed Chengriha, el jefe del establecimiento militar de Argelia, insistió a sus homólogos militares franceses durante una visita estratégica a París a finales de enero que Argelia se armara urgentemente con sus radares, esos mismos, con los que el ejército francés había comenzado a experimentar recientemente, colocándolos en vehículos blindados que derriban drones. Debido a la nueva crisis política y diplomática provocada por el llamado caso de Amira Bouraoui, esta adversaria franco-argelina evacuada por Francia del territorio tunecino donde fue secuestrada a la fuerza para ser extraditada a Argel, las negociaciones con los socios franceses han tomado forma de “un serio incendio”, en palabras del presidente de la república francesa, Emmanuel Macron.

Debido a este punto muerto, el ejército argelino se vio obligado a mirar a China en un esfuerzo por adquirir sistemas anti-drones. Por otro lado, resulta que los proveedores chinos dudan en vender estas tecnologías dado que China se ha convertido en uno de los principales vendedores de drones militares del mundo, particularmente en el norte de África. Los chinos no parecen estar convencidos de la sabiduría de esta estrategia, a pesar de que Argelia y Marruecos están entre sus clientes y venden sistemas que aprovechan las fallas de sus propios drones. Debido a la gran amenaza que representa el uso de drones militares avanzados en la zona, esto pone al ejército argelino en una situación muy peligrosa desde un punto de vista puramente táctico.

Cuando se habla de guerra en estos tiempos que corren donde la tecnología está presente, la imagen que se da de cara al exterior es la baza más importante. De hecho, es una nueva estrategia de comunicación y guerra psicológica en la que el régimen argelino quiere surfear en la ola anti-Marruecos que surgió en Francia y Europa a raíz de los supuestos escándalos del Parlamento Europeo que pese al revuelo que generó, no han sido probadas. Para ello, el ejecutivo argelino quiere encontrar un medio de comunicación original consistente en enviar mensajes digitales a un público joven y consumidores de contenidos que generen revuelo en las redes sociales.

Si bien Argelia expresa que necesita ayuda, e insta a China y Francia a protegerse, no es más sino un hecho propagandístico más de Argel. Esto se deduce de los viajes durante el 2022 del gran éxito de la movilización de varios blogueros franceses que realizaron sucesivos viajes a Argelia a lo largo del año 2022 para producir contenido promocional y videos a favor de Argelia y sus activos turísticos. Los blogueros más famosos fueron atendidos e invitados cordialmente por las autoridades argelinas para usarlos como un trampolín publicitario para mejorar la imagen de Argelia a los ojos de la opinión pública europea. Hoy, Argel quiere usar la misma arma letal de los medios contra su rival marroquí.

El pueblo argelino está cansado. Los ciudadanos de a pie, solo ven como tienen que pelear día a día por conseguir alimento, solo ven como los sindicatos no pueden luchar por los derechos de los trabajadores, solo ven como el gobierno presidido por Tebboune adultera los datos, solo ven que reciben ayuda de quienes están favoreciendo el conflicto armado en Ucrania y solo verán como las cosas no van a cambiar, porque las culpas las recibe el difunto ex presidente del país, porque “fue el quién instauró muchas de las leyes actuales”, como si la actual Junta no pudiera hacer nada al respecto, en lo que probablemente sea la gota que colma el vaso de la sociedad argelina, quien en todo esto es una víctima más.

El descontento es general y a cada día que pasa la “ira” del pueblo va en aumento. Sin embargo, desde la Administración central en lo único que se invierte tiempo y dinero público es en preparar en secreto el lanzamiento de una iniciativa sin precedentes y extravagante para desestabilizar al vecino Marruecos, que todavía es considerado el enemigo jurado por el poder que controla el país, contrarrestar las supuestas campañas de Marruecos, en agitar más la estabilidad de la región, alimentar al grupo Wagner en las fronteras con Mali y servir de apoyo económico a Rusia e Irán mediante la compra de material militar.