El periodista y analista británico-israelí analiza la actual situación en Oriente Medio e identifica las alianzas clave que se han creado en la región tras la Primavera Árabe

Jonathan Spyer: “La alianza de Rusia e Irán está convirtiéndose en una asociación estratégica”

photo_camera European Jewish Association (EJA) - Jonathan Spyer, periodista y analista británico-israelí

A pesar de la actual guerra en Ucrania o las crecientes tensiones entre China y Estados Unidos, Oriente Medio continúa siendo una región con un gran peso en la escena internacional. Por ello, es necesario seguir muy de cerca y analizar los acontecimientos en la zona, ya que estos tienen consecuencias a nivel global.

Con el objetivo de abordar y examinar la situación actual de Oriente Medio, el centro Sefarad-Israel de Madrid ha organizado junto con Europe Israel Press Association (EIPA) y European Jewish Association (EJA) una conferencia a cargo de Jonathan Spyer dirigida a periodistas.

Bajo el título “Un nuevo panorama geopolítico en Oriente Medio”, el periodista y analista británico-israelí expuso la situación actual en la región y los principales bloques regionales enfrentados.

Para analizar el presente es necesario echar la vista atrás y aportar contexto a los hechos actuales. “Es habitual ver la región de Oriente Medio como un lugar de inestabilidad y luchas políticas ininterrumpidas. Pero esto es, en cierto modo, una lectura ligeramente simplista”, comenzó señalando Spyer. En este sentido, el periodista aludió a los regímenes autoritarios anteriores a la Primavera Árabe.

Estos gobiernos, a pesar de fracasar en numerosos ámbitos, como en la economía, en el desarrollo de sociedades civiles o en la defensa y promoción de derechos humanos, lograron establecerse y permanecer en el poder, “lo único que quizá les importaba”, apunta Spyer.

No obstante, este panorama cambió radicalmente con la llegada de la Primavera Árabe, uno de los sucesos más relevantes de la región en los últimos años. Las masivas protestas en varios países árabes provocaron el derrocamiento de Ben Ali en Túnez o la caída de Hosni Mubarak en Egipto, aunque también fueron la antesala de cruentas guerras civiles en Siria o Yemen. “Una ola de cambio ha atravesado la región”, señala Spyer.

Pero, ¿qué consecuencias y cambios podemos apreciar actualmente más de una década después de la Primavera Árabe? Spyer indica, en primer lugar, que, por desgracia, “no han llegado al mundo árabe formas de gobierno más presentativas”. En este sentido, el periodista matiza el caso de Túnez, destacando que hubo “algunos motivos para el optimismo”.

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Otra consecuencia es que, en una gran parte de la región, donde antes gobernaban regímenes autoritarios, ahora existe una gran fragmentación y un “colapso parcial o total de la autoridad política”, es decir, no existe una entidad única que se encargue o desempeñe todas las tareas que debe gestionar un gobierno. En este punto, Spyer menciona a Siria, Líbano, Yemen, Libia o a los territorios palestinos. “Donde antes había un régimen fuerte y poderoso, ahora hay enfrentamientos por la sucesión que se libra en su mayor parte por organizaciones que pueden combinar con éxito capacidades políticas y militares”, explica el periodista.

Aquí es donde entran las potencias extranjeras, los principales pilares de estas organizaciones. En Siria, por ejemplo, el Gobierno de Bashar al-Assad cuenta con el respaldo de Irán y Rusia, mientras que las milicias mayoritariamente kurdas del noroeste están respaldas por Estados Unidos. También hay grupos en el norte que reciben el apoyo de Turquía.

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Irán: milicias afines y objetivos

Además de estar presente en Siria, Irán también tiene influencia en el Líbano a través de Hezbollah, en Irak mediante grupos paramilitares -como las Unidades de Movilización Popular-, en Yemen, donde apoya a los hutíes, o en los territorios palestinos a través de Hamás o la Yihad Islámica. Por este motivo, la República Islámica de Irán es un actor fundamental clave de la región. Teherán, junto con sus grupos afines, representa “la alianza más cohesionada” dentro de los bloques de la región, aunque no necesariamente la más fuerte.

Para hablar del papel de Irán en diferentes países de Oriente Medio es necesario analizar las acciones de la Guardia Revolucionaria Islámica, una organización clave para Teherán, no solo en países vecinos, sino también en Europa, donde ha planificado el asesinato de varios líderes opositores. La Guardia Revolucionaria Islámica “no es un grupo militar convencional, aunque puede realizar tareas militares convencionales”. Asimismo, tampoco es una organización de inteligencia, “aunque puede realizar tareas relacionadas”. Tal y como destaca Spyer, la razón de que Irán tenga este tipo de organización “se remonta a la percepción que el régimen iraní tiene de sí mismo como revolucionario”.

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La Guardia Revolucionaria ha llegado a crear en lugares como Siria ejércitos paralelos, reclutando soldados y entrenándolos. Esto permitió a Damasco mantenerse en pie frente a los rebeldes los años antes de que Rusia se involucrase en el conflicto. Los rebeldes, por su parte, contaron con el respaldo de países del Golfo como Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Turquía o Estados Unidos, aunque no se logró una cohesión real, lo que provocó su fracaso en la guerra.

Pero, ¿cuáles son los objetivos de Irán? ¿Con qué fin busca influir en los países inestables de Oriente Medio? En primer lugar, destaca la ambición de Teherán de alcanzar el Mar Mediterráneo, un objetivo que los imperios persas han intentado lograr desde la antigüedad, tal y como recuerda Spyer. Otros objetivos de Teherán son destruir el Estado de Israel y desplazar a los países ricos del Golfo. “Irán busca la hegemonía de la región en términos geográficos y geoestratégicos”, subraya el analista.

Los Acuerdos de Abraham, eje clave dentro del bloque anti-Irán

Una vez identificada la primera alianza regional -Irán y sus grupos afines-, podemos establecer un segundo bloque en el que entrarían Israel, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Egipto. Aquí también se pueden influir actores secundarios como Jordania o los grupos kurdos del noroeste de Siria.

Esta alianza, a diferencia de la liderada por Teherán, no tiene una ideología común. No obstante, lo que sí comparten es su rivalidad con Irán y sus fuertes lazos con Estados Unidos y Occidente. Asimismo, dentro de los países árabes, destaca el enfrentamiento común con movimientos como los Hermanos Musulmanes.

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Dentro de esta aliaza cabe destacar los Acuerdos de Abraham, un suceso clave e histórico que ha modificado radicalmente el panorama en la región en distintos ámbitos, como el comercio, la política, la economía o la diplomacia.

El llamado ‘Acuerdo del Siglo’ también ha impulsado otras iniciativas como el grupo I2U2 -integrado por la India, Israel, Emiratos y Estados Unidos-, la alianza de defensa aérea de Oriente Medio (MEAD) -planteada por el exministro de Defensa de Israel, Benny Gantz- o el Foro del Neguev.

Rusia e Irán, asociación estratégica

A pesar de no formar parte de Oriente Medio, es necesario destacar el rol que tiene Rusia en la región. Aunque actualmente los lazos militares entre Teherán y Moscú sean más que conocidos, es necesario mencionar que desde hace años milicias afines a Irán han contado con armas rusas.

Ahora, con la invasión rusa de Ucrania, el régimen iraní ha suministrado a Rusia numerosos drones que juegan un papel importante a la hora de atacar infraestructura civil y atemorizar a la población ucraniana. “Estos aviones no tripulados no son muy buenos, por lo que no son de mucha utilidad contra la infraestructura militar”, recalca Spyer.

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“La alianza de Rusia e Irán ya no es un matrimonio de conveniencia, está emergiendo y solidificándose en una asociación estratégica”, indica el periodista. Además de Irán, Estados Unidos teme que China comience a respaldar militarmente a Moscú durante la guerra.

El gigante asiático, al igual que Rusia, está reforzando sus lazos con Irán. Prueba de ello es un acuerdo de cooperación estratégica bilateral de 25 años firmado en 2021. “Tenemos la sombra emergente de una especie de poderosa alianza global contraoccidental”, concluye Spyer. 

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